Celulosa contamina Santuario de la Naturaleza

Fuente: elmostrador.cl , 13 enero 2006

Subsecretario de Mideplan, Jaime Andrade
Negociador de Ralco observa falta de diálogo entre indígenas y Celulosa

por Carlos González Isla

El también coordinador de Políticas Indígenas deja entrever que si no hay diálogo o no se aprovecha la experiencia de lo ocurrido en Ralco, el conflicto entre Celulosa Arauco y las comunidades indígenas por la instalación de un ducto en la costa de Valdivia, podría terminar en las oficinas de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

El subsecretario de Mideplan y coordinador de Políticas Indígenas, Jaime Andrade Guenchocoy (PS), hasta el momento se ha mantenido al margen del conflicto que se desarrolla en la Décima Región por la eventual instalación de un emisario submarino que permitiría a la planta Valdivia de Celulosa Arauco y Constitución (Celco) evacuar sus residuos industriales líquidos –ya tratados- en el Océano Pacífico.

Pese al bajo perfil que ha mantenido Andrade, ha seguido muy de cerca todo lo que está sucediendo, especialmente porque las comunidades lafkenches que habitan en la zona de influencia del ducto ya se han contactado con su repartición para expresar su rechazo al proyecto que la empresa Arauco deberá presentar a consideración de las autoridades regionales, a más tardar en marzo.

Como se recordará, la implementación del emisario o cualquier otra alternativa de evacuación de riles, fue impuesta por la Comisión Regional del Medio Ambiente (Corema) a mediados del año pasado; luego de comprobarse que los desechos de la empresa alteraron el comportamiento normal de la flora y fauna que habita en el río Cruces, especialmente en el santuario de la naturaleza, donde la población de cisnes tuvo un brusco descenso.

El problema no es simple y pese a los esfuerzos de Celco por contactarse con la comunidad el clima es hostil y quizás sus procedimientos no son los más adecuados. Es por ello, que Andrade, de profesión sociólogo, observa una falta de diálogo en la zona y una necesidad urgente de “sentarse a conversar” al margen de la solución técnica que finalmente se vaya a implementar.

La experiencia del subsecretario no es menor, trabajó anteriormente para minera Los Pelambres, Codelco y en la Conadi encabezó el proceso de ordenamiento del Fondo de Tierras, además de participar en las negociaciones relacionadas con la construcción de la represa de Ralco en el Alto Bío Bío.

Aunque no lo reconoce, Andrade Guenchocoy deja entrever que si no hay diálogo y no se aprovecha la experiencia de Ralco, el conflicto podría terminar en la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

A rescatar la experiencia de Ralco

-¿Las comunidades indígenas costeras le han pedido ayuda o le han solicitado intervenir en Valdivia por la eventual instalación de un ducto al mar por parte de Celulosa Arauco?
-Efectivamente, nosotros hemos recibido la preocupación de la dirigencia lafkenche y bueno, lo cierto es que la experiencia indica, particularmente por el caso Ralco -que fue un megaproyecto que tuvo muchas dificultades, justamente asociados al impacto en su entorno (indígena)-, que no es posible pensar que se instale un proyecto de estas características si no es sobre la base de un esfuerzo muy grande de respeto, de lucha, de diálogo con las comunidades involucradas.

Así que más allá de las soluciones que puedan haber respecto del punto de vista técnico, hay un problema anterior, que es que cualquier proyecto tiene que tener la presencia (en una mesa común) de las comunidades que viven en el área de influencia.

-Aparte de las comunidades, ¿la empresa se ha contactado con ustedes?
-No. Las comunidades han planteado lo que es conocido, su rechazo al proyecto y con la empresa no ha habido ningún tipo de contacto.

-En estricto rigor , ¿hay comunidades que pueden resultar afectadas?
-Estamos hablando, en el caso de las soluciones técnicas que se han indicado (ducto), de áreas donde efectivamente pueden haber otras comunidades que pueden ser afectadas.

-¿El conflicto alcanza a las comunidades alcanza también a la Novena Región?
-Hubo una situación al parecer, no conozco el detalle, pero se había pensado en una solución que pudiera ser en la Novena, que las comunidades de la zona también rechazaron. Lo cierto, es que no ha habido ningún planteamiento de fondo respecto de esta materia. De manera que lo que hay es la preocupación de las comunidades, y desde ese punto de vista nuestra posición es atender la preocupación de las comunidades y llamar la atención de que cualquiera de estos mega proyectos naturalmente se tiene que hacer teniendo a la vista un diálogo y un acuerdo con éstas, sino se torna muy difícil la implementación de cualquier solución.

¿Desechos a fosas submarinas?

-Por un lado tenemos a los indígenas y pescadores artesanales y por otro a la empresa, ¿quién puede mediar en este contexto de discrepancias?
-Toda la experiencia en Chile y en otras partes indican que hay que buscar instancias de diálogo, a veces muchas de estas cuestiones están muy teñidas por prejuicios y en otras por no tener consideración de las partes involucradas...

-En el caso de Ralco existieron mediadores y se entregaron compensaciones millonarias, guardando las proporciones del ejemplo, por supuesto...
-Sí, claro. Muchos de estos proyectos, y de hecho los Estudios de Impacto Ambiental incluyen en su evaluación condiciones a objeto de que puedan haber eventuales mitigaciones o compensaciones, pero antes de llegar a ese punto, que ya es casi final, lo anterior es el diálogo.

-Usted es un hombre que estuvo vinculado a la minería y en ese sector, según conversábamos previamente, se han implementado soluciones como sellar los desechos en fosas submarinas...
-Claro, hay en el campo de la minería mundial a propósito de los temas vinculados a (qué hacer con) los tranques de relave -que también son proyectos complejos y de impacto- soluciones que hoy día la tecnología prevé en fosas marinas, pero la verdad que esas ya son cuestiones más bien de carácter técnico que debieran ser materia de cualquier diálogo una vez que éste se haya abierto. Lo primero, lo esencial, es sentarse a conversar.

Comisión Interamericana de Derechos Humanos

-A su juicio ¿qué señal dejaría tranquila a las comunidades?
-Las comunidades indígenas, como cualquier comunidad frente a cualquier megaproyecto, lo que requieren es claridad e información.

-¿Falta que la empresa entregue más información?
-No hemos estado involucrados muy directamente en el tema, pero la percepción que tenemos con el diálogo de las comunidades es que ellos requieren mucha más información.

-¿Hay que presentar un mayor abanico de salidas técnicas a los desechos?
-...antes que eso, sentarse a conversar.

-¿En qué momento piensan actuar como entidad preocupada de velar por las políticas y derechos de los indígenas?
-Los mecanismos legales establecidos en los estudios de impacto, permiten en distintos momentos intervenir si amerita entregaremos nuestra opinión en la fase que corresponda.

-¿Pero ustedes entraron a mediar y negociar a Ralco?
- Sí, claro, pero ese es un caso bastante más complejo porque finalmente se llegó a un acuerdo en el marco de una presentación que hicieron las comunidades ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Ahí hay un mecanismo de buena voluntad al que se llegó a objeto de llegar a un acuerdo, pero la verdad que es un tema complejo, no sé si es equivalente...

-¿Podríamos llegar a eso?
-No lo sé, no sé si se podría llegar a algo así.

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