Fuente: AEFE 19/10/04

Visita AIEA planta nuclear en Brasil

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Verifican inspectores de AIEA nueva sala de reactores nucleares aún en construcción y centrífugas de uranio en planta nuclear brasileña

RESENDE, Brasil, oct. 19, 2004. (EFE- Tres técnicos de la Agencia Internacional de Energía Atómica de la ONU, AIEA, visitaron este martes la nueva planta de enriquecimiento de uranio de Brasil, donde el gobierno intenta impedir contra viento y marea la posibilidad de espionaje industrial.

Los funcionarios, un francés, una sudafricana y un estadounidense, no identificados, permanecieron todo el día en la sede de "Industrias Nucleares de Brasil" (INB), cerca de Resende, ciudad del interior del estado de Río de Janeiro, con la misión de "verificar el diseño" de una nueva sala de reactores todavía en construcción.

La nueva estructura está en el centro de la polémica entre el gobierno de Luiz Inacio “Lula” da Silva y el organismo de ONU con sede en Viena, que ha dicho no estar dispuesto a que Brasil sea una excepción en lo que concierne a sus inspecciones rutinarias.

Los técnicos de la AIEA tuvieron acceso a la "sala de las cascadas" donde están un número no establecido de centrífugas, pero no pudieron verlas por completo.

Según ratificaron informes del gobierno brasileño, la serie de centrífugas son unas máquinas que giran a la velocidad de mil 300 kilómetros por hora para separar el mineral de uranio y permanecen cubiertas por tabiques, sólo es posible ver la parte superior y la inferior.

Según precisó el lunes el presidente de la Comisión Nacional de Energía Nuclear, Odair Goncalves, los tabiques permiten confirmar "las tubería válvulas y conexiones" del sistema y garantizar que no hay desvíos del mineral procesado.

Según la Comisión Nacional de Energía Nuclear, si los técnicos aprueban "la verificación de diseño", con las restricciones propuestas por Brasil, en dos meses un equipo de inspectores regresará al país para evaluar el funcionamiento de la planta y eventualmente autorizar el inicio de su operación comercial, lo que ocurriría seis meses después.

La "fábrica de combustible nuclear" de la INB ocupa 700 hectáreas en una antigua hacienda a 168 kilómetros de la ciudad Río de Janeiro.

En ellas Brasil completa el ciclo de producción de pastillas de uranio, con una concentración de 3 a 5% de pureza, y que es usado para generar electricidad en los reactores de Angra dos Reis, también en el estado de Río de Janeiro.

El uranio usado para fabricar bombas atómicas requiere el 95% de pureza.

Brasil exporta el concentrado de uranio a Canadá y Reino Unido donde el mineral es refinado, enriquecido y convertido en gas que es transportado de vuelta al país. En Resende es convertido en polvo y pastillas, que son el "elemento combustible" que mueve los reactores de electricidad.

La nueva planta de Resende permitiría en su primera fase reducir en 60% la importación de uranio enriquecido y llevar a Brasil a alcanzar en el 2006 el auto abastecimiento del combustible y la nacionalización del proceso.

El programa nuclear brasileño, desarrollado durante los últimos 30 años, persigue producir además uranio enriquecido al 20% para mover el primer submarino nuclear, todavía un sueño sobre el papel.

Con las sextas reservas de uranio del mundo el país también espera convertirse en un importante exportador mundial de uranio usado con fines pacíficos.

Brasil alega que desarrolla una tecnología propia de enriquecimiento del mineral mediante el sistema de "levitación electromagnética" para mover las centrífugas.

Este método sería 25% más barato que el desarrollado por potencias como Estados Unidos, usaría 30% menos de energía y pondría a Brasil a la cabeza de la tecnología nuclear no bélica.