Mineras en: Costa Rica - El Salvador - Guatemala - Honduras - Panamá

Fuente: Prensa Latina (21/12/06)

América Central:
El tenebroso rastro de las mineras en Honduras

Relacionado:

Isabel Soto Mayedo

Redacción Central, 21 dic (PL) Las huellas de la explotación minera en Honduras persistirán a pesar de la retirada de ese territorio centroamericano de una de las más perniciosas compañías del sector, la canadiense Entremares.

Con total impunidad, esta empresa norteña probablemente traslade sus instalaciones a Guatemala sin resarcir a casi 50 mil personas dañadas por sus acciones con tal de expoliar el oro contenido en 27 mil hectáreas de ese país.

Como si no bastase, Entremares también dejará embargadas con una institución financiera del Caribe las propiedades estatales adquiridas en los municipios Francisco Morazán y El Porvenir, a las cuales marcó con elevados índices de toxicidad.

Pese a que esa firma arrebató al suelo hondureño más de 30 millones de dólares en apenas una década y a las reiteradas denuncias en su contra, autoridades judiciales adelantaron que la fianza prevista como exigencia a esta no rebasa los 500 mil dólares.

Tal suma poco favorecerá la mitigación de los daños causados por Entremares y sí alentará la lucha de ecologistas, indígenas, religiosos y otros sectores sociales opuestos a los desmanes cometidos por esta y otras transnacionales extranjeras de ese rama.

Para los miembros de este movimiento, la expulsión de las empresas mineras foráneas es cuestión de primer orden en el camino hacia la "segunda independencia, después de la lograda frente a la Corona Española en 1821".

El continuo empleo de cianuro como disolvente para separar el oro de las rocas envenena el medio ambiente: al impactar en las canteras, esta sustancia altamente tóxica libera metales pesados (plomo, cadmio, zinc), que causan graves problemas a la salud y al ecosistema.

Investigaciones realizadas en el central Valle de Siria reflejaron que miles de personas de todas las edades padecen enfermedades de la piel y de las vías respiratorias por este producto y otros químicos utilizados por las compañías foráneas.

Representantes del Consejo Cívico de Organizaciones Populares Indígenas y Negras de Honduras denunciaron además que una de esas firmas vertió casi 20 millones de galones de agua con cianuro en el río del que se abastecen los pobladores de Santa Rosa de Copán.

Desde la instalación de la estadounidense Rosario Mining Company (1880) hasta la fecha, la industria minera desbastó centenares de hectáreas de bosque, contaminó varias fuentes de agua y causó enfermedades en las comunidades aledañas a los sitios de explotación.

En cambio, los gobiernos hondureños recibieron exiguas sumas de dinero, por concepto de exportaciones e impuestos, y escasas fuentes de empleo, que en nada amortiguaron el deterioro económico de esa nación centroamericana.

Al mismo tiempo, las compañías inversoras expatriaron decenas de millones de dólares de los cientos de millones que obtuvieron por la extracción de los recursos minerales de ese empobrecido país.

Dirigentes populares y jerarcas católicos coincidieron en afirmar que en más de un siglo, esa industria no generó riquezas para los hondureños, "sino desgracia y calamidad".

Honduras no necesita de esas empresas: es mejor que sean expulsadas porque nos dejan más pobreza, opinó monseñor Luis Alfonso Santos, obispo de la Diócesis de Occidente y líder de la Alianza Cívica.

A pesar de estos reclamos, continúa operando en Honduras una decena de mineras norteñas con autorización estatal para explotar más de millón y medio de hectáreas, es decir, el 12,8 por ciento del total del territorio.

Igual que Entremares, invirtieron en ese país la American Pacific, Cenre Geomaque, Minerales de Occidente, First Point Minerals, Maya Gold, Five Star Minino, Oro y Metales Preciosos, Sococo, R R Perforaciones, Labotarios CAS, Saint Lambert, Cerros del Sur, Eurocantera y Barro Minino Company.

La oposición a la libertad con que estas compañías atacan la vida de los seres humanos y el ecosistema hondureño movilizó en más de una ocasión a miles de personas y unas 12 organizaciones no gubernamentales en 2006.

Bloqueos de carreteras, marchas pacíficas y protestas frente a las sedes de estas empresas, fueron apenas algunas de las acciones desplegadas por este movimiento popular en defensa de la supervivencia frente al embate de las mineras.

Aunque mucho queda por hacer, estas organizaciones lograron expulsar a Entremares y colocaron en la mirilla de la opinión pública a sus homólogas en ese país.