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Comunicaciones OLCA
3 de marzo de 2007
D E C L A R A C I Ó N P Ú B L I C A
LA INDUSTRIA MINERA FRENTE AL MEDIO AMBIENTE,
A LOS DERECHOS HUMANOS Y A LOS DERECHOS INDÍGENAS :
UN BALANCE SOMBRÍO Y UNA RESPONSABILIDAD QUE ASUMIR
Durante los primeros días de este mes de marzo se realiza en Toronto el evento
internacional «International Convention, Trade Show & Investors Exchange - Mining
Investment Show» (financiado por la Barrick Gold Corporation), destinado a reunir
representantes de la industria minera en el mundo. Es esta coyuntura la que nos lleva una
vez más a expresar nuestra profunda inquietud y a denunciar la situación crítica que se
asocia a la aceleración continua de la explotación de las riquezas naturales, entre ellas, las
riquezas mineras.
Estamos sometidos actualmente a un crecimiento económico sin fin que tiene como finalidad
la acumulación de riquezas y de poder, en detrimento de consideraciones humanas,
sociales y ambientales. Esa tendencia es devastadora para el medio ambiente y las
comunidades. La perturbación y el desequilibrio de los ecosistemas, la contaminación del
suelo, del aire, del agua y por lo tanto, de la cadena alimenticia, se encuentran entre los
impactos, a menudo irreversibles, originados por estos desarrollos industriales (gasíferos,
petroleros y mineros). El reciente informe del GIEC sobre los cambios climáticos es en ese
sentido elocuente. A estos impactos se asocian los que afectan profundamente a las
comunidades, a menudo indígenas, de las regiones en las cuales estas explotaciones tienen
lugar.
El despliegue de las transnacionales extractivas, entre las cuales, las mineras, a través del
mundo, particularmente en los países del tercer mundo, aparece como un nuevo tipo de
colonización, que se impone a través del poder del dinero y que extirpa las riquezas, en una
vasta operación de saqueo. La instalación de estas empresas se lleva a menudo a cabo por
medio de campañas millonarias de presión en las localidades codiciadas, que combinan la
seducción a través de la promesa de beneficios, la compra de apoyos, la amenaza, la
utilización del miedo, las agresiones, la represión, etc., lo que constituye una violación
inaceptable de los derechos humanos fundamentales. El aumento de la violencia, de la
intervención de las fuerzas represivas e incluso de la militarización se manifiesta demasiado
a menudo paralelamente con la presión de las empresas para lograr sus planes de
explotación.
Los testimonios de situaciones de este tipo provienen de diversos rincones del mundo. Por
ejemplo, citando algunos de los numerosos casos, la extracción de níquel por la empresa
canadiense Inco en Sorowako, Indonesia, ha perturbado completamente la vida de la
comunidad indígena Karonsi’e Dongi quien fue desplazada por la fuerza con la complicidad
de las autoridades y de la policía. Su territorio fue destruído y en parte transformado en
terreno de golf para los trabajadores de la empresa minera, además, Inco construyó edificios
sobre un cementerio de esa comunidad indígena. Igualmente, aprovechando conflictos
sociales locales, esta empresa se apropió de tierras de diversas comunidades en Sulawesi
central. En 1999, la «Comisión de la verdad» de la ONU identificó la complicidad de Inco con
violaciones de los derechos humanos y con asesinatos en Guatemala. En San Marcos, una
de las regiones más pobres de ese país, la empresa, Glamis Gold Ltd. (hoy en día, Goldcorp
Inc.) impone un clima de hostilidad y de amenaza y continúa los trabajos de operación de la
mina a pesar del rechazo casi unánime de la población frente al proyecto minero Marlin de
esa compañía (consultación popular de Sipacapa).
El caso del proyecto Pascua Lama de la transnacional canadiense Barrick Gold Corporation,
en la frontera chileno-argentina, ilustra igualmente los deslices de los desarrollos mineros.
Se trata de un proyecto que pone en peligro el ecosistema de toda la cuenca del valle del
Huasco, en el corazón de la Cordillera de los Andes, afectando directamente las fuentes
esenciales de agua de una región semidesértica: los glaciares. La calidad del agua será
profundamente afectada por la utilización de productos tóxicos como el cianuro (una
utilización ya denunciada en la Declaración de Berlín del 2000) y ciertos metales pesados, al
igual que la disponibilidad en agua (ya precaria), siendo enorme la cantidad requerida por la
mina (360 lt/seg). Por otra parte, los derechos territoriales y ancestrales de la comunidad
indígena Diaguita son violados. Entre otros atropellos, la Barrick pretende instalar una mina
en tierras en litigio. Este proyecto minero perturba completamente la vida de una región con
vocación agrícola, violando los derechos a la autodeterminación de la población, es decir, el
derecho de elegir su propio modo de desarrollo.
Las empresas extractivas sacan enormes provechos, entre otras cosas, gracias al costo
bajísimo de las royalty y de las condiciones socioeconómicas y políticas, a menudo difíciles,
de los países en donde se instalan. Sus huellas y secuelas no son de desarrollo comunitario,
prosperidad colectiva, seguridad, bienestar y calidad del medio de vida, como lo afichan a
menudo sus discursos, sino que de devastación ambiental, social, económica y cultural.
En el estado actual de la situación (ideología dominante neoliberal) se da privilegio a las
inversiones extranjeras. Canadá es confrontado en ese sentido a asumir una enorme
responsabilidad : 60% de la industria minera en el mundo es canadiense. Las medidas
voluntarias de respeto del medio ambiente adoptadas actualmente por las empresas y a las
cuales el gobierno canadiense llamó como medio de regulación, son netamente
insuficientes. Se impone la adopción de una regulación firme y un sistema de control
riguroso. La campaña mediática que presenta a las transnacionales mineras como «mineras
responsables» e incluso, en el caso de la Barrick, como «minera comunitaria» está bien
lejos de la dolorosa realidad de violación de derechos humanos (ambientales, sociales,
indígenas) que acompaña a la imposición de estos desarrollos mineros en el mundo.
Frente a esta situación, exigimos:
- que se adopten medidas urgentes, claras y eficaces para asegurar el respeto del
medio ambiente y de las comunidades;
- que la Declaración Universal de los Derechos Humanos sea rigurosamente
respetada como condición sine qua non integrada en los proyectos de desarrollo
extractivo, entre los cuales se encuentran los proyectos mineros.
Montreal, 2 de marzo del 2007
Grupo No a Pascua Lama-Montreal (Canadá)
L’Entraide Missionnaire (Canadá)
Chaire de recherche du Canada en éducation relative à l’environnement, Université du Québec à Montréal
Social Justice Committee (Canadá)
Comité chileno para los derechos humanos, Montreal (Canadá)
Association Culturelle Araucaria (Canadá)
Association québécoise d'organismes de coopération internationale – AQOCI (Canadá)
Chilean Canadian Community Association of Calgary
Club du Fric Éthique (Canadá)
Coalition Romero, Montreal (Canadá)
Comité de apoyo al pueblo mapuche, Montreal (Canadá)
Comité pour les droits humains en Amérique latine - CDHAL, Montreal (Canadá)
Comunidad Eclesial de Base «Mártires de El Salvador» - CEBES, Montreal (Canadá)
Grupo de apoyo a FUNDELIDDI – Montreal (Canada)
MiningWatch Canada
Projet Accompagnement Québec-Guatemala (Canadá)
Proyecto Cultural Sur (Canadá)
Solidarité Laurentides Amérique centrale - SLAM, Saint-Jérôme (Canadá)
Observatorio latinoamericano de conflictos ambientales – OLCA
Concejo de salud de Conay (Chile)
Consumidores de agua y regantes del Huasco (Chile)
Coordinadora Ambiental de Alto del Carmen (Chile)
Coordinadora del Huasco (Chile)
Grupo operativo pro defensa del Huasco (Chile)
Junta de vecinos de La Pampa (Chile)
Movimiento ciudadano anti Pascua Lama (Chile)
Pastoral Salvaguarda de la Creación (Chile)
Santiago Luis Faura, Enrique Gaytan Arcos y Arturo Aliaga, Concejales de Alto
del Carmen (Chile)
Afirmación para una República Igualitaria «ARI», La Rioja (Argentina)
APresTur - Chilecito, La Rioja (Argentina)
Asociación de Mujeres Riojanas (Argentina)
Autoconvocados en Defensa de la VIDA (Argentina)
Coordinadora de Asambleas Ciudadanas por la Vida - Chilecito, La Rioja (Argentina)
Fundación para la defensa del ambiente (Argentina)
Grupo Apu Huaira - Chilecito, La Rioja (Argentina)
Inka Ñan Turismo EVT - Chilecito, La Rioja (Argentina)
Operarios ex Gatilar Chamical (Argentina)
Pastoral Social de la Diócesis de San Carlos de Bariloche , Río Negro (Argentina)
Proyecto Nexos de articulación entre Universidad y Movimientos Sociales – Universidad
Nacional Quilmes (Argentina)
Raúl A. Montenegro, Profesor, Premio Nóbel Alternativo (Argentina)
Red y Revista Theomai, Estudios sobre Sociedad, Naturaleza y Desarrollo (Argentina)
Vecinos Autoconvocados de Capital (Argentina)
Vecinos Autoconvocados de Chamical (Argentina)
Vecinos Autoconvocados de Chañarmuyo (Argentina)
Vecinos Autoconvocados de Famatina (Argentina)
Vecinos Autoconvocados de Patquial (Argentina)
Vecinos Autoconvocados de Pituil (Argentina)
Vecinos de Malanzán (Argentina)
Vecinos de Punta de los Llanos (Argentina)
Frente amplio opositor a la instalación de la minera San Xavier (Metallica Ressources Inc.) en Cerro San Pedro, S.L.P. (México)
Comité Regional Ambientalista del Valle de Siria (Honduras)
Centro de Investigación sobre Inversión y Comercio – CEICOM (El Salvador)
Ciudades Hermanas EEUU-El Salvador
Comisión Pastoral Paz y Ecología – COPAE, Diócesis de San Marcos (Guatemala)
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