- Chile:
OCMAL16 de Junio de 2019
Conflictos Mineros en América Latina, Extracción, Saqueo y Agresión. Estado de situación 2018.
La sostenida presión internacional por minerales sigue afectando a América Latina. No
sólo a ecosistemas vulnerables y comunidades locales, sino, al mismo tiempo, a estructuras sociales, normativas y sistemas de convivencia nacionales. Sectores de la sociedad que al costo que sea, sueñan con un esquivo y muchas veces mal entendido desarrollo, sostienen discursos y prácticas muchas veces alejadas de la ética y del bien común.
![](http://olca.cl/txt/images/1560734664)
La profundización del modelo productivo mundial de bienes, ahora ampliado infinitamente con la participación de China, pone en jaque el suministro de materias primas que deben sostener una
producción y un consumismo altamente insustentable.
Los cambios tecnológicos del norte global clavan sus ojos en los recursos minerales del
sur global y América Latina es un polo de concentración en esta tendencia. La reconversión a la electromovilidad es un claro ejemplo de ello.
El litio y el cobalto son entre otros, minerales necesarios para este proceso. Pero no olvidemos que el efecto sobre el cobre implicará aumentos importantes de producción del metal rojo y sus ya conocidos impactos.
Es preciso señalar también, que la minería de litio en los salares altoandinos de Argentina,
Bolivia y Chile no está exento de riesgos socioambientales por la inminente destrucción de ecosistemas complejos, frágiles e insuficientemente estudiados. Esto hace suponer que el efecto de la pérdida de esos ecosistemas y su valor para la humanidad quedará para siempre fuera del saber humano.
Por donde miremos, veremos que la conflictividad socioambiental por la profundización
del modelo extractivista minero, solo tiende a incrementarse.
Vemos además que los procesos de conflicto se manifiestan de forma cada vez más temprana y que aquellos de larga data y aparentemente desperfilados, pueden reactivarse poniendo en jaque la también aparente estabilidad institucional, empresarial y comunitaria. Aunque por otro lado, la dinamización de los conflictos por extracción de minerales es respondida con incremento de criminalización, represión y violencia por parte de gobiernos y empresas mineras.
Otros factores que acompañan la conflictividad socioambiental por minería son la crisis
hídrica, la afectación de páramos y cabeceras de cuenca, la destrucción de glaciares, el cambio climático y la pérdida de condiciones de vida y sustento para las comunidades locales.
Por más evidencias que se generan para criticar el extractivismo minero y más se demuestra que la actividad minera empobrece nuestros pueblos, mayor es la insistencia de gobiernos de todas las corrientes para sostenerlo y profundizarlo. Como ejemplo mencionamos que la ONU alertó hace unos años sobre una “multimillonaria evasión tributaria minera” a partir de casos de África y Chile.(*, **)
La grave situación de los diques de colas es uno de los corolarios de una actividad que se
sostiene en ventajas ambientales, tributarias, financieras y legales y goza de la impunidad nacional e internacional allí donde se desarrolla. Todo eso ante los atónitos ojos de las comunidades afectadas.
Los vuelcos en las estrategias de las empresas mineras para legitimar su actividad y las
alianzas con los gobiernos extractivistas se enfrentan a la cada vez fortalecida creatividad de las comunidades en resistencia.
Este, posiblemente, seguirá siendo el panorama que nos acompañe en los próximos años
y que dará cuenta de los conflictos mineros en la región. El presente trabajo es una muestra de ello.
* http://reddigital.cl/2019/04/09/informe-onu-chile/
**https://unctad.org/en/PublicationsLibrary/suc2016d2_en.pdf
Bajar Informe:
Fuente:
https://www.ocmal.org/wp-content/uploads/2019/05/informe-final.pdf1769
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