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BASE,
24 de marzo de 2011
Encuentran residuos de glifosato en zona de recarga del Acuífero Guaraní y en comunidad indígena
Un equipo formado por investigadoras de universidades de Francia y Paraguay estudiaron la situación de las comunidades de Campo Agua'e (Canindeyú) y Luz Bella (San Pedro). En la primera encontraron residuos de glifosato en el desagüe de un sojal que desemboca en el arroyo donde los pobladores se bañan y pescan; mientras que en la segunda, encontraron los residuos en el humedal de un arroyo local. Este último sitio es zona de recarga de las aguas del Acuífero Guaraní, por lo que las investigadoras advierten de un posible daño medioambiental a la reserva de agua dulce.
El equipo lo integran la ingeniera agrónoma Bárbara Annett, la ingeniera química Fabiola Adam, y dos aspirantes a geólogas Myriam Payeur y Anaïs Piolet, gracias a una cooperación internacional entre la Universidad Católica, Departamento de Ingeniería Civil, Industrial y Ambiental (DICIA-UC) de Paraguay, y la Escuela Nacional Superior de Geología Instituto Nacional Politécnico de Lorena (ENSG-INPL) de Francia. El trabajo se llama “Diagnóstico de la presencia de glifosato en arroyos superficiales de los Departamentos de Canindeyú y San Pedro” y fue elaborado durante los tres primeros de meses del año en curso (2011).
El objetivo fue detectar la existencia o no de glifosato, el herbicida que utiliza la soja transgénica Round Up Ready de la empresa transnacional Monsanto y otras sojas transgénicas, en dos poblaciones con antecedentes de intoxicaciones, como Campo Agua'e y Luz Bella. La primera es una comunidad de indígenas ava guaraní y está ubicada en el distrito de Curuguaty, Departamento de Canindeyú; y la segunda es un asentamiento campesino que está en el distrito de Guayaibí del Departamento de San Pedro.
Glifosato en dos puntos estudiados
Se tomaron tres muestras de agua en la comunidad Campo Agua'e; una en una naciente de agua de donde la comunidad bebe y usa para limpieza; otra en el arroyo Lucio Kue donde la población se baña y pesca, y otra en un desagüe que proviene de un cultivo de soja y desemboca en el arroyo mencionado. En las dos primeras no se encontró el químico, pero en el desagüe del sojal “se detectó la presencia de glifosato con valor de 0,114 ppb (partes por billón)”.
En Luz Bella se estudiaron las aguas de la naciente del arroyo Ñequita (a 300 metros de un cultivo de soja) y en un segundo momento los humedales del arroyo Moroti (a 200 metros de un cultivo de soja). En el primer lugar se encontró glifosato en un valor de 0,189 ppb (partes por billón).
Con los resultados de que hay glifosato en la zona de los humedales de Luz Bella, las investigadoras advierten que es una zona donde aflora la formación geológica Misiones, que “constituye un área de recarga del Acuífero Guaraní, por lo que su interés y protección debe ser tenido muy en cuenta, ya que cualquier tipo de contaminación, y principalmente por uso de agroquímicos, tendría un impacto potencial en lo que se refiere a la calidad de las aguas del Acuífero”.
Hacen falta más estudios
En sus conclusiones, el equipo investigador insta al Estado paraguayo, y especialmente al Ministerio de Salud (debido a lo vulnerable de las comunidades), a organizaciones campesinas y otras instituciones a “ampliar las mediciones a otros contaminantes más peligrosos a corto plazo para la salud humana”. En ese aspecto, hay que puntualizar que el trabajo en Agua'e y Luz Bella exclusivamente se centró en buscar la presencia de glifosato y no otro componente químico utilizado en la soja y otros cultivos. Es decir, si bien en algunas de las tomas hechas en esta investigación no se encontró glifosato, eso no quiere decir que no haya otro tipo de agroquímicos que estén afectando la salud humana y el medio ambiente en las fuentes de agua.
La investigación también menciona la muerte repentina de Rubén Portillo y la intoxicación de 20 de sus vecinos, ocurrida en la colonia Yerutí entre el 6 y el 13 de enero pasados. Y afirma que aparentemente la muerte y las intoxicaciones que se registraron no se deberían al glifosato, pero que “este triste hecho sugiere el riesgo relacionado a otros agroquímicos utilizados sin control en los cultivos intensivos de soja, y la necesidad (…) de conocer primeramente con precisión las prácticas agrícolas en estas zonas”.
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