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CARTA ABIERTA A LAS AUTORIDADES DE SALUD

Santiago, diciembre 26 de 2002.

Señor
Antonio Infante Barros
Subsecretario de Salud
Presente

En nuestro país, cada año, se comercializan más de 2 mil toneladas de plaguicidas para uso doméstico y sanitario en un marco regulatorio deficiente que permite una serie de situaciones que atentan gravemente contra la salud de nuestra población. Esto como resultado de estar regulados "provisoriamente" por el reglamento del Sistema Nacional de Control de Productos Farmacéuticos, Alimentos de Uso Médico y Cosméticos, es decir un reglamento que norma venenos, productos de belleza, alimentos y remedios.

A 5 años del cumplimiento de la fecha señalada para elaborar el reglamento específico de Plaguicidas de uso Doméstico, Sanitario y Veterinario en el Hogar -según lo estipulaba el Decreto Supremo Nº 1876 de 1995- la publicidad, almacenamiento, venta y uso de estos venenos presenta importantes carencias desde el punto de vista de la seguridad de chilenas y chilenos. Tal es el caso de la ausencia de una clasificación toxicológica en base a estándares internacionales, como la clasificación de la OMS.

De esta forma, nos encontramos con que hoy se promueven libremente por Televisión productos que son creados y concebidos para matar, como sustancias inocuas que ofrecen "protección" a nuestras familias. Parte importante de estos productos se expende en envases que no cumplen con ningún estándar de seguridad y son almacenados, y expuestos a escasos metros de alimentos, incluso de consumo directo, situación que se puede verificar en cualquier supermercado de nuestro país

Las restricciones de uso, cuando existen, son claramente insuficientes y no contempla aspectos tan importantes como condiciones ambientales de temperatura y humedad; especificación de personas que no deben exponerse a estos productos según edad y condición de salud. De igual forma no existe restricción para uso en lugares coma salas cuna y hospitales.

La normativa actual no contempla un sistema de etiquetado único, como si ocurre en los plaguicidas para uso agrícola, por lo tanto no existe un estándar mínimo de información orientado a la protección de las personas.

La dualidad en los registros de estos productos (SAG e ISP) genera vacíos legales que permite que algunos productos que contienen plaguicidas eludan los sistemas de registros por ser comercializados en otros rubros, tal es el caso de las pinturas antihongos.

Uno de los aspectos más graves que presenta la actual normativa, tiene que ver con la permisividad en el uso de plaguicidas a nivel doméstico, es decir en espacios cerrados. Mientras que en su uso agrícola -espacios abiertos- los mismos productos tienen importantes restricciones orientadas a proteger la salud de las personas.

Ante esta grave situación de desprotección, y haciendo uso de nuestro derecho ciudadano de demandar a nuestras autoridades la protección de la vida y la salud de las personas y el medio ambiente. Las organizaciones firmantes demandamos de las autoridades salud los siguientes puntos.

1. La inmediata fiscalización y retiro de todos los productos de uso doméstico, veterinario o sanitario, que contienen plaguicidas que son vendidos ilegalmente y los que violan las escasas normas de regulación que hoy existen.

Tal es el caso del producto Diclorvos, que a pesar de haber sido prohibido su uso por el Instituto de Salud Pública (Res. Exc. Nº6580 de 01 enero de 200), hoy lo encontramos en una serie de productos de uso veterinario, como collares antipulgas y rocíos sanitarios para mascotas que tienen registro vigente en el ISP.

De igual forma, aquellos productos, que conteniendo plaguicidas, no cuentan con registro del ISP ni del SAG, como pinturas antihongos, imprimantes para maderas, y ceras para pisos.

2. Que se dicte una prohibición inmediata de venta y se retiren del mercado los productos extremadamente peligrosos y muy peligrosos, y todas las sustancias cancerígenas y que provocan graves alteraciones y malformaciones genéticas, como se ha documentado científicamente a nivel internacional.

3. Elaboración e implementación urgente del Reglamento Específico para Plaguicidas de Uso Doméstico Sanitario y Veterinario en el Hogar, que lleva cinco años de retraso.

Al mismo tiempo exigimos que la elaboración de esta normativa se lleve a cabo con las activa participación de las organizaciones ciudadanas que desde su experiencia pueden realizar importantes aportes técnicos. Ello como contrapeso al intenso lobby que desarrolla la industria química y las cadenas de comercialización, que operan con casi nulas medidas de control.

Atentamente

Lucio Cuenca
Coordinador Nacional OLCA
 
María Elena Rozas
Coordinadora Regional RAP-AL

Alicia Muñoz
Presidenta ANAMURI
 
Stefan Larenas
Presidente ODECU

-Obsevatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA)

-Red de Acción en Plaguicidas y Sus Alternativas para América Latina (RAP-AL)

-Organización de Consumidores y Usuarios de Chile (ODECU)

-Consumers International

-Alianza por una Mejor Calidad de Vida

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