Fuente:
www.guayubira.org.uy - 6 de abril 2005
Plantas de celulosa: una burla hacia un acuerdo internacional
Red de Acción en Plaguicidas – Uruguay
Dentro de un mes, Uruguay será el país anfitrión
de la primera Conferencia de las Partes del Convenio de Estocolmo, que
entró en vigencia el año pasado. El objetivo central de
este convenio ratificado por Uruguay es el de transitar hacia la reducción
y eventual eliminación de una serie de contaminantes muy peligrosos
y persistentes, entre los que se encuentran las dioxinas y furanos.
Lamentablemente, poco podrá mostrar el gobierno uruguayo en cuanto
a su compromiso al respecto, ya que el gobierno anterior aprobó
la instalación de dos gigantescas plantas de celulosa en las cercanías
de Fray Bentos, que en caso de instalarse, incrementarían las emisiones
de dioxinas y furanos en el país, violando así el espíritu
del convenio.
Es interesante señalar que ambas empresas tienen en sus países
dos tipos de plantas de celulosa: uno con el sistema llamado ECF (que
utiliza dióxido de cloro) y otro con el proceso TCF (que no utiliza
ni cloro ni compuestos de cloro). Sin embargo, ambas empresas (la española
ENCE y la finlandesa Botnia) se proponen instalar en Uruguay plantas con
el sistema ECF, que es precisamente el que libera dioxinas y furanos.
Ambas empresas han asegurado que sus emisiones de esos contaminantes
serán casi inexistentes y tanto el gobierno anterior como el actual
parecen haberles creído. Es importante entonces resaltar que existen
estudios que prueban lo contrario.
Por ejemplo, en una investigación sobre emisiones aéreas
en una planta finlandesa del tipo ECF se “detectaron niveles altos
de varias dioxinas y furanos clorados, donde los furanos eran el componente
principal” (Rosenberg et a/. 1994). La misma investigación
encontró que los niveles del principal furano hallado en el aire
“eran más altos en la sangre de un grupo de trabajadores
de la planta de celulosa que en la población aledaña”
(Rosenberg et al. 1995).
En otro estudio en los Estados Unidos, se analizaron los efluentes líquidos
de una planta ECF y se encontraron dioxinas y furanos en el efluente que
llegaba a la planta de tratamiento, en los lodos de la misma y en el agua
filtrada de los lodos”.
En una planta ECF en Nueva Zelanda se hallaron “elevados niveles
de compuestos clorofenólicos en el río y en los sedimentos
del río donde se volcaron los efluentes. Las concentraciones de
clorofenólicos no volvieron a los niveles normales hasta aproximadamente
20 kms aguas abajo de la planta” (Judd et al. 1995).
Los resultados de otro importante número de estudios sobre plantas
de celulosa que utilizan el sistema ECF muestran que las dioxinas que
emiten “continúan estando presentes a niveles detectables”
(Gillespie 1996).
La presencia de cloro elemental (que es el principal generador de dioxinas
y furanos) en plantas de celulosa ECF ocurre a través de dos formas.
Por un lado, la propia producción del dióxido de cloro que
utiliza la planta es acompañada por la co-producción de
cloro elemental. Pero aún si ese problema se resolviera “también
se genera cloro elemental durante el blanqueo con dióxido de cloro
(Reeve et al. 1995).
Es decir, que si se instalan las plantas de celulosa, Uruguay aumentará
sus emisiones de dioxinas y furanos a niveles probablemente muy superiores
a los que fueron estimados por las evaluaciones de impacto ambiental presentadas
por las empresas. ¿Qué dirá Uruguay, como país
anfitrión, en la apertura de la Conferencia de las Partes del Convenio
de Estocolmo, acerca de su compromiso con el convenio? ¿Que lo
siente mucho?
Fuente: Stringer, Ruth y Johnston, Paul. Chlorine
and the Environment:
An Overview of the Chlorine Industry, Kluwer Academinc Publishers, 2001
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