kaosenlared.net, 17 de junio de 2011

El Lupino ruso, las semillas transgénicas, los nazis, von Baer y la toma de Chile
El obscuro negocio de las semillas transgénicas

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Abuelo de Ena von Baer fue un SS nazi que trabajó en laboratorios alemanes las semillas robadas a países ocupados

Investigación de Juan Pablo Moreno y Arturo Alejandro  Muñoz, publicada en Revista POLÍTIKA  (www.laizquierda.cl) 

CON LOS PROYECTOS impulsados por la Alianza-Concertación para el uso y abuso de las semillas transgénicas,   nuestro patrimonio genético de semillas nativas podría terminar en manos de la transnacional Monsanto, con gran provecho para Semillas von Baer y la ministro Ena von Baer, propietaria del 15% de la empresa. Los proyectos mencionados, -con el pretexto de cumplir con algunos tratados de Libre Comercio y de protección de la propiedad intelectual-, han generado hechos vergonzosos en los que han participado parlamentarios del duopolio Alianza-Concertación, así como un escándalo político-ético de proporciones.

Senadores arrepentidos

El peligroso convenio UPOV-91 aprobado por el Senado en mayo pasado (y por unanimidad y sin discusión alguna en mayo de 2009 por la Cámara de Diputados), ha sido requerido ante el Tribunal Constitucional por 17 senadores (14 de la Concertación, 1 del MAS, 1 de RN, 1 independiente) de los cuales cinco votaron contra el proyecto, cuatro se abstuvieron y ocho, presentes en la sesión, se ausentaron de la votación. Habida cuenta que el proyecto fue aprobado por sólo 13 senadores (12 UDI-RN y el senador Tuma del PPD), los doce “arrepentidos” podían haberlo rechazado en su origen, posibilitando una discusión de fondo en ambas cámaras. Pero inexplicablemente no lo hicieron y ahora el riesgo de saqueo y tráfico de nuestro patrimonio de semillas nativas depende del Tribunal Constitucional.

Sombras nazis

Un proceso por injurias graves, -iniciado en marzo de 1999 por el doctor en Sociología Flavio Rojas, ex académico de la UFRO de Temuco, contra Heinrich von Baer von Lochow, Rector delegado con Pinochet y luego Rector con el apoyo de la Concertación-, permitió acceder a un cúmulo de reveladores documentos. Ellos provienen de fuentes chilenas y estadounidenses: los archivos de la Dirección de Bibliotecas, Archivos y Museos (DIBAM), de Relaciones Exteriores y de Extranjería del Ministerio del Interior para las fuentes chilenas, y los archivos de la 2ª Guerra Mundial de los EEUU. Estos últimos revelan el pasado nazi-SS (*) de Erik von Baer Tatarinoff, emigrado fraudulentamente desde Bélgica a Chile en 1949, y creador de la empresa Semillas von Baer en la Región de la Araucanía en 1956.

Un oscuro pasado muy maquillado

En el mencionado conflicto judicial, en que la Corte de Apelaciones de Temuco lo encargó reo en el año 2000,  Heinrich von Baer   (tío de Ena), entonces Rector de la UFRO, alegó pertenecer a “una familia de antecedentes irreprochables”. Eso originó la investigación llevada a cabo por el académico Flavio Rojas, quien encontró los antecedentes del pasado nazi-SS del primer von Baer llegado a   Chile   en 1949. Heinrich, junto a su esposa Agnès Lochow y su hijo Erik von Baer von Lochow (principal socio-propietario de las dos empresas de Semillas Baer), había inventado y difundido por la prensa (Revistas de El Mercurio) una fábula plagada de mentiras y omisiones sobre su pasado en la Alemania nazi y su emigración a   Chile al fin de la guerra.

Pillaje genético

En la completísima investigación añadida al proceso 95.677-99 del 2º Juzgado del Crimen de Temuco se establece la verdad del maquillado pasado nazi-SS del fundador de la dinastía von Baer en Chile. También quedan en evidencia las relaciones del saqueo de las variedades rusas del Lupino, -efectuado en 1943 por un comando SS dirigido por un cercano colega de Erik von Baer en Ucrania y Crimea-, con la prosperidad y éxitos de las empresas de Semillas de von Baer en Temuco y Freire. La Historia no se escribe sólo para conocer las raíces del presente, sino también para arrojar luz sobre tinieblas interesadas y no repetir errores. Al injuriar al Doctor Flavio Rojas, fue el propio Rector de la UFRO Heinrich von Baer quien descubrió su muy cuestionable pasado, permitiendo a su pesar la rectificación de las mentiras y omisiones que le ocultó a la opinión pública por más de 60 años.  

Flores tira flores

El ex senador veleta Fernando Flores, -uno de los autores del Proyecto que autoriza el uso indiscriminado de semillas transgénicas en Chile (2006)-, utilizó su blog para hacer una apología del genetista y empresario de la Región de la Araucanía Erik von Baer, padre de la ministra UDI y hermano mayor de Heinrich. Con sentida admiración Fernando Flores declara: “Quiero destacar aquí la labor que ha realizado Erik Von Baer y su familia en el ámbito de las semillas. Tengo una alta opinión de ellos, y si algún día Chile da un paso más allá en esta materia ingresando en el negocio de la biotecnología y las semillas, esta familia tiene que estar incluida.”

http://www.fernandoflores.cl/node/460

Los “irreprochables” antecedentes familiares de Heinrich von Baer

Nikolai Vavilov fue gran genetista botánico ruso-soviético que trabajó afanosamente para concretar su sueño de terminar con la hambruna y el hambre en el mundo. Mediante la genética quería producir “superplantas” capaces de crecer en cualquier lugar y bajo cualquier clima, en tierras desérticas como en gélidas tundras, con sequía o inundaciones. Vavilov dirigía los laboratorios y bancos de semillas de la URSS en Leningrado, Ucrania y Crimea. Ahí comienza la saga de hechos que revelamos hoy.

Las fatídicas SS de Heinrich Himmler promovían la producción de Lupino para transformar Alemania en un país autárquico desde el punto de vista alimentario. Erik von Baer (abuelo de la ministro) trabajaba como genetista en el anexo agrícola del Campo de Concentración de Auschwitz que dirigía el SS Obersturmbannführer Doktor Joachim Caesar. Himmler, uno de los más altos dignatarios del régimen nazi y el colaborador más inescrupuloso de Hitler, envió a Joachim Caesar a los territorios ocupados por el Tercer Reich en Europa del Este con el objetivo de “aprovechar” toda investigación sobre el Lupino y las semillas “mata hambre”. Erick von Baer trabajó junto a Joachim Caesar y al SS Klaus Rosenstiel, bajo las órdenes del SS Untersturmführer Heinz Brücher. Este último se apropió en 1943 de los trabajos y bancos de semillas de Lupino ruso de Vavilov. Un verdadero  “pillaje” o botín de guerra. Heinz Brücher intentó aprovechar sus latrocinios en Alemania pero el Tercer Reich de Hitler ya se estaba derrumbando. En plena guerra Heinz Brücher había visitado Argentina y Chile, y puede que haya sido él quien le aconsejó a Erick von Baer escapar hacia un país sudamericano en caso de que los nazis perdieran la guerra.

Escape a Chile

El año 1948 la familia von Baer huye de la zona de Alemania ocupada por Gran Bretaña y los EEUU y se traslada ilegalmente y sin permiso de las fuerzas anglo-estadounidenses a Bélgica. Allí retoma el contacto iniciado en Alemania con el gobierno de Gabriel González Videla, a través del consulado chileno en Amberes. Dicho  consulado recibió órdenes de entregar un salvoconducto que le permitió a los von Baer embarcarse rumbo a Chile. En los años 1948-49 les estaba estrictamente prohibido salir de Alemania a los ciudadanos alemanes procesados o investigados por su pasado nazi, y los Tribunales de Guerra de los EEUU tenían cuentas que saldar   con Agnès von Lochow y Erik von Baer.

Mentiras no muy piadosas

Erik von Baer viajó pues ilegalmente a Bélgica y obtuvo un salvoconducto del Consulado de Chile en Amberes. A las autoridades chilenas les declaró que entre los años 1943 y 1945 “había estado enrolado en el ejército alemán, asignado en el frente Norte y Occidental". Lo que es falso pues en esas mismas fechas se encontraba en lo que hoy es la actual Polonia  (Danzig Westpreussen), como lo demuestra su membrecía en el Partido Nazi (NSDAP). Militó en la región Mark Brandenburg desde el enero de 1942 y después en Danzig Westpreussen, y jamás fue “un simple cabo de ejército bajo órdenes superiores”. Erick von Baer ingresó al partido nazi en mayo de 1937, con el numero 4.174.671. Su entrada a la SS se había producido años antes, en 1933, en la SS-Reitersturm.

En el acta de “desnazificación” firmada por Erik von Baer después de la guerra hay otras mentiras. Allí declara que nunca tuvo que ver con la "camarilla SS" en Müncheberg lo que es falso pues todos sus profesores fueron financiados por el Kaiser Wilhelm Institut (KWI) y  trabajaban en  Müncheberg. Uno de los profesores de von Baer fue el SS Klaus von Rosenstiel, íntimo amigo del SS Joachim Caesar, Jefe de la sección agrícola del campo de Concentración de Auschwitz donde los nazis usaban mano de obra esclava en las plantaciones de Lupino. En resumen, durante la 2ª Guerra Mundial Erick von Baer fue un técnico de los laboratorios SS que trabajaba sobre semillas robadas en los países ocupados. Fue funcionario del aparato nazi y gozó de sus privilegios.

El pretexto soviético

Los von Baer llegaron a Chile al iniciarse la década de 1950, cuando Gabriel González Videla realizaba una feroz persecución a los militantes del partido comunista criollo. Eso fue mañosamente aprovechado por los abuelos de doña Ena, quienes aseguraban que “habían tenido que huir de la persecución comunista soviética”. En realidad Agnès von Baer (nacida "von Lochow"), madre de Erik (junior) y abuela de Ena, estuvo detenida en el Tricolor Internment Camp de los EEUU, y fue juzgada por los Tribunales de Nüremberg por agresión criminal a   un paracaidista yanqui hecho prisionero en septiembre de 1944 en la zona de Alemania posteriormente ocupada por Gran Bretaña. Con Agnès procesada por los EEUU y su marido Erik prisionero de los canadienses, nunca hubo contacto alguno del matrimonio von Baer con los temidos soviéticos, de quienes pretendían estar huyendo. En estricto rigor, de quienes huyeron fue de los Tribunales aliados que operaron en  Alemania occidental. En Chile los von Baer encontraron terreno propicio para maquillar su pasado y hacerse un nombre cuya reputación radicaría en una empresa de semillas que, a la postre, rendiría frutos no solo económicos sino también sociales y políticos. Este es, en resumen, el curriculum familiar “irreprochable” que maquilló Heinrich von Baer ante la justicia chilena el año 1999, recibiendo el apoyo de inefables personajes de la política “progresista” criolla como Fernando Flores y Ricardo Lagos Escobar.

Del “irreprochable” pasado al escándalo de hoy

Hace algunas semanas (véase “Politika”, edición del 1 de junio), el Senado chileno aprobó la ley que puede marcar la dependencia absoluta del campesinado chileno -y de las etnias originarias que viven de la agricultura de subsistencia- de una empresa de semillas: la transnacional Monsanto. Esta empresa, condenada por los Tribunales estadounidenses, está asociada en Chile con dos empresas de la familia von Baer. En materia de transgénicos queda a cargo -monopólicamente- del desarrollo de variedades de Lupino ruso, el mismo que el académico Flavio Rojas denunciara como parte del robo genético que efectuaron los nazis en la URSS. El mismo sobre el que trabajaba Erick von Baer, -genetista miembro de las SS y del Partido Nazi alemán-, en un laboratorio anexo al campo de exterminio de Auschwitz.     

Conflicto de interés

Por cierto, doña Ena no es en absoluto responsable del abuelo que le otorgó el destino, pero sí lo es en cuanto a mantener un evidente conflicto de intereses ocupando un cargo público de alta investidura. Más aun si se trata de un conflicto de intereses francamente perjudicial para los cientos de miles de campesinos chilenos que, a partir de la torpe (por decir lo menos) resolución de nuestros senadores, quedarán bajo la dependencia de una empresa transnacional de dudosa reputación. Estos parlamentarios deberán responder no solo a los requerimientos de la ciudadanía sino también al juicio de la Historia. La verdad sale a la luz tarde o temprano. La familia von Baer sabe de ello. 

(*) SS: Schutz Staffel= “escuadrón de defensa”. Élite de combate en la orgánica partidista nazi. Fueron creados el año 1929 para ‘defender’ a Hitler, y después cometieron atrocidades dentro de Alemania y en los territorios ocupados por la Wermacht. Su jefe era Heinrich Himmler, el Reichsführer-SS.

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  Todos los documentos utilizados en esta crónica son públicos, ya sea en Chile como en los EEUU. Los documentos sobre los nazis están abiertos a cualquier ciudadano. Todo lo relacionado con el Lupino y el Kaiser Wilhelm Institut (KWI) es también público y varios investigadores han contribuido a establecer los lazos entre el régimen nazi, la mano de obra esclava de Auschwitz y el  LUPINO que robaron de los laboratorios de Vavilov en la URSS.

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