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26 de mayo de 2009
"Lecciones no Aprendidas"
Antofagasta,
26 de mayo de 2009
Por: Pedro
Marín Mansilla, (Presidente Federación Minera de Chile)
Chile es reconocido en el mundo como
un país exportador por excelencia y, que además, es el mayor productor
mundial de salitre natural, litio y cobre y, justamente; el "Cobre"
ocupa desde hace ya varias décadas, el mayor porcentaje de envíos
al exterior,. Pero lamentablemente, el concepto o frase NO RENOVABLE,
al parecer, no ha sido lo suficientemente asimilada por nuestras autoridades
locales y nacionales, por ende, estamos muy próximos a "repetir
la historia".
Como consecuencia
del modelo económico y social imperante, más la alicaída educación
cívica en los colegios del país, los chilenos hemos ido olvidando
progresivamente gran parte de nuestra historia política, económica
y social contemporánea. Dando lugar a la validación inconsciente
del despojo de nuestras principales riquezas tal y como si se tratara
de un territorio sin dueño, al cual cualquiera puede acudir y con el
beneplácito del gobierno, extraer desde sus entrañas, este y otros
metales preciosos, hasta su agotamiento. Esto ocurre y seguirá
ocurriendo en la medida que nosotros los habitantes de estas tierras
no valoremos y cuidemos lo que era y es nuestro, y que podría ser también,
el legado para nuestros hijos y nietos.
Resulta entonces
de la imprescindible necesidad, retroalimentar a toda la comunidad
y por sobre todo a los más jóvenes de la importancia que tuvieron
y tienen para la economía nacional estos recursos naturales, por ejemplo;
"el salitre", que a mediados del siglo XIX, fue apetecido por inversionistas,
tanto chilenos como ingleses y americanos, quienes invirtieron en las
salitreras de la primera y segunda región, incorporando a su vez, innovaciones
tecnológicas que incrementaron profusamente su rentabilidad, generando
importantes divisas para la nación..
Después de
la Guerra del Pacífico, en vez de consolidarnos como propietarios y
productores absolutos de la pampa salitral, el gobierno chileno cedió
a manos extranjeras, la explotación del salitre. A pesar de ello,
el Estado impuso un impuesto fijo a la exportación del mineral lo que
le implicaba una compensación importante de recursos. Eso considerando
que el oro blanco al igual, que ocurre hoy con el cobre, era exportado
sin valor agregado, es decir, el modelo se repite y, ni antes ni ahora,
existe voluntad política que impulse la diversificación de la industria
minera y con ello, generar más empleo que propenda a la especialización
y perfeccionamiento industrial de nuestros jóvenes profesionales.
Pero aún frente
a este panorama de externalización del caliche, Chile, se vio
favorecido con los recaudos que generaba la exportación del preciado
mineral y, ya en 1910 había más de 100 oficinas salitreras en
funcionamiento, llegando al año 1914 a registrase hasta 130 pueblos
salitreros esparcidos por el norte chileno, pasando de una producción
anual de 2,5 a 3 millones de toneladas alcanzadas en 1917, (Fuente: Cariola Carmen, Sunkel Osvaldo;
Un siglo de historia económica de Chile).
La absorción
de empleo fue otro hecho relevante, debiéndose acudir al método conocido
como "el enganche", trayendo miles de chilenos de otras regiones
del país para poder abastecer la creciente demanda de mano de obra,
pasando de 88.000 obreros empleados en 1885 a 230.000 en 1910. Durante
el apogeo del oro blanco, el Estado de Chile, pudo no sólo abastecer
pueblos y comunas enteras de agua potable y alcantarillado, sino
que tuvo también, importantes avances en infraestructura vial y ferroviaria,
además de crear y extender las comunicaciones a través las primeras
líneas telefónicas y telegráficas en el país.(Fuente:
Cariola Carmen, Sunkel Osvaldo; Un siglo de historia económica de Chile).
Después de
décadas de bonanza la industria salitrera sufre impactos externos.
Primero, el desarrollo y producción del salitre sintético y por otra,
los impactos de la `Gran Depresión de los años 30`. lo que sin duda
repercutió fuertemente en la economía nacional.
Lo anterior,
pareció ser "una lección no aprendida", puesto que hoy
el escenario no es precisamente distinto al de esa época y,
al igual que entonces, nuestros mandatarios hoy creen que esto será
eterno.
El cobre, que
reemplazó al salitre, comenzó a ser extraído y comercializado
íntegramente por inversionistas foráneos. No obstante y después de
un tiempo, el pueblo chileno, -impulsado por líderes políticos concientes
de su importancia-, inició propuestas y postulados que clamaban una
mejor participación de las utilidades que generaba su venta al exterior.
Fue así que el 5 de mayo de 1955 se promulga la Ley Nº 11.828, la
cual incipientemente fijaba las disposiciones relacionadas con las empresas
productoras de cobre de la gran minería y, crea el "Departamento
del Cobre". Luego, dicha normativa fue modificada a través de la
Ley Nº 16.425, publicada con fecha 25 de enero de 1966 y el texto de
ambas leyes, fue refundida finalmente en la Ley Nº 16.624 publicada
el 15 de mayo de 1967.
Un aspecto
esencial a rescatar de dicho cuerpo legal, se encuentra en el Art. 1º,
el cual, establecía en su texto original lo que debía entenderse como
"empresas productoras de cobre de la gran minería", señalando
que éstas eran las que; "produzcan dentro del país cobre blister,
refinado a fuego o electrolítico, en cualquiera de sus formas, en cantidades
no inferiores a 75.000 toneladas métricas anuales mediante la explotación
y beneficio de minerales de producción propia o de sus filiales o asociadas".
Además, se les establecía, en el inciso segundo un impuesto único
sobre sus utilidades compuesto por "Una tasa fija de 50% sobre las
ganancias correspondientes al total de la producción, además de una
sobre-tasa variable de 25%, que se aplicaba a las utilidades correspondientes
a la producción básica y que se reducía proporcionalmente al aumento
de la producción. (….) Finalmente, el artículo 33 de la misma
norma, disponía que el 9% de los ingresos, debían ser depositado en
una cuenta especial, teniendo entre otras como finalidad un 50% para
destinarlo a la ejecución de un Plan de Obras Públicas en las provincias
de Taparacá y Antofagasta, entre otras.
Fue la aplicación
y modernización armónica de estas iniciativas legales y los evidentes
beneficios para el país, los cimientos que levantaron la idea de nacionalizar
el cobre. Iniciativas, que venían incluso desde antes, tomando
cuerpo en personajes de nuestra historia como: "Luis Emilio Recabarren,
Marmaduque Grove, Salvador Ocampo, Elías Lafertte, Radomiro Tomic,
Eduardo Frei Montalva, Salvador Allende Gossens, Raúl Ampuero,
Aniceto Rodríguez, Alejandro Chelén, Adolfo Quinteros, Galvarino Palacios,
ente otros ilustres personajes, muchos de los cuales, son parte de
la historia olvidada por la sociedad, pero que para muchos, "aún viven en
su ausencia."
Poco a poco,
los trabajadores del cobre en conjunto con la sociedad generalizada,
tomaron la bandera de la nacionalización de la principal riqueza básica
del país, asentando la firme idea de rescatar el cobre para Chile,
El Congreso Nacional en Pleno, aprobó por Unanimidad la Nacionalización
del Cobre, el 11 de julio de 1971.. Ese día, el Presidente Salvador
Allende, en su discurso en la ciudad de Rancagua, con la presencia masiva
de trabajadores del cobre, señaló, entre otros planteamientos:
`Con el 'Sueldo de Chile', se lograría la `Segunda Independencia
de Chile' que permitirá construir una nueva economía para resolver
todos los problemas sociales y económicos de las generaciones actuales
y futuras de Chile.
Después vino
la gestación del `Golpe de Estado` e impuso a través de la norma anticonstitucional
de 'Concesión Plena', de José Piñera, la desnacionalización
del cobre y que los gobiernos de la Concertación se han dedicado a
perfeccionar. Esto sin duda, es otro evento de la historia tergiversada
y oculta, de la cual no hemos sustraído el aprendizaje suficiente,
puesto que al igual que entonces; "en general los medios de comunicación
más influyentes, confabulan con el gobierno de turno para mantener
el actual saqueo de nuestras riquezas naturales en perfecta oscuridad".
En efecto, hoy los chilenos somos dueños de sólo el 28% del recurso
cobre, por ende el restante 72%, está en manos privadas, fundamentalmente
extranjeras, las cuales, entre los años 2005 a 2008 han enviado al
exterior, aproximadamente 80 mil millones de dólares. Situación
que contrasta con sólo los 22.000 millones de dólares que el Estado
de Chile captó como ahorro en el mismo periodo. Todo esto, con el silencio
cómplice del mundo político. "De Historia
no hemos aprendido nada."
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