- Chile - Canadá:07 de Abril de 2025
Tierras raras: los tentáculos geopolíticos que salpican al proyecto en Penco

El interés empresarial que existe en el Biobío por desarrollar la minería de tierras raras se enmarca en un contexto geopolítico en donde las llamadas «potencias» buscan asegurar sus suministros. En este trabajo, los autores caracterizan el escenario en donde Chile vive una presionada tramitación ambiental que busca ser beneficiosa para el bolsillo de empresas mineras.
Por
Javier Arroyo Olea* y
Pablo Cornejo**
El escenario global actual sostiene una persistente búsqueda para encontrar alternativas a los combustibles fósiles y descarbonizar la generación y consumo energético, lo que se ha caracterizado como una transición energética de carácter corporativo donde los réditos económicos se mantienen en los mismos bolsillos empresariales. En este sentido, las tierras raras, siendo parte de los llamados "minerales críticos", son un botín que tributa al carácter corporativo de la transición.
Las tierras raras corresponden a un conjunto de 17 elementos químicos, que se encuentran en el tercer grupo de la tabla periódica, entre los cuales se destacan el escandio, la monacita y el grupo de los lantánidos, cuyo uso se ha planteado como un
"facilitador" de esta transición energética, pero también siendo parte de una "actividad económica" que va desde el mercado energético hasta el negocio de la guerra.
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¿Lo "raro"?
Pese a lo que se ha concebido, el carácter de "raro" ha sido cuestionado últimamente ante los nuevos avances tecnológicos y diferentes yacimientos que se han explorado. En este sentido, este adjetivo no radica en su escasez/rareza, sino más bien en lo "difícil" que sería encontrar yacimientos de estos minerales que permitan desarrollar una extracción a un bajo coste económico, presentándose así, según
Klinger, una confusión semántica alrededor del nombre, ya que las "tierras raras", en sí mismas, no son raras, por lo menos no más raras que el plomo u oro, como ya planteó la propia
Comisión Chilena del Cobre en el año 2016.
En la actualidad, la producción de estos minerales está marcada por un fuerte control -casi monopólico- ejercido por China, potencia que se ha establecido desde la década de 1940 como la principal productora de tierras raras en el mundo y con la cual Chile posee un fuerte lazo comercial.
Según datos del Servicio geológico de los Estados Unidos (USGS, por sus siglas en inglés) en 2022, China cuenta con el 34% de las reservas mundiales, el 70.71% de la producción minera mundial y lleva a cabo el 87% del proceso de refinamiento de estos minerales, lo cual establece una enorme ventaja geopolítica y comercial de la potencia asiática respecto al resto de países del mundo.
"El Medio Oriente tiene petróleo. China tiene Tierras raras" (Deng Xiaoping, 1992)
China ha logrado generar un gran impacto e influencia en los precios a nivel mundial de estos minerales, lo cual ejerce un
gran riesgo y control por parte de China sobre la transición energética internacional. Por lo cual países europeos y Estados Unidos han buscado diversificar la producción de las tierras raras con el fin de reducir el control chino sobre el mercado. Según la
Agencia Internacional de Energía (IEA, por sus siglas en inglés), el suministro de estos minerales es calificado como de alto riesgo y con una baja capacidad de respuesta ante posibles interrupciones del suministro.
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En esta lógica, y en el contexto en que se desata una guerra comercial entre EE.UU. y China, se vive una fuerte promoción sobre esta
diversificación del mercado de las tierras raras, ejerciendo presión y control, tanto económico como político por igual a naciones con reservas de estos minerales, los intereses en establecer nexos con naciones que cuentan con estos recursos naturales -como Chile o Ucrania- , se suscitan en establecer y llevar a cabo acuerdos comerciales que buscan la extracción y aseguren el suministro al resto de países.
El caso de mayor visibilidad a nivel mundial es el de los bienes comunes naturales -denominados comercialmente como recursos- ucranianos, donde los presidentes Trump y Zelenski ya contaban con un
principio de acuerdo sobre la cesión de los recursos minerales, principalmente tierras raras, a la nación norteamericana, a raíz de la subvención de Estados Unidos en la guerra Ucrania-Rusia, por la que además protagonizaron un
momento tenso en la Casa Blanca.
Además, con el nuevo gobierno de EE.UU., se ha evidenciado un cambio en las relaciones y colaboración entre la
Casa Blanca y
Moscú, con el fin de generar nuevos proyectos de extracción de tierras raras y otros elementos, como el aluminio, para conseguir estabilizar los precios y el suministro de estos. Específicamente, se han declarado intenciones de colaboración en el territorio ucraniano, incluyendo el invadido por las fuerzas armadas rusas. Por lo que, recientemente, desde Kiev se ha evidenciado
la intención de renegociar este acuerdo, dadas las condiciones desfavorables impuestas sobre sus bienes comunes naturales.
Este es un contexto clave para comprender las dimensiones transfronterizas en que se inserta el mercado de tierras raras en Chile, cuyo proyecto estrella está cruzado por la conflictividad socioambiental con la finalidad de asegurar el suministro de los países del llamado "Norte Global".
Chile y Penco: clave para la transición corporativa
Desde el año 2011, el
Servicio Nacional de Geología y Minería, tras amplios mapeos geoquímicos en territorio nacional, ha anunciado el descubrimiento de grandes concentraciones de tierras raras en diferentes territorios del país, principalmente en las regiones de Atacama y del Biobío, lo cual establece a Chile como un mercado de gran interés para inversiones mineras tanto nacionales como extranjeras relacionadas con las tierras raras, fijando el interés del empresariado sobre este mercado a disposición de intereses comerciales fuera del país.
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De esta forma, la extracción de las tierras raras se establece como un mercado incipiente en Chile, donde se hace gala de la característica minera del país, enfatizando en el liderazgo en la producción de cobre y litio, y en el alto interés en diversificar la matriz exportadora chilena, con el fin de atraer los intereses de la inversión internacional y así consolidarse como un proveedor alternativo en el mercado global, sin guardar una mayor consideración y omitiendo el daño que establece y propaga en los territorios la actividad minera en esta escala.
Es por esto por lo que tanto a nivel global, nacional y local se han insertado discursos respecto a la inversión extranjera y el aprovechamiento de las oportunidades, estableciendo una enorme presión por avanzar rápidamente en la tramitación de estos proyectos, la cual se ejerce tanto por empresas, autoridades locales y de Gobierno, como también por factores geopolíticos sin tener mayor consideración en los impactos medioambientales y/o sociales generados donde se extraen los minerales.
En Chile, actualmente el principal proyecto que se lleva a cabo sobre la exploración y búsqueda de explotación de tierras raras se encuentra a cargo de la empresa REE UNO SpA, cuya propiedad ha pasado por distintas manos empresariales y hoy en las de
Aclara Resources, cotizando en la Bolsa de Valores de Toronto (Canadá) -perteneciente al Grupo Hochschild-, compartido con el Grupo CAP; un proyecto con un historial de conflictividad socioambiental donde organizaciones y comunidades han expresado su rechazo de múltiples formas, como con la histórica consulta comunitaria realizada el año 2022, donde el 99,02% de los participantes votaron por un "No a la Minera".
Esta misma empresa se inserta en un contexto geopolítico favorable para proyectos de inversión de tierras raras, y se ha dedicado a darlo a conocer. En noviembre de 2024, Aclara
anunció que la administración de Comercio Internacional del Departamento de Comercio de EE.UU. a través del programa SelectUSA, gestión que le permitiría desarrollar un proyecto de separación de tierras raras. De igual forma, la empresa canadiense ha anunciado asociaciones con la Unión Europea tras ser seleccionada por Mecanismo de Materias Primas Críticas (CRM) de la Comisión Europea como «el principal proyecto de tierras raras para apoyar los objetivos minerales estratégicos de la UE», indicaron desde la empresa.
Estos elementos son esenciales de tenerlos en consideración al momento de analizar la situación que se vive en los cerros de Penco; acá no solo hablamos de un conflicto socioambiental que lleva años, ni tampoco a una amenaza extractiva que puede desarrollarse en el Gran Concepción y extenderse a otros territorios del país: Nos referimos a un rol estratégico que está jugando Chile, cuya rienda suelta a la minería puede continuar con la lógica propia del extractivismo: devastar territorios y comunidades locales para dejar paupérrimos réditos al Estado y en beneficio generalizado del empresariado nacional y transnacional en un plano de disputa entre potencias del Norte Global.
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* Integrante del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales – OLCA
** Practicante de Antropología en el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales – OLCAFuente:
https://resumen.cl/2025/04/02/tierras-raras-los-tentaculos-geopoliticos-que-salpican-al-proyecto-en-penco/52
