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Una profunda preocupación ante el futuro de las comunidades mapuche del secano de Malleco manifestó el presidente de la Asociación Ñancuchew de Lumaco – Traiguén, Galvarino Reiman, a raíz de la intensa expansión forestal que se viene desarrollando desde hace algunos años en la zona, principal causante de esta sequía. Disminución en la población rural mapuche y en el agua son los factores que más preocupan, debido a la fuerte inestabilidad laboral y agotamiento del recurso hídrico por parte de las plantaciones de monocultivo de pino y eucalipto que generan las empresas forestales que operan en la zona. “Con respecto del agua, creo que hay un tema de fondo que tiene que cambiar definitivamente. Es un tema político y de impacto ambiental que tiene que desarrollar el gobierno en relación al tema de las plantaciones de pino y eucalipto. Tenemos la presión de que así como vamos, en 20 años más nuestra población podría disminuir, o incluso desaparecer en muchas comunidades, por la migración hacia las ciudades ante el temor de no tener agua”, recalcó Reiman. Destacó que actualmente, en las zonas rurales mapuche se observa un predominio de población mayor, y una fuga de las generaciones más jóvenes hacia las zonas urbanas, debido al temor a quedar sin agua y la falta de oportunidades de trabajo, inestabilidad laboral y cesantía que la presencia de empresas forestales ha causado en la zona. “Hay un deterioro del ecosistema, sequía de pendientes, esteros y ríos colindantes a las comunidades. En ese sentido, las empresas forestales son monopolios que no generan absolutamente ninguna seguridad, ninguna estabilidad laboral”. Precisó que según el último censo, ha habido una disminución poblacional clara en la zona de Lumaco [1800 personas] y Los Sauces [1500 personas], que se deberían a la migración ante la inestabilidad laboral. Producto de esto, se ha presentado también inestabilidad familiar, y una baja de matrículas en las escuelas rurales. ESTUDIOS DE IMPACTO AMBIENTAL Y MEDIDAS Para el dirigente, es evidente que esta situación debe cambiar, para lo cual han decidido convocar a comunidades mapuche y sociedad civil para una marcha, con el fin de presionar a las autoridades. “No queremos más inversiones privadas de empresas en el territorio mapuche. Esa va a ser nuestra primera consigna. Y para eso, queremos la presencia de los ministros, para plantearles claramente nuestros puntos, y que tienen que hacer estudios de impacto ambientales en las comunidades. Esos EIA tienen que ser coherentes con la realidad, inclusive espiritual, porque nosotros los mapuche tenemos nuestra visión también sobre lo que significa impacto ambiental”. Por esto, la marcha se convocará a partir del 21 de marzo, para llegar a Temuco el 24 de marzo. EMPRESAS SE DEFIENDEN Mientras las comunidades dirigen las miradas sobre Forestal Mininco, Millalemu y Arauco como las principales responsables del daño que han sufrido, éstas también se defienden de las acusaciones que los culpan de la fuerte disminución de agua en la zona, atribuyendo los problemas que tiene la gente a un fenómeno más bien histórico. “La gente que está viviendo en estos lugares ha sido empujada desde el siglo pasado y son lugares que no son habitables”, explica Francisco Urselai, ingeniero forestal de Forestal Mininco. “A las comunidades se les reparte agua desde hace más de cincuenta años. No se puede hacer una asociación directa de los árboles cultivados con la escasez de agua. Ésta tiene que ver con otros fenómenos accionales. Por ejemplo, de los cultivos agrícolas el que más agua bombea es el maíz”. El profesional explica que en terrenos con poca agua, muchas veces el problema podría llegar a resolverse construyendo pozos. “Es cierto que los árboles chupan agua, chupan el agua de la capa superficial. Si las personas cavan una noria encuentran agua, siempre que esos suelos sean adecuados y no sean impermeables”. |