Fuente: Brecha
Fábricas de celulosa en Uruguay: vacíos de información y contradicciones
Sergio Israel
Cinco técnicos de la División Evaluación de Impacto Ambiental de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Beatriz Costa, Flavio Scasso, Claudia Bessouat, Cyro Croce y Eugenio Lorenzo) pusieron su firma al pie de un informe, fechado el 11 de febrero último, que autoriza la construcción y puesta en funcionamiento de la planta que piensa construir el Consorcio Botnia en Fray Bentos. No obstante, el documento advierte sobre puntos que deben ser corregidos y formula críticas al proyecto. La Dinama, que ya había aprobado el de ENCE, expresa que en el caso de Botnia "en reiteradas oportunidades la información se presentó en forma muy dispersa y no dio respuesta o dio respuesta no satisfactoria a las preguntas planteadas" durante el proceso iniciado el 30 de octubre de 2003, cuando el grupo finlandés se presentó oficialmente ante el organismo.Entrando en los aspectos concretos del proyecto se afirma que "el Estudio de Impacto Ambiental (Esia) se contradice sobre la significación del impacto que tendrá la construcción de dicha terminal sobre la fauna ictícola del lugar. La actitud del proponente durante el proceso de evaluación - señala- no siempre se ajustó al principio declarado (de transparencia) y se entiende por tanto que esta situación debiera revisarse". A continuación se afirma que "En los documentos aportados por Botnia durante el proceso de evaluación (...) se identificaron vacíos de información, contradicciones (incluso dentro del mismo documento) y respuestas dispersas y poco satisfactorias. La información recibida se caracterizó además por ser muy voluminosa y a la vez poco clara, reiterativa y en ocasiones superflua y de escasa calidad".Todo lo anterior "resultó en un claro y reiterado entorpecimiento del proceso de evaluación. Sin perjuicio de ello, este grupo de trabajo entiende que el análisis que concluye con el presente informe tiene la calidad suficiente como para emitir opinión respecto de la solicitud de autorización ambiental del proyecto".Además de consideraciones sobre la contaminación del aire, los ruidos, los vertidos al río y otras, el informe sostiene que "gran parte del predio sufrirá impactos directos e irreversibles por la instalación de la planta de celulosa y sus obras accesorias que no fueron adecuadamente evaluados en el Esia" y que éste "ha omitido la consideración de medidas de mitigación o compensación para la afectación a los desagües naturales sobre los que se ubicará buena parte del proyecto y para las consecuencias que ello acarrea. Tampoco se analiza ni se plantea cómo se manejarán los escurrimientos dentro del predio del proyecto para ninguna de las fases del mismo". Tampoco "aborda adecuadamente la consideración de los impactos derivados de la muy probable migración de mano de obra hacia la zona del proyecto, particularmente durante la fase de construcción, ni la capacidad de la ciudad de Fray Bentos para absorber el aumento de la población derivado del dinamismo económico asociado al proyecto".Con respecto a la valoración de la empresa en el sentido de que desde el punto de vista del paisaje la obra resulta positiva en tanto "sinónimo de prosperidad", los técnicos de la Dinama afirman que se trata de una consideración "enteramente subjetiva y por tanto objetable".En cuanto a riesgos de accidentes, sostiene que "dada la magnitud de la afectación que podrían generar los accidentes en el transporte fluvial de productos químicos, se considera que Dinama no debería autorizar el inicio de las obras del proyecto hasta que sean satisfechas todas las inquietudes acerca de las consecuencias que podrían generar tales situaciones". Un cuento finlandés EL ministro de Ganadería y Agricultura, José Mujica, anunció que se terminará con la subvención al sector forestal. "A esta altura es una felonía que el pueblo uruguayo esté subvencionando a inversiones trasnacionales, poderosísimas, para plantar árboles", afirmó. La medida, prevista originalmente para 2007, afecta a la producción misma de madera. Botnia y ENCE dejarán entonces de recibir un subsidio como plantadores. Sin embargo, al operar en zona franca, al menos los finlandeses recibirán otro tipo de beneficios de parte del Estado. Y es que Uruguay dejará de subvencionar la forestación pero de cierta forma estará subvencionando las plantas que producen la pulpa de celulosa, ya que renuncia a cobrar los impuestos que hubiesen correspondido a esta industria. A su vez, el acuerdo de inversiones firmado por Finlandia y el anterior gobierno uruguaya protege al inversor frente a paros, huelgas y otras medidas. Quienes critican la política forestal del país sostienen, entre otras cosas, que, descontando el anunciado incremento de puestos de trabajo, las plantas exoneradas de impuestos no dejarán riqueza en el país. El gran negocio lo haría el propio inversor, que compraría la madera a bajo precio, exportaría la pulpa a un costo más elevado y recibiría exoneraciones impositivas en su país. Para Uruguay, además de la renuncia a percibir ingresos por impuestos, quedaría el costo ambiental, el mantenimiento de las carreteras, el dragado, el acceso al puerto y otras obras de infraestructura que no haga el inversor.
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