LA BIOTECNOLOGÍA: UN GRAN NEGOCIO DE LAS TRANSNACIONALES DE LA ALIMENTACIÓN

Las empresas que desarrollan semillas y plantas transgénicas mediante la biotecnología son grandes transnacionales. Están a la cabeza de esta tecnología en el mundo: Monsanto, Aventis (AgrEvo y Rhône Poulnec), Novartis, DuPont, Bayer, Hi-Breed, Pioneer y Astra-Zeneca.

Estas empresas dedicadas a la biotecnología están en constante transformación y fusión con otras. Por ejemplo, CALGENE -que creó la soya transgénica- hoy ya no existe, fue absorbida por MONSANTO que recientemente se fusionó con Fharmacia Upjohn.

MONSANTO y DU PONT son las más grandes que existen en Estados Unidos y controlan el mercado de semillas.

La biotecnología se ha convertido en un multimillonario negocio de unas cuantas empresas constituidas por sociedades anónimas, que a través de la venta, fusión o absorción, pueden desaparecer o aparecer convertidas en otras, por tanto, de esta forma si hay daños en el mediano y largo plazo para el ambiente o la salud, también pueden ser empresas de responsabilidad anónima.

Según estas empresas, el objetivo es hacer estos productos más resistentes y con vida más prolongada, mejorar la productividad y hacerlos más rentables (en beneficio de la industria alimenticia.). Destacan que sus esfuerzos científicos se han concentrado en acentuar determinadas características hereditarias de las especies, útiles para el productor: resistencia a heladas, tolerancia a los herbicidas y plaguicidas, resistencia a la sequía, soportar mayor tiempo de almacenamiento y crear cortezas gruesas para facilitar su transporte. Afirman, por último, que la aplicación de esta técnica tiene con objetivo erradicar el hambre del planeta...

Las características de las semillas transgénicas señaladas anteriormente hacen que éstas puedan ser consideradas útiles y atractivas para el productor agrícola. Sin embargo, detrás estos beneficios hay costos y riesgos para el ambiente y la salud tan grandes que hoy ni siquiera estamos en condiciones de calcular.

Por esta razón la técnica de la manipulación genética, para producir transgénicos es rechazada en forma creciente por un mayor número de países, entre otras cosas porque implica los siguientes riesgos:

Las alergias se producen cuando una persona que es alérgica a la nuez de cajú, consume, por ejemplo, soja a la cual se le ha introducido un gen de esa nuez. De esta forma un alimento que para la persona es inocuo puede provocar una reacción alérgica, sin que exista la posibilidad de saber que el alimento estaba manipulado genéticamente con una substancia extraña. Los alimentos manipulados también pueden incrementar la resistencia a los antibióticos, resultando más difícil controlar las enfermedades. Por otra parte, pueden aumentar las tóxinas vegetales naturalmente presente en los alimentos, o desarrollar toxinas nuevas.