Proyecto Minero Pascua Lama

Comunicaciones Copiapó 7 de agosto de 2008

Religiosos y religiosas de la diócesis de Copiapó se manifiestan a favor del medio ambiente
Obispo pide revisar aprobación a Pascua Lama

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Manifestarse una vez más por el cuidado del medio ambiente y la defensa del agua en Atacama fue el objetivo de la marcha "Por un mundo sano convocada por la Conferencia de religiosos y religiosas Conferre, de la diócesis de Copiapó.

La marcha se realizó el pasado martes 5 de agosto, y comenzó en un lugar significativo: el puente Copayapu, bajo el cual hasta hace algunos años corría el río Copiapó, el que hoy está seco.

Desde allí, los religiosos y religiosas, acompañados de la comunidad, caminaron hasta la plaza de Armas de la capital regional, entonando cantos y consignas en defensa del medio ambiente.

Una vez en la plaza, tomaron rumbo a la Catedral, para celebrar la Eucaristía, presidida por el Obispo diocesano, Monseñor Gaspar Quintana J., CMF.

El agua es un derecho, no una mercancía

En su homilía, Don Gaspar reiteró que el cuidado de la creación es deber de toda la sociedad, especialmente los cristianos, que estamos llamados a respetar la naturaleza y los recursos, y usarlos con delicadeza y sentido solidario, tal como lo señaló Aparecida, y citando a Juan Pablo II, señaló que el agua es un derecho humano, no una mercancía.

En cuanto al polémico proyecto de la empresa Barrica Gold, Pascua Lama, que se está instalando en el Valle del Huasco y que ha provocado el rechazo de la comunidad por amenazar el agua, el Obispo reiteró que la postura de la Iglesia siempre ha sido que todo proyecto peligroso para el hombre y la naturaleza debe ser rechazado hasta que no haya certeza de que no significará daño alguno.

Mencionó también que toda la actividad económica debe estar siempre supeditada al bien común, por lo que las empresas y el Estado deben garantizar un medio ambiente sano para todas las personas. Hizo también un llamado a todos los sectores a aunar esfuerzos orientados a una mejor calidad de vida no sólo para nosotros sino también para las generaciones venideras.

Fuente: Comunicaciones Copiapó

El Mercurio, 6 de agosto de 2008