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Fuente: larepublica.com.pe 24 de mayo de 2006

Cerro de Pasco y el daño de la minería.
Cerro de Pasco y su eterna contaminación

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Niños sufren alta intoxicación de plomo en la sangre. Empresas acumulan desechos al aire libre cuyas micropartículas inhalan las personas.

Por Lucía García.

Tiene catorce años pero su estatura y desarrollo le hacen aparentar menos de ocho. Al igual que sus cuatro hermanos, Antonio sufre un fuerte retraso en el crecimiento debido a que tiene la sangre intoxicada con altos niveles de plomo. Le basta cruzar la puerta de su casa en Champamarca, a 5 kilómetros de Cerro de Pasco, para encontrarse frontalmente con la explicación a su padecimiento.

De forma casi espontánea, ha pasado a formar parte del paisaje y de su vida cotidiana un gran montículo formado por toneladas de residuos minerales contaminantes depositados por las empresas mineras que operan en la zona. Estos desechos emiten al aire partículas de plomo que van directamente al organismo del niño y afectan su crecimiento físico y funcional.

Muchos afectados

Al otro lado del tajo abierto, en el distrito de Quiulacocha, cientos de familias pasan por el mismo calvario. María de la Cruz Zacarías intenta sacar adelante a diez hijos intoxicados. Uno de ellos, Gian Pierre, alcanza los 28 microgramos de plomo por decilitro de sangre (ug/dL), casi el triple del máximo permitido por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que recomienda que estos niveles no excedan los 10 ug/dL.

"Tiene una grave infección, le cuesta respirar, sufre continuos dolores de cabeza y en la escuela no rinde lo que debería", manifiesta la acongojada madre. A estos padecimientos se suman otros efectos de la inhalación de mineral tóxico, como desórdenes conductuales, déficit de lenguaje y anemia.

A través de un estudio de plomo en sangre realizado en ambas localidades, se detectó que de 112 niños de Quiulacocha, 99 tenían más de 10 ug/dL e incluso algunos alcanzaban niveles por encima de los 30 ug/dL. En Champamarca, de 124 escolares, 101 tienen la sangre contaminada.

Los menores de 6 años y las madres gestantes son más vulnerables a los efectos tóxicos del plomo, que afecta directamente al desarrollo intrauterino y puede suponer un alto riesgo para el feto.

Los pobladores de la zona no tienen dudas a la hora de señalar un culpable. Aseguran que estas intoxicaciones son efecto de los depósitos de mineral y relaves –los pasivos ambientales–, desechos que las empresas mineras depositan al aire libre en grandes cantidades dando lugar a una especie de cerros artificiales que emiten micropartículas de plomo que son inhaladas por las personas.

La laguna muerta

La historia de la laguna Quiulacocha es un testimonio visual del drama que vive Cerro de Pasco. Donde hace apenas 15 años se divisaba una inmensa masa de agua de unas 5 hectáreas rodeada de un espectacular entorno natural, ahora hay un auténtico desastre natural. Cubierta con materiales del tajo, lo poco que hoy queda de la laguna está contaminado por la concentración de óxido, que le da un color naranja-rojizo.

Y los problemas de contaminación no son todos a los que los pobladores tienen que hacer frente. La actividad minera da lugar a explosiones diarias de dinamita que ponen en peligro la estabilidad de las viviendas que se ubican cerca de la explotación de la Empresa Volcan. En este sentido, la evidencia de fisuras y grietas en las casas, que por el avance de la explotación minera quedaron cerca del perímetro del tajo abierto, anuncia el alto riesgo de colapso al que están expuestas.

A pesar de los beneficios económicos que la actividad minera genera, la pobreza, la carencia de sistemas sanitarios, la acumulación de residuos sólidos y las construcciones precarias no solo se mantienen sino que empeoran. Además, la ausencia de atención sanitaria a los afectados hace que los perjuicios de la contaminación se hagan difíciles de contrarrestar y las personas se encuentren en peligro de contraer enfermedades de todo tipo.

Ante esta situación –denunciada muchas veces–, los habitantes de Cerro de Pasco continúan preguntándose qué beneficios ha supuesto para ellos la minería. Hasta hoy nadie les ha dado una respuesta.

Volcan niega ser responsable de daños

La empresa minera Volcan negó su responsabilidad en la contaminación de la sangre de los niños en Quiulacocha y Champamarca y recordó que fue Centromin, la compañía que operó anteriormente en la zona, la que comenzó a acumular los residuos minerales que dieron lugar a los actuales desmontes en estas localidades. Además argumenta que, respecto al informe de determinación de plomo en la sangre del Minsa, los valores de calidad de agua y aire no sobrepasan los límites establecidos.

En cuanto a las fisuras en las viviendas cercanas a la empresa minera, un vocero de Volcan, si bien admitió que las explosiones generadas por su actividad "podían causar ciertas molestias", negó rotundamente que estas fueran las causantes de las grietas. Así, achacó este fenómeno a la baja calidad del material con el que están construidas las casas y su mala planificación.

Volcan opera en Cerro de Pasco desde los años 90. Sin embargo, la actividad minera se remonta a 1900, con la empresa norteamericana Cerro de Pasco Cooper Corporation, que en 1976 pasó a ser estatizada y se convirtió en la Empresa Minera del Centro (Centromin), traspasada a Volcan mediante un proceso de privatización. Antiguamente la explotación era subterránea, pero en los años 70 comenzó a operar a cielo abierto. El tajo va creciendo y empieza a carcomer la ciudad antigua y todavía hoy sigue desplazando viviendas.

Precisiones

INCIDENCIA. La minería en Cerro de Pasco da trabajo a 2 mil personas, según el presidente regional Raúl Espinoza, quien tilda esta cifra de "insignificante" para una población que vive sobre todo de la agricultura y del comercio.

REGALÍAS. Espinoza denunció, además, que "la empresa Volcan no paga regalías, o estas son ridículas". Asegura que mientras que debería pagar unos 10 millones de soles, esta cantidad actualmente no supera los 1.5 millones.