Fuente: elmostrador.cl 25 de Noviembre de 2008

Viaje está presupuestado para abril de 2009
La agenda atómica de Michelle Bachelet en Rusia

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  • Aunque se ha mantenido en el más estricto secreto, el viaje de la Mandataria ya estaría confirmado. Entre los temas que abordará durante el periplo se encuentra la energía nuclear, que para los rusos se traduce en una positiva señal al intenso lobby que han impulsado. Para Francia también son buenas noticias, ya que la Jefa de Estado también planea analizar el tema en su paso por ese país.



    Por Claudia Urquieta

    El tour atómico que la presidenta Michelle Bachelet planea para el próximo año tendrá su peak durante el primer semestre, cuando a su anunciado viaje a Francia, cuya matriz energética se alimenta en 75 por ciento de energía nuclear, se sume una visita a Rusia en abril.

    Según fuentes gubernamentales, la ocasión estará marcada por tres temas centrales: Energía, Defensa y Economía. Rusia es un gran promotor de la alternativa atómica y ha desarrollado un intenso lobby en Chile y en la región. El caso emblemático es de de Venezuela, donde Hugo Chávez ya anunció que pretende construir reactores nucleares de tecnología rusa, con fines pacíficos.

    El lobby nuclear ruso

    El complejo escenario que enfrenta el proyecto HidroAysén, de la sociedad Endesa Colbún, entrega nuevos argumentos para los promotores de la energía nuclear en el país, que ven en una eventual caída de esta propuesta una oportunidad de oro para introducir “la nuclear” como salvación de la matriz energética.

    Países como Finlandia, Francia y Estados Unidos ya han explicitado su interés por desarrollar centrales nucleares en Chile. Y Rusia no se ha quedado atrás. La Corporación Nuclear Eléctrica, filial chilena de la compañía privada Intermash, hace tres años se encuentra en el país promoviendo la tecnología nuclear rusa y su director, Anatole Gubin, ha impulsado viajes de diversos políticos a la tierra de los zares.

    El ex candidato presidencial de la UDI Joaquín Lavín lideró la primera visita en 2004. Más tarde, les tocó el turno a los miembros de la Comisión de Minería y Energía del Senado Jaime Orpis (UDI), Baldo Prokurica (RN) y Ricardo Núñez (PS), que en 2008 fueron a ver in situ el funcionamiento de plantas nucleares de la ex URSS. Estos parlamentarios lideran actualmente la defensa de esta opción, junto a los gremialistas Juan Antonio Coloma y Pablo Longueira.

    Además, Gubin ha mantenido conversaciones con alcaldes, personeros políticos y universitarios. Incluso presentó en el Congreso un mapa con la ubicación exacta que podrían tener dos futuras plantas nucleares en la zona de Tal Tal, en el norte de Chile.

    También ha habido impulsos desde círculos académicos: la semana pasada la Embajada de la Federación de Rusia en Chile y el Instituto Kurchatov de Física Nuclear auspiciaron la feria de Innovaciones Tecnológicas Rusas, donde se incluía la tecnología nuclear.

    Avanzada de Van Klaveren

    Desde la Embajada Rusa explican que “el viaje fue una propuesta, pero aún no hay nada oficial”. Lo que fue ratificado por fuentes de Cancillería, que señalaron que el asunto quedaría zanjado definitivamente luego del viaje que el subsecretario de Relaciones Exteriores, Alberto Van Klaveren, realizará a dicho país en las próximas semanas.

    Una versión distinta tiene Enrique Accorsi. El diputado PPD aseguró que el viaje ya está confirmado y que se incluiría una amplia delegación de representantes de Cancillería, empresarios, parlamentarios y personeros del mundo gremial. Cuestión confirmada por diversas fuentes del mundo gubernamental y académico.

    “Este es un viaje que estaba en carpeta desde hace mucho tiempo y la presidenta quería hacerlo de todas maneras antes de terminar su mandato”, asegura Accorsi. Y explica que propició la decisión el hecho de que Rusia sea uno de los países más emergentes económicamente y con un rol fundamental en las negociaciones de los ex miembros de la URSS, que tienen un trato directo con Turquía. País con el cual Chile está negociando un Tratado de Libre Comercio (TLC).

    Junto a ello, la Contraloría General de la República hace pocos días dio el visto bueno a un tratado internacional sobre cooperación en la exploración y utilización del espacio ultraterrestre para fines pacíficos entre Chile y Rusia

    No hay que olvidar que el país liderado por Dimitri Medvedev -brazo derecho de su antecesor Vladimir Putin- está empezando a tener mucha presencia en la región en torno a Defensa e inversión en Recursos Naturales y Energía, especialmente en Bolivia.

    Además, sus coqueteos con Venezuela, especialmente en términos militares, y el gran aumento de la venta de armas en Latinoamérica, que pasaron de US$ 300 millones en 2001 a US$ 3.000 millones  en 2006 -según datos entregados por el editor jefe de la revista Foreign Policy, Moisés Naím– posicionan a la región como uno de sus más importantes clientes de armas a nivel mundial.

    Un viaje nostálgico

    Según el cientista político de la Universidad de Chile, Guillermo Holzman “si Chile acepta inversiones, intercambio tecnológico o de alianzas en algunas áreas será un referente para los demás países, ya que legitima la opción rusa en la región”. Por lo que el viaje de Bachelet sería una excelente señal.
     
    Para Holzman, esta visita es coherente con la política exterior chilena que apunta a abrirse a espacios multilaterales y al mismo tiempo está en la línea de abrirse hacia el continente asiático, donde Rusia juega un importante rol como miembro del Foro de Cooperación Económica Asia Pacífico (APEC). “Este vínculo tiene mucho de estratégico. Sobre todo considerando que Rusia es parte del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, al que probablemente Chile quiera volver en un año más”, explica el académico.

    En cuanto a la señal política que este viaje significa para la izquierda chilena, el cientista político explica que es una señal más de tipo nostálgico que ideológico. “No es comparable a la relación en los años ‘70 y ‘80. Tiene un sentido de recordar y afiatar vínculos desarrollados por muchas décadas pero en la práctica no tiene una proyección ideológica como algunos pudiesen pensar. Es muy distinto a la visita a Cuba que planea Bachelet”.

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