La Jornada, 30 de mayo de 2011

Alemania y Suiza anuncian abandono de la energía nuclear

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La energía nuclear también está en el centro del debate en Bélgica con un retiro planeado para 2025 y en España, con el cierre de reactores que llegan al fin de su vida útil.

Afp y Reuters

Berlín. Alemania quiere cerrar todos sus reactores nucleares para 2022, declaró este lunes la coalición de gobierno de la canciller Angela Merkel, en un rápido giro en la política energética del país después del desastre de la central japonesa de Fukushima.

Además, la coalición, sensible a las acusaciones de que podría incrementar la dependencia del muy contaminante carbón lignito, dijo que planea recortar el uso de energía en 10 por ciento para 2020.

Merkel tendría dificultades en presentar el plan como otra cosa que no sea una derrota política ante los socialdemócratas y los Verdes, en plena resurrección, y pronto recibió críticas desde el exterior.

La propuesta podría ser aún más ambiciosa que el cierre nuclear planeado cuando los socialdemócratas del partido SPD y los Verdes estaban en el poder en el 2000. La iniciativa cerraría ocho de 17 centrales atómicas ahora y seis más para el 2021

La preocupación sobre la seguridad del átomo, atizada por el grave accidente nuclear en Japón, ha llevado a Alemania y a Suiza a abandonar esta forma de producción de electricidad, pero la energía nuclear está lejos de concluir en Europa.

En Europa, el club de naciones nucleares lo integran 14 miembros de la Unión Europea: Alemania (17 reactores), Bélgica (siete), Bulgaria (dos), Francia (58), Finlandia (cuatro), España (ocho), Hungría (cuatro), República Checa (seis), Holanda (uno), Rumanía (dos), Eslovaquia (cuatro), Eslovenia (uno), Suecia (10) y Reino Unido (19), así como Suiza (cinco), Ucrania (15) y la Federación Rusa (32).

El anuncio de Alemania no ha sido una sorpresa. La decisión del gobierno de Angela Merkel de cerrar sus últimos reactores en 2022 confirma un calendario adoptado en 2000.

En cambio, la decisión de la Confederación Helvética fue más sorprendente, ya que Suiza tenía previsto construir nuevos reactores.

La energía nuclear también está en el centro del debate en Bélgica con una salida planificada para 2025 y en España, con el cierre de reactores que llegan al fin de su vida útil.

Pero tanto en Bruselas como en Madrid, los dirigentes se interrogan sobre las consecuencias para el suministro.

"En caso de cierre, habrá que importar energía probablemente de Francia, y por tanto producida por el sector nuclear", subrayó el ministro federal de la Energía, el socialista Paul Magnette.

"Alemania corre el riesgo de encontrarse con una política energética muy irregular", sostuvo por su parte el ministro sueco del Medio Ambiente, Andreas Carlgren, muy crítico con la decisión de Berlín, pues para compensar, Alemania tendrá que utilizar al máximo sus centrales de carbón que generan emisiones de CO2.

Suecia decidió conservar la energía nuclear y autorizó la construcción de nuevos reactores para remplazar a los antiguos.

Seis nuevos reactores están en construcción en la Unión Europea: dos en Bulgaria, uno en Finlandia, uno en Francia y dos en Eslovaquia para una capacidad de 16.9 GWe.

Y otros 24 reactores están en proyecto: uno en Holanda, dos en Finlandia, dos en República Checa, uno en Francia, dos en Lituania, cuatro en Polonia, uno en Eslovaquia, dos en Rumania y ocho en el Reino Unido.

Las decisiones de Alemania y de Suiza no parece que vayan a cambiar estos proyectos.

"No es la elección" de Francia, afirmó este lunes el primer ministro francés, François Fillon.

Eslovaquia y Eslovenia también confirmaron hoy la opción de la energía nuclear civil, ya que son muy dependientes para cubrir sus necesidades energéticas.

Sobre todo, porque Japón no pretende renunciar al átomo y China prevé 34 proyectos nuevos, de los que 26 ya están en construcción.

Pero la decisión alemana y suiza podría pesar en los debates en Polonia e Italia, donde el jefe del gobierno italiano, Silvio Berlusconi, tuvo que congelar sus planes para un retorno a lo nuclear, abandonado en 1987.

Los ecologistas y socialistas del Parlamento Europeo quieren que se acelere el proceso para abandonar la energía nuclear.

Pero la Comisión Europea ha echado un jarro de agua fría a sus esperanzas. "30 por ciento de la electricidad en la Unión Europea procede del nuclear", recordó recientemente el comisario de Energía Günther Oettinger.

Greenpeace está convencida de que las energías renovables, sobre todo la solar y eólica, pueden tomar el relevo y cubrir 68 por ciento de las necesidades energéticas de la UE a partir de 2030 y de 99.5 por ciento en 2050.

Pero para ello se necesita que la energía nuclear ceda su acceso prioritario a las redes de transmisión eléctrica y que los Estados de la UE realicen enormes inversiones. La Comisión ha cifrado dichas inversiones en 140 mil millones para 2020 para desarrollar las simples redes de líneas de alta tensión.

"La energía nuclear es una realidad y lo seguirá siendo durante cierto tiempo", señala la comisaria del Clima, Connie Hedegaard, resumiendo el sentimiento mayoritario en la UE.