Fuente: www.elmostrador.cl 4 de Junio de 2007

Greenpeace impugna a presidente del partido político chileno PPD por su apoyo a energía nuclear

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  • Organismo entregó en la sede de la tienda oficialista a Sergio Bitar el premio "Condorazo Ambiental 2007" y enumeró sus características negativas.

    El presidente del Partido Por la Democracia (PPD), Sergio Bitar, fue “reconocido” por Greenpeace, en el marco del Día Mundial del Medio Ambiente, con el premio "Condorazo Ambiental 2007" por el impulso y desarrollo de la energía nuclear en Chile.

    El organismo llegó hasta las dependencias del partido acompañado por el dueño de la planta nuclear de Springfield, Mr. Burns (de la serie animada Los Simpsons), quien entregó un maletín con dinero a su socio estratégico para dar a conocer la felicidad que siente por tan incondicional apoyo.

    Greenpeace rechaza absolutamente que un personero político impulse públicamente en cada ocasión que se presente una opción que actualmente está en franco retroceso en los países del Primer Mundo.

    A juicio del director ejecutivo de Greenpeace, Rodrigo Herrera, "Bitar no entiende que en Chile es imposible desarrollar la opción nuclear por un tema de costos, tecnología, seguridad y horizonte de factibilidad de dichos proyectos”.

    “Pese a todo esto, es capaz de involucrar públicamente a los casi 100 mil militantes del PPD y, en nombre de ellos, apoyar una opción que no tiene sentido. Por tal motivo, es absoluto merecedor del premio que otorga nuestra organización", agregó.

    Las decisiones en torno a construir una planta nuclear en Chile o enfrentar una posible crisis energética con esta opción, constituyen definitivamente un falso dilema, según el organismo.

    Razones del rechazo

    Para Greenpeace, la energía nuclear es un problema, no una solución, porque es sucia, ya que su uso deja cientos de toneladas de desechos radiactivos que ponen en peligro la vida y el medio ambiente, y costosa, pues la construcción de un reactor nuclear de 1000 MW cuesta al menos US$ 2.000 millones, comparado con los US$ 1.300 millones actuales para la instalación de generadores eólicos, sin contar con los gastos de funcionamiento en combustible, almacenamiento, transporte, protección o seguros.

    Además, acusa que es ineficiente, porque sólo el 22% de la energía producida llega al utilizador final, socava alternativas limpias; es contaminante con la atmósfera y el agua; es dañina para la salud de las personas, además de peligrosa.

    Además, crea inestabilidad con los países vecinos y no aporta con nuevos puestos de trabajo, añadió la ONG.