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Fuente: www.argenpress.info, 5 de octubre de 2007

Brasil: Permitirán a una empresa privada explotar fosfato en una mina de uranio

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El gobierno de Brasil, país que cuenta con la sexta mayor reserva de uranio en el mundo, permitirá por primera vez que una empresa privada explote una mina para la extracción del fosfato mezclado con este elemento metálico radioactivo.

El anuncio de la asociación para que la empresa privada se quede con el fosfato y le deje el uranio al Estado, fue hecho por el presidente de la estatal Industrias Nucleares de Brasil (INB), Alfredo Tranjan Filho, en declaraciones difundidas hoy por el Ministerio de Ciencia y Tecnología.

El funcionario dijo que la INB está estudiando asociaciones con empresas privadas interesadas en explotar los yacimientos de uranio y fosfato localizados en Santa Quiteria, un municipio en el estado de Ceará (noreste).

'La mina seguirá siendo de las Industrias Nucleares de Brasil y no hay riesgo de que la empresa escogida para explotar el fosfato se apropie del uranio', afirmó Tranjan Filho.

Según el modelo propuesto, la empresa que obtenga la concesión podrá realizar la extracción del fosfato y el uranio que quede cómo residuo tendrá que ser entregado a la INB.

De acuerdo con Tranjan Filho, la asociación con la empresa privada es una de las alternativas que estudia la INB para aumentar la producción de uranio en Brasil.

La otra ventaja es el mejoramiento del uranio extraído en la planta de la Caetité, en el estado de Bahía.

Además de esta planta, de donde se extraen unas 360 toneladas de uranio al año, la estatal comenzó a desarrollar la mina de Santa Quiteria, en la que prevé una producción de 800 toneladas anuales.

La actual producción apenas es suficiente para atender la demanda de las dos centrales nucleares del país, Angra 1 y Angra 2, pero el gobierno ya aprobó la conclusión de Angra 3 y se propone construir otras seis plantas nucleares en los próximos años.

Además de aumentar la producción para satisfacer el consumo nacional, la INB también se propone exportar el uranio excedente y para ello tiene planes de elevar la producción hasta 1.200 toneladas anuales.

La Comisión Nacional de Energía Nuclear de Brasil calcula que, además de las reservas por 309.000 toneladas de uranio ya comprobadas, Brasil tiene otras 800.000 toneladas aún por descubrir en su subsuelo.

Esos volúmenes están en la mira de las empresas privadas que, agrupadas en el Instituto Brasileño de Minería (IBRAM), presionan desde hace varios meses para que el gobierno flexibilice la legislación y permita la participación de la iniciativa privada en el sector.

El IBRAM pretende proponer al Congreso la aprobación de una enmienda constitucional que permita a las empresas privadas participar en la exploración y producción de uranio, actividades que están reservadas al Estado.

El Instituto, no obstante, considera que las actividades de comercialización y enriquecimiento de uranio pueden seguir siendo un monopolio del Estado.

Según las estadísticas del IBRAM, Brasil es dueño de la sexta mayor reserva de uranio del mundo, tan sólo superado por Kazajistán (975.000 toneladas), Australia (910.000), Sudáfrica (369.000), Estados Unidos (355.000) y Canadá (332.000).