- Chile:
En terreno15 de Junio de 2020
Voces de Putendo I: La resistencia de una comunidad ante la amenaza de la minería
En esta primera entrega, Cable a Tierra conversó con Patricia Fuentes, quien encabeza la organización “Putaendo Resiste” y la presidenta del Comité de agua potable rural (APR) de Rinconada de Guzmanes, Sara Gómez, para conocer la vida que se desarrolla en el territorio en medio de la sequía y la amenaza de la minería que en abril se acentuó con la aprobación de 350 sondajes exploratorios en el sector cordillerano de Las Tejas, valle de Aconcagua.
Por equipo Cable a Tierra
Vea la última entrega “Voces de Putaendo II: Las irregularidades del proyecto minero que se oculta en la cordillera de la quinta región.
A las once de la mañana del 20 de abril pasado, un grupo de residentes de Putaendo, una localidad de la región de Valparaíso, se presentaron a las afueras de la Gobernación de San Felipe con un gran lienzo para exigir la suspensión de una “sesión virtual” que se iba a realizar ese mismo día en horas de la tarde. En la reunión, la Comisión de Evaluación Ambiental (CEA) de Valparaíso, iba a definir si se rechazaba o no un proyecto que estipula la realización de una serie de sondajes mineros planificados en una zona cordillerana del valle de Aconcagua.
Se trataban de los miembros de
Putaendo Resiste, agrupación ambientalista que surgió hace tres años atrás en resistencia a la instalación de la “gran minería” en la zona. La presidenta de la organización,
Patricia Fuentes, convocó a un punto de prensa para exigir que la conferencia virtual no se llevara a cabo:
-¡
Basta que los estamentos del Estado pasen por encima de la gente! (…). El daño que pueden ocasionar 350 sondajes son de una magnitud infinita, nuestra situación geográfica es muy estrecha, donde cruza el río, todos los sondajes que se han hecho están ahí, Gracias a los glaciares de roca nos mantenemos con agua en el valle.
Protegida con bolsas en sus extremidades y una mascarilla en su rostro, Patricia advirtió a las personas de las consecuencias que podría ocasionar la autorización de las perforaciones exploratorias en el sector de Las Tejas. La Comisión, que califica proyectos sometidos al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA), resolvió finalmente aprobar por unanimidad la
Declaración de Impacto Ambiental (DIA) de los “sondajes mineros de prefactibilidad Las Tejas”, presentados por la
Compañía Vizcachitas Holding (CMVH), a pesar de que no contaba con el apoyo de la
Municipalidad de Putaendo, la
Dirección General de Aguas (DGA) y el
Servicio Agrícola y Ganadero (SAG).
El proyecto de prefactibilidad admitido por 11 Seremis y el Intendente de Valparaíso,
Jorge Martínez, tiene una inversión estimada de 25 millones de dólares y tendrá una duración de cuatro años en donde se ejecutará un máximo de 350 sondajes a través de 73 nuevas plataformas y la utilización de 51 preexistentes.
La dirigente recuerda que la represión no tardó en aparecer: camiones militares, motos y furgones se adueñaron de las calles, parando a toda la gente que tuviera un logotipo o algo relacionado a las manifestaciones en sus manos.
–
Se excusaron de que fue por “barrera sanitaria”, pero en Putaendo todavía no teníamos ningún caso de COVID positivo. Nunca había visto una barrera sanitaria con contingente militar, entonces uno dice ¿qué pasa? El Estado ¿a quién está cuidando? ¿a la ciudadanía o a las empresas?
Los sondajes se planearon al oriente, a 4 kilómetros del río Rocín, un afluente que es parte del río Putaendo -y que a su vez desemboca en la cuenca del río Aconcagua- que nace en la localidad de Los Patos y es la única fuente hídrica del valle. De los siete comités de agua potable rural (APR), que se encargan de administrar, operar y sanitizar el agua disponible en la zona, cinco utilizan el cauce del río para abastecer a los habitantes y los restantes dependen de pozos para obtener agua.
Situación que confirma la presidenta del Comité de agua potable rural de Rinconada de Guzmanes,
Sara Gómez, quien lleva 18 años liderando la organización. El comité, compuesto por 723 personas, se encarga de abastecer de agua potable a escuelas, un jardín infantil, una posta rural y organizaciones sociales como clubes deportivos, entre otros.
–
Nosotros compramos “agua cruda” del canal unificado de Putaendo a la Junta de Vigilancia para poder potabilizarla. Para la entrega del caudal hay un convenio que obviamente tiene un valor y un límite de litros por segundo que nosotros podemos sacar y eso se paga mensualmente de acuerdo a una macromedición que se hace en nuestra planta sanitizadora ubicada en el sector de El Tártaro.
Aunque la Compañía Vizcachitas Holding, filial de la empresa canadiense
Los Andes Copper Ltda, asegura que no tiene contemplado utilizar agua del río Rocín en ninguna de sus etapas, vecinos de la localidad ponen en duda esta afirmación, debido a que no sería el primer sondaje de exploración en la zona realizado por la transnacional. Desde Putaendo Resiste denuncian que al menos se hicieron con anterioridad 175 sondajes y que la empresa ha tenido una multa y una sanción por edificar un campamento minero de forma “ilegal”.
Manantiales que brotan de pantanos
Putaendo o
Putaintrú, que en mapudungún significa “manantiales que brotan de pantanos”, se ubica a una hora de la capital. A los pies de la Cordillera de los Andes, la vida de la ciudad, compuesta por aproximadamente 17 mil habitantes, se desarrolla entre serranías precordilleranas e innumerables quebradas que cruzan la tierra.
Patricia Fuentes nació en Santiago, pero optó por asentarse en la región de Valparaíso luego de contraer matrimonio. A la fecha lleva más de 30 años viviendo en el lugar.
-¿Siempre has vivido en la quinta región?
–
Mi familia es de acá, yo cuando chica viví en Santiago, pasaba todas mis vacaciones acá de niña, entonces terminé de estudiar y me vine a Putaendo. Soy putaendina de corazón.
Cuando Patricia era niña, el valle era un territorio fértil, con presencia de mucho ganado. Ella recuerda que su abuela tenía cabras y no debían llevarlas a pastorear lejos porque los cerros estaban completamente verdes. Todos los veranos en Los Patos, la gente se juntaba en el río Rocín, cuya cuenca era tan profunda que cuando un caballo debía cruzar el río, las aguas llegaban a la altura del vientre del animal. La dirigente solo se podía bañar en un pequeño brazo del caudal.
En la actualidad hay una gran sequía y escasez hídrica que afecta al valle y el miedo se agudiza ante la llegada de un proyecto minero que genera incertidumbre sobre el futuro de la comunidad. Sin embargo, la historia de Vizcachitas se remonta a la década de los setenta.
En esa época, un gran yacimiento minero de cobre y molibdeno fue descubierto por la
Compañía de Petróleos de Chile S.A (COPEC) -propiedad del Estado en esos años- y durante las décadas siguientes, diversas compañías realizaron estudios, mapeos y perforaciones que desembocaron en lo que hoy se conoce como el proyecto minero que planea convertirse en “la mina tajo abierta más grande de Chile” y que fue adquirida por Los Andes Copper en 2007.
Para la organización Putaendo Resiste, compuesta por aproximadamente 80 personas, este proyecto amenaza la forma de vida en el valle, postura que es compartida con varias agrupaciones de la zona como “las mimos”, algunas APR, y asambleas del pueblo, con las que trabajan activamente para realizar manifestaciones en las calles y coordinación entre residentes.
–
Ellos (la comp
añí
a) hablan de que no van a tocar las aguas, pero se quieren instalar en medio del río y dicen que lo quieren entubar por 20 kilómetros. Imagínate a lo que va a afectar a todo el ecosistema que hay ahí si entuban al río por 20 kilómetros ¡cuantas plantas y vegetación endémica morirían! – asegura Patricia.
***
A pesar de todo, sus habitantes se consideran afortunados pues es una “comunidad unida” y solidaria que ha sabido preservar su patrimonio histórico y ancestral. Por la zona se trazó el “camino del Inca” ruta que fue la vía de comunicación más expedita entre los pueblos de los valles de La Ligua, Aconcagua y Mapocho. Además hay muchos petroglifos en distintos cerros, y específicamente en Los Patos se encuentran los “corrales de Chalaco”,
declarados monumentos históricos en 2018.
-Es una construcción que tiene vestigio incaico y fue una tremenda ganancia que tuvo la localidad -cuenta Patricia-
cuando se estaba construyendo el embalse Chacrillas. El gobierno dijo que lo iba a derrumbar y la localidad luchó por ese patrimonio y lo logramos salvar. Es la primera muestra de lo que podemos hacer unidos, trabajando en conjunto y defendiendo nuestro patrimonio.
Según Patricia, un grupo de arqueólogos visitó la zona y a las piezas patrimoniales “l
e dieron una data de 500 años”. En el lugar, los
Picunches intercambiaban su ganado con pueblos de Argentina. Si bien no hay grandes industrias ni monocultivos, los habitantes de Putaendo aseguran que existe una “mala distribución del agua” y si se instala algún proyecto minero en la cordillera, eso significa “
la muerte del valle” y el río.
–
Sabemos que esta amenaza minera, aparte de dañarnos y ser un ecocidio a nuestro medioambiente, también es un homicidio a lo que somos como personas, nos cambiaría toda nuestra forma de vida.
Suelten el agua
La presidenta de la APR de Guzmanes, Sara Gómez, llegó a Putaendo hace 26 años, luego de que se viniera a vivir con su marido que era oriundo de la zona. Los recuerdos que Sara tiene de la localidad, dejan entrever que ha existido un importante cambio en el flujo del agua y la vegetación.
–
Cuando nosotros llegamos a vivir acá, la gente tenía en sus huertas porotos verdes, zapallo italiano, pepino, choclo, había todo tipo de verduras, cosa que desde hace 4 años ya no se ve. En el río no hay ningún árbol verde por su orilla, está todo seco, muy seco.
Antes llovía bastante, las personas de la zona llegaban a quedar aisladas durante días. Cerca de la casa de Sara, existían unos esteros en donde se podía ver el oleaje del agua que se movía hacia arriba, pero las precipitaciones han disminuido con el pasar del tiempo.
El comité que preside se constituyó en 1985. En esa época Sara no vivía en el sector, pero desde esos años empezó a funcionar y cada día más personas se asocian a Guzmanes, de hecho, tienen una lista como APR y alrededor de 180 familias están esperando agua.
La
Junta de Vigilancia, que administra y distribuye las aguas, le otorga al Comité de Guzmanes 14 minutos de agua a las nueve de la noche una vez a la semana. Según Sara, desde ahora “va a llegar el agua cada 15 días”. Hay gente de Putaendo que todavía intenta vivir de la agricultura, de sacarle provecho a sus parcelas, pero se han muerto muchos animales y eso también ha ido disminuyendo recursos y ha afectado a las familias.
-¿Por qué tienen que comprar agua?
–
Porque no tenemos derechos de agua. Eso sí, debemos reconocer que no nos ha faltado el agua, la Junta de Vigilancia nunca nos ha cortado el agua.
-Pero es un derecho humano…
–
La distribución del agua está pensada en los grandes agricultores, no en los pequeños.El agua la distribuyen ellos y es porque quien tiene más acciones tiene más derechos. En el verano generalmente uno está a disposición de lo que dice la junta y eso está avalado por el Código de Aguas. Nadie ha dejado de cultivar ni medianos, ni grandes empresarios agrícolas de la zona, entonces de repente hay contradicciones, yo no sé si el agua está escasa para consumo humano, pero no está escasa para venderla. Esa es la impotencia que uno siente.
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En una expedición realizada en 2016, iniciativa del Municipio de Putaendo, se quiso comprobar si efectivamente en la alta cordillera existían glaciares, sin embargo la experiencia no arrojó resultados concluyentes. Dos años después se repitió la expedición de reconocimiento y se constató que hay al menos cinco glaciares de roca activos con una superficie total de 112 hectáreas que aportarían en conjunto un caudal superior a los 100 litros por segundo. El hallazgo realizado en las cercanías del estero El Chilón, que alimenta al río Rocín, da cuenta de la existencia de un ecosistema de alta biodiversidad.
Los glaciares son considerados reservas estratégicas de agua dulce en estado sólido y a pesar de la sequía, el valle es próspero. Sara afirma que en pleno verano han tenido agua para consumo humano y riego “
aunque sea por minuto, aunque sea cada ocho días, pero el agua está y eso es solo gracias a los glaciares”, asegura.
La dirigente participa y empatiza con la causa de Putaendo Resiste y reconoce que a través de las gestiones y manifestaciones “
se ha retrasado la instalación de minera”.
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Gracias a ese bendito río, Putaendo y todas las comunidades rurales podemos seguir subsistiendo. La naturaleza aquí es fundamental.
CC: Municipalidad de Putaendo.
Fuente:
https://cableatierrachile.wordpress.com/2020/06/15/voces-de-putendo-i-la-resistencia-de-una-comunidad-ante-la-amenaza-de-la-mineria/882
