Con la complicidad
del gobierno y sus instituciones la empresa CELCO sigue utilizando
la violencia para intimidar a quienes se oponen a sus intereses
Ataque a los defensores
del Mar
Cerca de las 10 hrs.
AM del día domingo 12 de julio Estaniz Paillan -“el
Chino”-, constante defensor del mar y del territorio contra las
intenciones de contaminación de la empresa Celulosa Arauco y Constitución
(CELCO S.A.), se dirigía por el río Lingue en una embarcación a motor
desde su localidad, el sector de Mississippi, ubicado en la desembocadura
del río Lingue -región de Los Ríos, sur de Chile- hacia la caleta
de pescadores de Mehuin, ubicada un cierto trecho río adentro, para
dejar a un compañero que debía tomar locomoción desde Mehuin hacia
el pueblo de San José de la Mariquina. En ese trayecto se encontraron
con otra embarcación, tripulada por Joaquín Vargas
-dirigente de la pesca artesanal de Mehuin, y cabecilla local de las
negociaciones y colaboración con la empresa CELCO- y otras dos personas
ajenas a la localidad, que se hallaban realizando algún tipo de mediciones
en el río, pues llevaban cajas, botellas y recipientes para guardar
muestras y otros equipos.
Chino y su compañero,
comprendiendo que se trataba de parte de los estudios que aún debe
realizar CELCO para lograr construir su ducto de descarga de residuos
industriales líquidos al mar, se acercaron a la embarcación para indagar
de qué se trataba. Por respuesta Joaquín Vargas les dijo que eran
estudios por el tema de los choros que habitan el río y su cultivo,
lo que fue cuestionado por los defensores del mar, pues evidentemente
no se trataba de eso. A partir de lo cual les fueron lanzados objetos
y fueron insultados.
En ese mismo momento
Chino se dio cuenta de que por atrás se acercaba una embarcación
a toda velocidad dispuesta a embestirlos por la popa y dañarles el
motor, ante lo cual reaccionó rápidamente dando media vuelta para
esquivarlos y acelerando la marcha en retorno a su hogar en Mississippi.
La embarcación agresora propiedad de Marcelo Ortiz y tripulada por
Emardo Pino y otros pescadores que trabajan para CELCO, realizó una
persecución de la embarcación de los defensores del mar durante la
cual los perseguidores perdieron accidentalmente su motor, que se desprendió
y cayó a las aguas del río.
Joaquín Vargas, Emardo
Pino, así como los propietarios de la embarcación en donde se realizaban
los estudios y la embarcación agresora, son parte central del contingente
de de personas que ha reclutado CELCO, a través de la subscripción
de un convenio de “asistencia recíproca” con la empresa, en que
a cambio de sumas de dinero deben resguardar y apoyar los intereses
de la empresa en la construcción de su ducto. Esto en la práctica
implica intimidar y agredir a quienes se oponen a la contaminación,
así como ser parte de la campaña de lavado de imagen que realiza la
empresa.
Minutos más tarde se
escuchaba por comunicación radial la denuncia que hacían los agresores
hacia la Gobernación Marítima de la ciudad de Valdivia, en donde,
tergiversando los hechos declaraban que habían sido atacados por los
defensores del mar y que como resultado se les había botado un motor
al agua.
Mientras los defensores
del mar desmentían este hecho y denunciaban cómo fue que ocurrieron
las cosas, solicitando la presencia de la Autoridad Marítima en la
zona, se acercaron a la caleta tres embarcaciones de pescadores de Mehuin
que trabajan para CELCO, una color blanco, sin nombre, propiedad de
Emardo Pino, una amarilla propiedad de Cristian Muñoz y otra verde
de Víctor Cartes, tripuladas por un total aproximado de 30 personas.
Los tripulantes venían provistos de punzones, así como de fierros
afilados de alrededor de 2 metros de largo. Uno de los cabecillas, Emardo
Pino, traía consigo además un hacha.
En ese momento Chino
y Víctor LLanquiman “Chalo” -otro persistente defensor del
Mar- se encontraban en la playa de Mississippi dentro de la embarcación
“Abuela Chela” que estaba varada cerca de la orilla, en la posa
de la caleta, cuando se acercaron repentinamente las tres embarcaciones
de Mehuin. Una de las embarcaciones, la blanca, se acopló de golpe
a la de los defensores del mar, mientras los atacantes vociferaban que
no dejaran escapar a Chino y que había que matarlo, al tiempo
que Emardo Pino abordaba la embarcación con un hacha en sus manos.
Chino debió saltar
rápidamente al agua para ponerse a resguardo en tierra, mientras que
Chalo trataba de hacer razonar al agresor para que se detuviera. En
vez de detenerse Emardo Pino lanzó un hachazo sobre Chalo, quien pudo
esquivarla por pocos centímetros, arrojándose velozmente al agua y
nadando a la orilla.
En esos instantes parte
de la familia de Chino, sus hijos de 12 y 18, así como su esposa,
al percatarse de que nuevamente se le estaba agrediendo con intenciones
de matarlo corrieron a la orilla a defenderlo, llevando además una
cámara de video con ellos para registrar la agresión. También otras
mujeres y hombres corrieron a intentar detener a los asaltantes, producto
de lo cual estos últimos desistieron de bajar a tierra, sin embargo
optaron por robarse la embarcación “Haylin Añuska”, de
propiedad de la Asociación Indígena de pescadores de Chan Chan, y
utilizada habitualmente por los defensores del mar.
Cabe destacar que durante
todo el tiempo que se desarrolló este ataque la fuerza policial se
encontraba al otro lado del río observando, sin tomar medidas para
proteger a los afectados.
Una vez que transcurrieron
estos hechos y durante todo el día -hasta el momento en que se escribe
este artículo- diversas personas de las comunidades Mapuche-Lafkenche
y de pescadores de los alrededores ligadas a la defensa del mar, de
sectores tales como Mississippi, Chan Chan, Quillalhue y Queule, entre
otros, se han estado reuniendo para evaluar la situación, ver cómo
protegerse de los ataques y tomar otras medidas.
Temas de fondo y responsabilidades
La oposición de las
comunidades del borde costero –Mapuche-Lafkenches y de pescadores-
a la construcción del ducto de descarga de residuos industriales líquidos
en su territorio, y a la amenaza de contaminación del medio ambiente
y alteración grave de sus formas de subsistencia y de vida, se ha extendido
ya por más de 11 años. En este proceso la empresa, en su necesidad
de lograr este objetivo necesario para aumentar la producción de celulosa
de su planta Valdivia, ha desarrollado diferentes estrategias, que han
ido desde el lobby político hasta la manipulación y soborno de una
parte de la población local para detener la oposición a su proyecto
y agredir a quienes no están dispuestos a venderse a sus intereses.
Por su parte los defensores del mar, en el entendido de que la legislación
ambiental chilena es permisiva y hecha a la medida de estas empresas,
han desarrollado una activa campaña para impedir que la empresa logre
realizar sus estudios de impacto ambiental (EIA) que les exige la ley
para construir su ducto. Esta labor ha sido permanente y acuciosa, impidiéndose
en todo momento que la empresa lograra realizar sus estudios, sin embargo
en febrero de 2009 CELCO ingresó el Estudio de Impacto Ambiental en
el Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) de la Comisión
Nacional de Medio Ambiente (CONAMA), lo que según los defensores del
mar indicaría que dichos estudios fueron falseados.
La empresa en todo momento
se ha valido de la colaboración de instituciones y figuras ligadas
directa o indirectamente al gobierno para cumplir su cometido, manipulando
y/o amedrentando a los pobladores locales que se oponen: Se han valido
de parlamentarios, autoridades regionales, la fiscalía de San José
de la Mariquina, la Agencia Nacional de Inteligencia, la Armada de Chile,
la Autoridad Marítima, Carabineros de Chile y la policía de Investigaciones,
entre otros.
El accionar de CELCO,
apoyado por la empresa consultora de uno de los principales asesores
de imagen y comunicación estratégica de los gobiernos de la concertación,
el sociólogo Eugenio Tironi, ha dejado hasta hoy gravísimas consecuencias:
El inadvertido asesinato del joven defensor del mar Carlos Matías Matías,
más de cuatro intentos de asesinato de voceros de la defensa del mar,
numerosas agresiones a la población, un clima de profunda división
familiar y comunitaria, la intensa alteración de las formas de vida
los habitantes en gran parte Mapuches-Lafkenches de la zona. En términos
generales un grave panorama de vulneración de los derechos humanos
y de los derechos de los pueblos originarios de la zona.
La empresa CELCO S.A.,
pertenece al grupo Angelini, propietario del holding AntarChile, controlador
y accionista de otros importantes conglomerados como Copec, Pesquera
Eperva, Corpesca, Abastible y Bosques Arauco, entre otros. Este representa
uno de los grupos económicos más poderosos de Chile y América Latina
ejerciendo una poderosa influencia en el escenario político nacional,
tanto en la derecha como en la Concertación, coalición gobernante
en Chile. Cabe destacar que sus prácticas se han caracterizado por
encontrarse frecuentemente reñidas con el respeto al medio ambiente
y los derechos sociales y culturales, a pesar de lo cual han cometido
constantes atropellos y recurrido a cualquier tipo de presiones y acciones
para lograr sus objetivos. Por poner un solo ejemplo este es el grupo
dueño de la mayor parte de las empresas forestales que tienen profundamente
alterado el ecosistema de la zona centro sur de Chile y que explotan
parte importante de las tierras que reivindica el pueblo Mapuche. Como
es sabido estas reivindicaciones han traído una dura represión y criminalización
por parte del gobierno hacia quienes desafían los intereses de esta
empresa, con el resultado de ya más de tres asesinatos y la prisión
política de varios mapuche producto de la implementación de la “ley
antiterrorista” propugnada por Pinochet.
El caso de CELCO S.A.
y todas las consecuencias de esta lucha en pleno desarrollo que ha llevado
adelante la población local por preservar su medio ambiente, territorio
y cultura, así como otros gravísimos casos deben ser visualizados
como una clara muestra de la verdadera índole y orientación del gobierno
de Michelle Bachelet y su coalición, que a pesar de presentarse hacia
el exterior como una administración con tendencias sociales y con un
énfasis en la participación y los derechos humanos, se encuentra muy
lejos de centrarse en estos ejes, por el contrario de vale de ellos
para maquillar una política que consolida el modelo económico neoliberal
de entrega irracional y cortoplacista de los recursos naturales y el
trabajo de la población para el beneficio de los grandes conglomerados
económicos nacionales y trasnacionales.
Es importante por tanto
tener claridad de que las responsabilidades de lo que ha ocurrido en
estos últimos años y de lo que continúa ocurriendo en la zona de
Mehuin por causa de la injerencia de CELCO, son atribuibles en este
caso directamente al gobierno, más allá de la enérgica condena que
debe realizarse respecto al accionar de la empresa y de la población
local que esta última utiliza para conseguir parte de sus fines.
Llamamos a informar y
difundir ampliamente esta grave situación, puesto que como es sabido
los medios de comunicación chilenos –propiedad de los grupos de poder-
no informan o bien tergiversan los hechos a su medida.
La defensa del mar y
del territorio no se dejará intimidar por estas cobardes acciones,
sigue en pie tan decididamente como siempre.
Más información en:
http://movimientoporladefensadelmar.wordpress.com/
http://www.noalducto.com
http://www.elciudadano.cl
http://www.valdivianoticias.cl/info.asp?Ob=1&Id=27438
http://www.youtube.com/watch?v=z0IAj6-sqlg
http://www.flickr.com/photos/33982553@N04/sets/72157612170243674/
COMITÉ DE DEFENSA DEL
MAR
Julio 2009