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Fuente: www.latercera.cl 20 de mayo de 2005

En este período el bosque tropical brasileño perdió 26.130 kilómetros cuadrados, un territorio similar al de Haití
Nivel de destrucción de selva amazónica en 2003-2004 es el segundo más alto de la historia

Según cálculos preliminares, la deforestación de la Amazonía brasileña (que representa el 60% del territorio de este país sudamericano) ya afecta a unos 680 mil kilómetros cuadrados, y representa el 18% del total del área de bosques monitoreados.

Los arboles de la selva suelen ser cortados o quemados por hacendados, agricultores de soya, madereros y buscadores de diamantes.

Las alertas ambientales sonaron esta semana en Brasil, después que el Ministerio del Medio Ambiente diera a conocer que en el período 2003-2004 la Amazonía perdió 26.130 kilómetros cuadrados, un territorio equivalente al de Haití, el segundo nivel más alto de deforestación desde que comenzó a realizarse el registro en 1988. Este año sólo es superado por el de 1994-1995, cuando fueron arrasados 29.059 kilómetros cuadrados. Comparativamente con el período anterior, el reciente índice de destrucción de la selva representa un crecimiento del 6,2%.

La ministra de Medio Ambiente, Marina Silva, quien se mostró preocupada por las cifras, citó el crecimiento económico como uno de los posibles factores que pudieron ayudar a impulsar la destrucción, ello a pesar de que hace un año el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva anunciara un paquete interministerial de medidas por US$ 140 millones para reducir la deforestación. Sin embargo, la ministra aclaró que las medidas del Plan de control y prevención de la deforestación aún no pueden ser percibidas integralmente, por lo que mantiene sus esperanzas de que los efectos comiencen a verse en un breve plazo, especialmente con la creación de áreas protegidas.

Fotografías satelitales

El nivel de destrucción de la selva amazónica lo registra el Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales (Inpe), el cual, por medio de fotografías satelitales, determina cuántas hectáreas de árboles fueron cortadas por los hacendados, los agricultores de soya, los madereros y los buscadores de diamantes. Según los cálculos preliminares que maneja el Inpe, la deforestación de la Amazonía brasileña (que representa el 60% del territorio de este país sudamericano) ya afecta a unos 680 mil kilómetros cuadrados, un territorio mayor que el de Francia y Portugal juntos y representa el 18% del total del área monitoreada por las imágenes de satélite.

El gobierno de Lula, que asegura que la salvaguarda de la selva amazónica "es una prioridad", pretende que unas 24,7 millones de hectáreas de bosques queden protegidos por ley, pero ha sido la propia ministra la que ha advertido que ni siquiera esas reservas serán suficientes para detener la destrucción continua de la Amazonía si no hay una lucha sin cuartel contra todos los que están empeñados en enriquecerse ilegalmente a costa del llamado "pulmón verde" del planeta. "No podemos defender la preservación de la Amazonía si no creamos también en la sociedad una cultura de preservación", dijo Marina Silva.

Apenas se conoció el informe, las críticas de los grupos ambientalistas no tardaron en llegar. Así la coordinadora de políticas públicas del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) en Brasil, Nurit Bensusan, explicó que los datos dados a conocer sobre la destrucción de la Amazonía revelan un fracaso del plan gubernamental de combate a la deforestación. "Lo que ha quedado claro es la total ineficiencia del plan", aseguró Bensusan, quien sostiene que existe una disputa entre los diferentes ministerios que se ocupan del tema, y en la que, "hasta ahora, el Ministerio de Medio Ambiente va perdiendo".

"Se trata de una tragedia, una demostración de que se necesita hacer más por parte del gobierno", dijo Paulo Adario, jefe del programa para el Amazonas de la organización Greenpeace. "Claramente, evitar la deforestación no constituye una prioridad del gobierno por ahora", sentenció.

Además, el Partido Verde, que cuenta con siete diputados y que hasta ahota apoyaba el gobierno de Lula, anunció ayer su paso a la oposición, calificó de incompetente la política ambiental del Ejecutivo y sostuvo que el aumento del 6% anual en el índice de destrucción de la selva ha sido la gota que rebalsó el vaso.