Conflictos ambientales en Bolivia

Fuente: www.info-moreno.com.ar, 23/01/05

Un levantamiento pacífico pone fin a atropellos de Suez-Aguas del Illimani

Relacionado:

Por Idón Chivi Vargas

Resumen: artículo publicado el 23 de enero de 2005 en el
casi centenario diario La Patria , de Oruro.
Suez es la misma empresa francobelga que opera en forma similar (no invertir, que invierta el Estado
o que los préstamos los tomen los Estados endeudados) en Argentina. Aguas Argentinas es de Suez
(la SOFINA belga es una de sus principales accionistas),
de Aguas de Barcelona y de la Corporación Financiera Internacional.
En Suez, a su vez, la belga SOFINA
(socia de la petrolera Total y la que fuera dueña de la Chade y de la CADE)
es una de sus principales accionistas.
La práctica inmoral de prevaricato que hace el Banco Mundial también
es similar en Argentina y Bolivia:
aquí en Aguas Argentinas tiene el 5% de la empresa,
y en Bolivia posee el 8% de las acciones,
y en ambos países juzga en el "tribunal" del CIADI.
El autor es abogado.


Suez, la transnacional más grande del mundo en provisión de servicios de agua potable, se va de Bolivia después de un paro cívico indefinido convocado por la Federación de Juntas Vecinales (FEJUVE) de El Alto. Las razones que llevaron a pedir la salida de Suez-Aguas del Illimani son que esta empresa se negó a realizar inversiones para ampliar el servicio de agua potable a 200.000 personas pobres de la ciudad de El Alto, y a que promovió la subida de las tarifas de conexión de agua potable y alcantarillado a 445 dólares americanos , suma que era inaccesible para 70.000 personas que no se conectaban dentro del área "servida" de la empresa.

Suez-Aguas del Illimani quería que el Estado boliviano y la cooperación internacional le consiguieran donaciones y créditos blandos para cumplir con las metas de expansión necesarias dentro del área de concesión. La respuesta de los pobladores de El Alto fue que esas donaciones y créditos deben ir a una empresa pública nacional y no a una transnacional que está haciendo jugosas ganancias con este derecho humano.

El gobierno de Bolivia intentó por dos veces consecutivas la revisión del contrato con Suez-Aguas del Illimani. La respuesta de la transnacional textualmente fue: "...rechazamos la existencia de una facultad de la Superintendencia de Saneamiento Básico o cualquier otra autoridad de la República de Bolivia para dicha supuesta 'revisión'" (29 de noviembre de 2004). Frente a esta situación y ante la magnitud del paro que duró tres días el Gobierno emitió un Decreto Supremo instruyendo la terminación del contrato con Suez-Aguas del Illimani tanto en las ciudades de El Alto como de La Paz, ya que el sistema es indivisible.

El paro fue todo un éxito por su unidad, contundencia y carácter pacífico. Más que una guerra del agua fue un levantamiento por el agua, en donde no hubo muertos ni heridos, porque toda la población salió a bloquear en todos los barrios de la ciudad de El Alto exigiendo que el agua sea un servicio público y no un negocio privado.

Ahora, transitoriamente, se hará cargo la antigua empresa municipal hasta que se constituya una nueva empresa social con participación de los vecinos y bajo control social de la FEJUVE. Suez-Aguas del Illimani no ha aceptado una terminación acordada del contrato y se prepara para entablar una demanda multimillonaria contra Bolivia en el CIADI (Centro Internacional para el Arreglo de Diferencias relativas a las Inversiones) dependiente del Banco Mundial. Es de hacer notar que el Banco Mundial tiene el 8 % de las acciones de Aguas del Illimani a través de su brazo privado, la Corporación Internacional Financiera (CIF). En otras palabras, si prospera esta demanda, el Banco Mundial será juez y parte directamente. Frente a este nuevo atropello que intenta cometer Suez es fundamental iniciar una campaña en Francia y en todo el mundo contra esta transnacional que es una de las que más demandas ha instaurado contra países en desarrollo.