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Reportaje de Marianela González y Editorial Radio Villa Francia12 de Julio de 2016
Los falsos análisis con los que la SMA desmintió las denuncias por contaminación del Proyecto Alto Maipo
En el mes de febrero de 2016 la Coordinadora Ciudadana Ríos del Maipo interpuso un recurso de protección en contra de Alto Maipo luego que el Colegio Médico denunciara que los ríos estaban contaminados con metales pesados. Un dictamen de la Corte obligó a la Superintendencia del Medio Ambiente a realizar una investigación y pronunciarse sobre la veracidad de la denuncia. La entidad fiscalizadora informó que no existía evidencia de un daño para el medio ambiente o la salud, pero el estudio científico que se utilizó para esa afirmación era falso.
La historia judicial
El 22 de enero de 2016, el presidente del Departamento de Medio Ambiente del Colegio Médico y toxicólogo de la Universidad de Chile, Andrei Tchernitchin, publicó un
estudio que dejó al descubierto que las aguas del Cajón del Maipo estaban contaminadas con elevados niveles de hierro, molibdeno, manganeso y arsénico; metales pesados que pueden dañar gravemente la salud.
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Ya que existían antecedentes que permitían suponer que la contaminación se debía a la proximidad de las obras de construcción del Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo (PHAM) a los afluentes del Río Colorado y nacimientos de esteros en la Cordillera, la
Coordinadora Ciudadana Ríos del Maipo, con la representación de la abogada especialista en temas ambientales, Macarena Soler, intentó paralizar los trabajos presentando ante la Corte de Apelaciones de San Miguel un
recurso de protección (512-2016) contra Alto Maipo SPA y la Comisión de Evaluación Ambiental de la Región Metropolitana (CEA), actual responsable por la aprobación del proyecto y la entrega de la Resolución de Calificación Ambiental.
Revisa: Corte de San Miguel acogió recurso de protección para investigar posible contaminación provocada por Alto Maipo
Varias singularidades tuvo el proceso judicial, entre ellas que la defensa de la Comisión de Evaluación Ambiental fue asumida por Osvaldo Solís, ex procurador y abogado de la desaparecida Comisión Nacional del Medioambiente (Conama); y la de Alto Maipo, por el ex jefe del área de litigios de la Conama, Mario Galindo.
Durante los alegatos no quedó clara la independencia entre ambos abogados, sobre todo porque Solís utilizó para su defensa los mismos argumentos que su antiguo jefe, Mario Galindo, incluyendo un cuestionamiento sobre la validez de los estudios de Tchernitchin, para lo que no tenía ninguna otra prueba más que un estudio encargado por Alto Maipo a la cuestionada perito del
caso Frei, Laura Börgel.
Con el fin de zanjar las dudas que los juristas sembraron sobre el estudio y poder comprobar la veracidad de la denuncia, la Corte ordenó a la Superintendencia de Medio Ambiente (SMA) que enviara el resultado de los nuevos estudios de agua que el ente fiscalizador ya había encargado a un laboratorio privado.
Esos exámenes arrojaron que, de cuatro muestras analizadas, en solo una se encontró preocupantes niveles de hierro y que todo lo demás estaba bajo parámetros normales.
Para la Corte de Apelaciones, la presencia de hierro en esa muestra fue motivo más que suficiente para acoger parcialmente el recurso de protección y ordenar a la SMA, en un plazo de treinta días, que investigara la posible relación del PHAM con la contaminación de las aguas, advirtiendo que de comprobarse la responsabilidad, paralizaría todas las obras.
La apelación de esta resolución por parte de Alto Maipo y la CEA provocó que, el 23 de mayo de 2016, la causa fuera trasladada hasta la Corte Suprema, en donde se encuentra a la espera de un pronunciamiento.
Por su parte, la SMA despachó un
informe en el que argumentó que era imposible realizar una investigación en tan poco tiempo y que, a pesar de que la situación podía cambiar, hasta el momento no existían pruebas que permitieran suponer un daño grave e inminente para el medio ambiente o la salud de las personas, razón por la que no era necesario paralizar las obras.
El acuerdo que violó la Superintendencia del Medio Ambiente (SMA)
Antes que se difundiera a la opinión pública el estudio del Colegio Médico, los miembros de la
Red Metropolitana No Alto Maipo ingresaron tres solicitudes de audiencia a la SMA, para entrevistarse con el superintendente Cristián Franz, ex asesor de empresas hidroeléctricas y mineras a través del
Grupo Alianza, y entregarle antecedentes sobre la contaminación de las aguas en el Cajón del Maipo y pruebas que relacionaban al PHAM con este hecho, pero todas fueron rechazadas.
Fue necesario que la prensa difundiera los resultados del estudio y se generara una alarma comunicacional para que las autoridades del organismo fiscalizador reaccionaran y concedieran una audiencia, la que se fijó para el día 29 de enero, a través de la Ley de Lobby. Pero a esa reunión no asistió el superintendente, en su lugar fueron el jefe de Gabinete David Silva y el jefe de la División de Fiscalización Rubén Verdugo.
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Primero expresamos nuestra molestia por la ausencia del superintendente y después pedimos explicaciones por las catorce denuncias que desde octubre de 2014 hemos ingresado sobre incumplimientos de la Resolución de Calificación Ambiental e ilegalidades del Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo, pero no recibimos ninguna respuesta. Al contrario, nos dijeron que no tenían idea de lo que estábamos hablando”, cuenta el vocero de la organización, Anthony Prior.
Consultada la SMA por la ausencia del superintendente a esta reunión, no quiso entregar respuesta y solo se limitó a informar que “dada la urgencia y el tema a tratar se encargó a dos funcionarios de primer nivel jerárquico que llevaran el caso”.
Los encargados, que en esa ocasión se reunieron con Anthony Prior y Macarena Martínez, de la Red Metropolitana No Alto Maipo y con Lucio Cuenca y el abogado Álvaro Toro, del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales (OLCA), recibieron la denuncia formal por la contaminación del agua y se comprometieron a realizar un trabajo de fiscalización sobre las obras del proyecto Alto Maipo, lo que incluía la realización de nuevos exámenes de aguas en las zonas donde se denunciaba que había afectación.
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Acordamos que como muestra de transparencia la SMA contrataría un laboratorio para tomar muestras nuevas y que esto se haría en presencia de los miembros de la Red y del doctor Tchernitchin, el que también tomaría muestras para llevarlas a analizar al laboratorio de la Universidad de Chile y hacer exámenes en paralelo. La única condición que les pusimos, para evitar un conflicto de interés, es que el laboratorio que ellos eligieran no estuviera ligado a una sanitaria, que acudieran al lugares como el Instituto de Salud Pública, el Sernageomín o la PDI”, asegura Prior.
El 15 de febrero la funcionaria de la División de Fiscalización de la SMA, Verónica González, le envió un correo a Macarena Martínez informándole que la Superintendencia había tramitado la toma de muestras para el día 17 con el laboratorio Dictuc, de la Universidad Católica, a lo que Macarena respondió que se restarían del proceso y que se opondrían tajantemente ya que el Dictuc había firmado un acuerdo marco con Aes Gener S.A., empresa dueña del proyecto Alto Maipo junto a Andrónico Luksic.
Revisa: Alto Maipo: El Proyecto que complica a la Familia Luksic
Como el convenio con Aes Gener dejó inhabilitado al Dictuc, según lo reconoció la SMA, se informó a Martínez que la actividad se suspendía y que se programaría una otra fecha en cuanto se contratara un nuevo laboratorio.
Tras dos semanas sin noticias, Macarena envió un correo manifestando su preocupación por la demora y la respuesta que recibió de Verónica González fue “
Por problemas administrativos aún se está gestionando el servicio de muestreos. Se tomarán todos los resguardos para garantizar buenos resultados y en cuanto tengamos certeza de la fecha nos pondremos en contacto con ustedes”, pero eso nunca ocurrió.
En silencio la SMA contrató al Laboratorio Biodiversa Sociedad Anónima, filial de la sanitaria Essbio S.A., que tiene entre sus accionistas menores a Banco de Chile Corredores de Bolsa, y cuya dirección se ubica en la ciudad de Viña del Mar, dentro de la misma propiedad donde operan las oficinas de Esval.
A la pregunta de porqué se eligió ese laboratorio, la SMA respondió que Biodiversa se había adjudicado la contratación por ser el segundo más barato después del Dictuc y por cumplir con los criterios técnicos exigidos. Sobre la razón de que no se respetara el acuerdo, dijo que la fiscalización se realizó con la urgencia que ameritaba la denuncia, que habían intentado coordinar con la gente de la Red No Alto Maipo pero que ellos no podían asistir a la fecha programada, que finalmente fue el 31 de marzo de 2016, es decir, un mes después del último correo.
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Cuando nos enterarnos, por la Corte de Apelaciones de San Miguel, que las muestras ya se habían tomado, fuimos a pedirle explicaciones al Superintendente, el que nos recibió recién el 30 de junio. Nos dijo que era imposible que los encargados hayan tomado ese compromiso de realizar juntos las muestras, entonces le mostramos los correos cruzados con Verónica González y respondió que los funcionarios estaban cometiendo un error y que él los desautorizaba”, denuncia Prior.
Lo que acusa el GPS
Los exámenes que la SMA hizo llegar a la Corte de Apelaciones de San Miguel sirvieron de respaldo para que los abogados de la CEA y de Alto Maipo enviaran escritos argumentando que los resultados comprobaban la inexistencia de toda infracción normativa imputada a la construcción del Proyecto Hidroeléctrico Alto Maipo, que la autoridad ambiental había demostrado funcionar y que había quedado en evidencia que lo denunciado por el doctor Andrei Tchernitchin no era cierto; motivos por los que solicitaban rechazar el recurso de protección.
Se le consultó a la Superintendencia de Medio Ambiente si podía dar fe sobre la validez del estudio de Biodiversa y respondió “
Es un laboratorio que cuenta con la certificación del Instituto Nacional de Normalización para este tipo de labores”, también se le preguntó sobre cómo podía asegurar que las muestras habían sido tomadas en los puntos requeridos y contestó “
Esto se asegura pues los certificados de análisis incluyen la georreferenciación de los puntos de muestra”.
Lo cierto es que ni la SMA, ni los abogados de la CEA y Alto Maipo, revisaron los
documentos, ya que de haberlo hecho habrían reparado en que los datos de la georreferencia que entregó Biodiversa son los mismos que informó el doctor Tchernitchin en su estudio, situación que, según peritos en la materia, podría tratarse de un engaño.
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Si estamos hablando de ríos, no hay nada fijo en el terreno y midieron dos personas en diferentes días, me llama la atención que las coordenadas sean tan iguales, es como si estuvieran copiadas unas de las otras. Que coincidan en forma tan exacta está dentro de las posibilidades de uno en un millón, porque la tierra se está moviendo a cada rato, al igual que los satélites. No tenemos coordenadas absolutas y siempre habrá variación aunque sea de milímetros”, explica el asesor técnico del Instituto Geográfico Militar, con más de cuarenta años de servicio, Pedro Vega.
Al respecto, el experto de la empresa distribuidora de instrumentos de localización GPS Aventura, Felipe Losada, aclara “
Es casi imposible que dos coordenadas coincidan con exactitud ya que los aparatos tienen configurado un error de cinco metros. Comparando los dos resultados se podría concluir que alguien está mintiendo”.
Pero eso no es todo, en el informe de ensayo que la filial de Essbio entregó por el Canal Aucayes, se notifica que en lugar de haber tomado la muestra en la coordenada 19H0382562, 6288455, como lo solicitó la SMA, se hizo en la ubicación 19H0382562, 6888455, punto de georreferencia que no existe en el Cajón del Maipo.
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La coordenada 19H0382562, 6888455 está mala, cuando se ingresa en Google Earth, automáticamente la cambia a 19J y la tira hacia el norte”, explica Losada.
Localizada en la herramienta de Google Earth, la coordenada entregada por Biodiversa se sitúa en la tercera región de Atacama, a 600 kilómetros del Canal Aucayes, como grafica el siguiente mapa.
Habla el encargado de las muestras
Ya que los datos de georreferencia contenidos en los informes de ensayo permitían presumir que el muestreo en realidad nunca se había realizado o que el agua se había sacado de lugares diferentes a lo solicitado por la SMA, se le consultó al encargado de tomar las muestras, del Laboratorio Biodiversa, sobre cómo y dónde había realizado el trabajo y estas fueron sus respuestas:
¿Usaron GPS para localizar los lugares donde debían tomar las muestras?
No, solo lo usamos para llegar a los lugares a dónde el cliente nos indicó que teníamos que tomar las muestras.
¿De dónde sacaron las coordenadas que anotaron en los informes de ensayo como procedencia de la muestra?
El cliente entregó esas coordenadas.
¿Quién era el cliente?
La Superintendencia del Medio Ambiente, a través de los contactos Verónica González y María Isabel Mallea. Ellas enviaron las coordenadas y la lista de los metales que había que buscar en el agua.
Si no anotaron las coordenadas de los sitios donde tomaron las muestras ¿Cómo pueden comprobar que hicieron el trabajo? ¿Qué pruebas le entregaron al cliente para confirmar que las muestras las tomaron donde se solicitó?
Este trabajo, estimada, solo se basa en la confianza. Yo podría hacer esta pega de cualquier forma, pero trato de hacerlo lo mejor posible.
¿Es decir que solo tienen su palabra como prueba?
Sí.
¿Lograron llegar a todos los puntos que les encargó la SMA?
De los cinco puntos que nos encargaron solo pudimos acceder a cuatro.
¿Usaron GPS para llegar a esos sitios? ¿Puede describir los lugares donde tomaron las muestras?
Para el recinto recreacional de carabineros, Los Maitenes, no fue necesario el GPS porque era un lugar ubicable con facilidad. Después nos fuimos al Canal Aucayes, que estaba a uno o dos kilómetros de ahí. Era un río al que había que bajar, encontramos unas piedrecitas y ahí tomamos la muestra. Al otro punto llegamos mirando el GPS adentro de la camioneta. Era un lugar que estaba en el sector de los Baños Morales. De pronto frenamos y nos dimos cuenta que la coordenada nos había llevado a un camino de tierra. Vimos un quiosco cerca, así que nos bajamos y fuimos a preguntar ahí.
¿Ese lugar era el que ustedes informan como “Chanco” Laguna?
Sí. Hablamos con el caballero del negocio y nos contó que hace una semana habían ido de la Superintendencia de Servicios Sanitarios a tomar muestras en ese canal, supusimos que ese era el lugar y sacamos agua de ahí.
El mismo caballero nos dio las instrucciones para llegar al afloramiento, nos dijo que estaba cordillera arriba y que no podíamos llegar en camioneta. Así que manejamos un par de kilómetros hasta donde era posible, estacionamos el vehículo y seguimos a pie. La montaña era medio compleja, así que obviamente preferimos nuestra seguridad y no llegamos al afloramiento. Tomamos la muestra un poco más abajo, pero antes nos aseguramos de que nada intervenía las aguas.
En la hoja con los resultados del examen del Canal Aucayes se informa que el encargado de la muestra fue Nicolás Retamal, pero usted solo ha mencionado a Cristian ¿Cuál de los dos tomó la muestra realmente?
Se trata de un error, porque Nicolás Retamal no estuvo ahí, la muestra la tomé yo y el que me acompañó fue Cristian.
¿De dónde sacó la muestra de agua en el recinto de Carabineros?
De una llave que había en el patio, a la entrada.
¿Supo de dónde provenía esa agua?
El cuidador me dijo que era agua potable y que la usaban para regar.
Las descripciones no coinciden
Habiendo despejado la interrogante de los datos del GPS y teniendo la seguridad de que no existía forma de comprobar dónde se había realizado el muestreo de Biodiversa, se visitaron los lugares donde debían ejecutarse los controles y se comprobó que el trabajador, cuyo nombre se mantiene en reserva, había mentido.
El único muestreo realizado en el lugar señalado por la SMA, fue el del recinto recreacional de carabineros Los Maitenes, lugar donde se tomó la muestra que acusó contaminación por hierro, y en donde un cuidador del lugar fue testigo.
Sobre el canal Aucayes, se acreditó que no se trataba de un río ubicado a uno o dos kilómetros como lo aseguró el trabajador. En realidad era una acequia de metal, que se encontraba a unos metros de distancia del recinto Los Maitenes y por el que pasaba el agua que se extraía del Estero Aucayes, que corre en forma paralela al conducto.
Canal Aucayes y Estero Aucayes, que corren en paralelo.