Fuente: Página 12, 1 de junio de 2006

LA EROSION PROGRESA 650 MIL HECTAREAS POR AÑO

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Los efectos de la erosión grave de suelo en el territorio argentino alcanzan los 55 millones de hectáreas, en tanto que el proceso de desertificación compromete el 75 por ciento de la superficie, donde viven 9 millones de habitantes. Los datos surgen de un informe del Centro de Estudios para América Latina (Cepal) difundido a pocos días de conmemorarse el Día Mundial del Medio Ambiente y cuando la ONU dispuso que 2006 fuera el Año Internacional de los Desiertos y la Desertificación.

La erosión de suelo, sea por efectos eólicos o hídricos, avanza a un promedio de 650 mil hectáreas por año, aseguró el informe dado a conocer por el Centro de Información de las Naciones Unidas en Buenos Aires.

Según la ONU, por la desertificación, unos 1000 millones de personas están en riesgo. Africa, el continente más pobre del planeta, es el territorio más afectado. El problema también causa por año unos 42 mil millones de dólares en pérdida de producción agrícola.

De acuerdo con la ONU, la degradación de las tierras áridas y semiáridas por actividades humanas y variaciones climáticas es un “gravísimo problema ambiental y socioeconómico” y afecta a “un tercio de las tierras del planeta (más de 4 mil millones de hectáreas) y la vida diaria de “250 millones de personas en cien países”. La ONU señaló que las principales causas de la desertificación son la pobreza, la tala abusiva de árboles, el sobrepastoreo y las malas prácticas de irrigación.

Respecto de la Argentina, el informe se basa en datos de la Cepal, que centró sus estudios en la erosión del suelo. “El 20 por ciento del territorio, o sea 55 millones de hectáreas, está afectado por erosión hídrica o eólica en grado severo, cifra que crece en aproximadamente 650.000 hectáreas por año”, señaló la declaración.

Asimismo, subrayó que “se estima que la desertificación compromete el 75 por ciento del territorio (205 millones de hectáreas) y afecta el bienestar de 9 millones de habitantes”.

Sobre el conjunto de América latina, la FAO advirtió que las “presiones demográficas, el incremento de la demanda de alimento, combustibles y materiales para construcción están presionando fuertemente los recursos naturales de la región”.

Siempre sobre la misma región, la FAO sostuvo que “la erosión y acidificación de los suelos, la pérdida de materia orgánica, la compactación de los suelos, la pérdida de elementos nutritivos y la salinización han reducido la productividad de más de 3 millones de kilómetros cuadrados de tierras agrícolas”.

La situación en Africa es vista como la más grave. Sin embargo, países poderosos también están afectados ya que, de acuerdo con la Convención de la ONU contra la Desertificación, “el 30 por ciento de las tierras de Estados Unidos padece una fuerte degradación” y “el 32 por ciento de las tierras de España está en inminente peligro”.


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