Conflictos ambientales en Colombia

Fuente: ceper.uniandes.edu.co , (14/04/06)

Demora solución definitiva para El Muña

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Como soluciones temporales califica la comunidad de Sibaté las medidas anunciadas por la Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca, CAR, (ver resolución 506 de 2005) de dar un plazo de 18 meses al Acueducto de Bogotá, Emgesa y la Energía de la capital para que mitiguen los problemas que se derivan de las condiciones actuales del embalse del Muña. (ver fotos)

Los sibateños llevan casi 30 años sufriendo el problema de contaminación ambiental causado por las condiciones de la represa del Muña. Esto los llevó a organizarse y expresarse de muy diversas maneras, para recibir atención de las autoridades responsables del manejo de la situación.

Tutelas, acciones populares, acciones de cumplimiento, presiones a la Gobernación de Cundinamarca, participación en una audiencia pública de la CAR y hasta una marcha pacífica están entretejidas en la historia de este municipio cundinamarqués, que no se resigna a la reducción de su población. En deserción constante para irse a otra parte porque no se aguanta los zancudos y los malos olores que trae la fría brisa de la región.

La cosa es tan seria que todo Sibaté ha cerrado filas para exigir la descontaminación de la represa y la zona aledaña. Hace algunos meses, unas seis mil personas marcharon por las calles del pueblo y se congregaron en el parque para hacer el monumento al zancudo. Con pancartas, representaciones y obras de teatro expresaron como les afecta una vida tan dura.

Para hacerse oir han tocado todas las puertas posibles. De las entidades involucradas en el problema, las instituciones nacionales encargadas de definir la política pública en el tema ambiental, el Congreso de la República y los medios de comunicación.

La gente no quiere imaginarse como sería si estuviera en clima caliente. Tener que cambiar los hábitos y encerrarse a cierta hora para evitar las picaduras (ver historia) y además aguantárse los olores nauseabundos que vienen del embalse. Por eso se rebela contra la conformidad y se manifiesta.

Enfermedades respiratorias, de la piel y hasta cáncer les hacen pensar en la influencia del malsano ambiente en la baja calidad de vida de la población.

Al no existir estudios que comprueben esta relación, quedan latentes exigencias más fuertes para que el Estado, que sólo ha propuesto acciones de mitigación, (ver documento DAMA) asuma las responsabilidades a fondo y defienda su derecho a la vida y a un ambiente sano.

Con renovado esfuerzo hoy se inspiran en otras formas de participación para exigir soluciones ambientales, que no sean de mitigación como propone la CAR (ver resolución). Esperan que se ordene la suspensión definitiva del bombeo porque, según dicen, las alternativas de la CAR sólo benefician a Emgesa, al darle más largas al asunto.

Están en desacuerdo con las medidas de la CAR, porque no se soportan en un estudio de impacto ambiental que permita saber qué pasara cuando se erradique el buchón y por efecto del sol, se vaporice el agua y las perjudiciales emanaciones se esparzan por toda la región. Los entomólogos les han dicho que ante eso, el zancudo es un mal menor.

Apoyados en su Consejo Territorial de Planeación y en las veedurías ciudadanas ambientales que conformarán próximamente, harán control social a la gestión pública y a las inversiones que se hagan.

La comunidad dice que si no va a mejorar su entorno, al menos que lo dejen como estaba antes de construirse el embalse.

La Alcaldía, la Personería y el Concejo Municipal hacen eco de la voz popular que clama por sus derecho por encima de cualquier interés político o económico.