OLCA en la Prensa: Diario Austral, de Valdivia - Lunes 6 de diciembre de 2004
Un desastre en el Santuario de la Naturaleza

Soledad Ojeda G. / sojeda@australvaldivia.cl

La población de cisnes bajó de 5 mil a 2 mil en el área del Santuario.
  Por años, los cisnes fueron el símbolo de Valdivia. Por años, fueron las aves privilegiadas del Santuario, de aquel espacio que se formó en 1960, cuando la naturaleza recordó su enorme poder. Pero hoy su permanencia está en peligro y su disminución también recuerda la enorme fragilidad del ecosistema.

Así, mientras su llegada se debe a los cambios de la naturaleza, su abandono se relaciona con la intervención humana. De hecho, si bien hay algunas hipótesis que apuntan a un fenómeno natural, incluido el sobrepoblamiento, hay otras que se inclinan por hechos asociados a la actividad humana.
 

De un año a otro, la población disminuyó de 5 mil aves a 2 mil. Y junto con esta baja también se produjo un descenso en la reproducción. De hecho, en los recorridos efectuados hace dos meses por los investigadores, no se encontró nidos ni polluelos.

A esto se suma la desaparición del alimento que consumen los cisnes, el luchecillo (Egeria densa), que desapareció de las praderas sumergidas. Y hay otro componente que ayuda a reafirmar la intervención humana. Algunos cisnes han presentado aparente daño neurológico, asociado a una supuesta intoxicación.

ALERTA

La primera alerta formal sobre el daño que estaba ocurriendo en el Santuario la dio el ex candidato a alcalde Felipe Fernández, quien organizó junto a los servicios públicos una visita al Santuario, el viernes 22 de octubre.

En dicho recorrido se comprobó las observaciones que ya habían efectuado algunos científicos, como Eduardo Jaramillo y Roberto Schlatter. Ambos habían percibido una anormalidad en el humedal y sus presentimientos fueron corroborados al encontrar cisnes muertos y moribundos, como también luchecillo y algas secas.

Luego de esta expedición, se dio la voz de alarma y la comunidad local se unió por esta causa. Menores, jóvenes y adultos han mantenido la presión sobre las autoridades para exigir la protección del Santuario de la Naturaleza. A su vez, grupos ambientalistas también piden la paralización de la industria más sospechosa de estar involucrada en la contaminación, la celulosa ubicada en San José de la Mariquina.

La asociación con esta empresa, que a través de su gerente general Alejandro Pérez ha negado su relación con la muerte de los cisnes, se basa en que descarga sus residuos industriales líquidos (Riles) al río Cruces. Pero esta medida se realiza gracias a la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) que otorgó en 1998 la Comisión Regional del Medioambiente, Corema. Dicho documento está firmado por el entonces intendente Rabindranath Quinteros y el ex director regional de Conama, Raúl Arteaga.

Para lograr esta aprobación se debió cumplir varias exigencias y una de ellas fue la instalación de una planta de tratamiento terciaria, que en ese tiempo era la única medida que podía garantizar un mínimo impacto en el humedal.

No obstante, organismos como el Comité de Defensa de la Flora y Fauna, Codeff, consideró que faltaban más datos. "Los puntos relativos a las comunidades de fauna acuática presentes en el Santuario de la Naturaleza, no aportan datos acerca de sus movimientos migratorios y su sensibilidad toxicológica".

Asimismo, Greenpeace entregó la siguiente observación: "Tampoco se ha valorado el interés científico que representa el Santuario del río Cruces por su condición de hábitat único para la vida silvestre" y agrega que "adicionalmente, no se ha integrado al Estudio de Impacto Ambiental las observaciones sobre el humedal, correspondientes a su condición de sitio Ramsar. No existe mención a su implicancia práctica para los resguardos que tal condición significa, aún cuando es un compromiso legal y formal de la República de Chile". La respuesta fue la incorporación de más parámetros en el programa de monitoreo.

AMBIENTALISTAS

Por la cronología de los hechos, hay entidades como el Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales, Olca, que vinculan a la planta -que comenzó a operar en febrero- con el desastre que afecta al humedal. Incluso, el presidente de la Comisión de Recursos Naturales de la Cámara de Diputados, Leopoldo Sánchez, estima que esto es así.

Ahora, sólo resta esperar, pues la respuesta de las autoridades ante este problema que traspasó las fronteras nacionales, fue el encargo de un estudio a la Universidad Austral de Chile. La idea es conocer porqué mueren los cisnes y cual es el estado ambiental del Santuario.

Así, mientras los científicos piden paciencia, la comunidad sigue más inquieta, sobre todo al observar que los cisnes están bajo su peso normal, que no pueden volar, que se caen sobre las casas y que llegan a vivir a lagunas urbanas de dudosa calidad. En estas condiciones, es difícil mantener la tranquilidad.

Ver también: Muerte masiva de Cisnes de cuello negro en el Santuario de la Naturaleza "Carlos Anwandter"