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Pascua Lama
Fuente:
www.z101fm.com ,
05 de Diciembre de 2009
Aristy Escuder: contrato con la minera Barrick Gold es una gran estafa
Rafael A. Alonso Rijo
El economista Jaime Aristy Escuder sostuvo que en los próximos seis años el Estado dominicano le estará regalando a la empresa minera Barrick Gold al menos 1,387 millones de dólares, en una operación que bien puede calificarse como una gran estafa en la que nuevamente se cambia oro por espejitos, sólo que esta vez ocurre en pleno Siglo XXI.
Aristy Escuder, productor del programa La Consulta Económica de la Z-101.3, observó que la Barrick Gold logró convencer al Gobierno de que se modificara el contrato para que la participación de un 25 por ciento fuera anulada hasta tanto la empresa recupere su inversión y que la tasa interna de retorno fuese superior al 10 por ciento.
“La empresa Barrick Gold se sacó la lotería. Esa empresa logró convencer al Gobierno Dominicano de que le regalara (por lo menos) 1,387 millones de dólares en los próximos seis años. Algunos dicen que esa operación constituye un cambio de oro por espejitos en pleno siglo XXI.
Esto revela que el contrato tiene un incentivo perverso que estimula el abultamiento de la inversión registrada en libros, la cual no puede ser auditada por el Estado Dominicano”, apuntó
El destacado economista emitió sus consideraciones durante un comentario, el cual reproducimos íntegro, sobre la decisión de los diputados de modificar el contrato con la empresa minera, lesionando así el interés nacional.
“La historia comienza con la empresa Placer Dome en el año 2002. En abril de ese año, el Gobierno Dominicano firmó con la empresa minera canadiense un contrato de explotación del oro de la mina de Pueblo Viejo. En ese contrato se establecía que el país recibiría un 3.2% del Retorno Neto de Fundición, que se define como la diferencia entre el precio de venta menos los costos de producción. Además, la Placer Dome pagaría una participación de las utilidades netas (PUN) que oscilaría entre un 5% y un 25%, según fuera el precio de venta del oro. Por último, la empresa cumpliría con las obligaciones de impuesto sobre la renta. Cabe recordar que, para obtener esos resultados, las autoridades dominicanas contaron con la brillante asesoría de Robert Conrad y Donald Lubick, dos expertos norteamericanos en temas mineros e impositivos, y de la firma de abogados Steel, Hector & Davis.
En el año 2006, la empresa Barrick Gold compró los intereses de la Placer Dome en la República Dominicana y en Chile. En ese momento el precio de la onza de oro troy era de 564 dólares, lo cual implicaba que la participación del Estado en las utilidades era de un 25%. En otras palabras, cuando la Barrick Gold compró a la Placer Dome sabía que adquiría un compromiso de pagar ese porcentaje al pueblo dominicano y, como es obvio, redujo ese monto del valor de compra.
El cálculo de la participación del Estado en dólares bajo el contrato de la Placer Dome es sencillo. La Barrick Gold extraerá un millón de onzas troy anualmente a un costo de 275 dólares la onza. El precio de venta actual en los mercados internacionales es de 1,200 dólares. De ahí se concluye que la empresa canadiense debería pagar anualmente al Estado la suma de 231.3 millones de dólares por concepto de participación de las utilidades netas.
Ahora viene lo inexplicable. La Barrick Gold logró convencer al Gobierno de que se modificara el contrato para que la participación de un 25% fuera anulada hasta tanto la empresa recupere su inversión y que la tasa interna de retorno fuese superior al 10%. Esto revela que el contrato tiene un incentivo perverso que estimula el abultamiento de la inversión registrada en libros, la cual no puede ser auditada por el Estado Dominicano. De hecho, la Barrick Gold acaba de anunciar que el monto de la inversión ascendería a los 3,000 millones de dólares, una suma diez veces superior a la inversión que había programado la Placer Dome en el año 2002.
Se estima que esa inversión sería recuperada en un período superior a los 6 años. De esto se puede concluir que el pueblo dominicano perderá, por la modificación del contrato, un monto de 1,387 millones de dólares, que bien pudo ser utilizado para construir escuelas y hospitales. Por ese motivo se puede afirmar categóricamente que el nuevo contrato es una gran estafa minera”.
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