- Chile:25 de Septiembre de 2022
Organizaciones sociales demandan al Presidente Gabriel Boric y senadores no aprobar el TPP11
“Con la firma de este acuerdo, Chile se aleja, por ejemplo, del derecho a tener un medio ambiente libre de contaminación, y también al derecho de tener pensiones que les permitan a las familias chilenas esforzadas y trabajadoras vivir de forma digna”, señala en parte de la carta abierta firmada por más de 550 organizaciones sociales, dirigida al Presidente Boric y al Senado. Ver el texto completo:
Sr. Presidente Gabriel Boric
Sras. y Sres. Senadores
De nuestra consideración,
El Tratado Integral y Progresista de Asociación Transpacífico, (TPP-11) es un acuerdo de integración económica plurilateral en la región del Asía Pacífico, este entrega la soberanía nacional a las empresas transnacionales, estancando nuestra economía, destruyendo nuestra producción nacional y, por tanto, obstaculiza el desarrollo de Chile y limita la garantización estatal de los derechos sociales y de la naturaleza.
Chile ya tiene tratados con todos los países integrantes del acuerdo. Con el TPP-11 no se van a reducir significativamente los aranceles para nuestras actuales exportaciones ni va a aumentar el producto interno bruto, según los estudios de la propia Dirección General de Relaciones Económicas Internacionales del Gobierno de Chile, en el largo plazo tendríamos un crecimiento económico adicional de apenas un 0,12%.
Las ventajas económicas del TPP-11 no alcanzan a ser ni el 1% del PIB, sin embargo, la aprobación de este tratado significa una pérdida de la soberanía nacional, pues limita la acción del Estado respecto de sus empresas públicas y de la producción o provisión mayoritaria de un bien o servicio, como, por ejemplo, podría ser si nacionaliza el cobre o si modifica el sistema de salud, o si decide como estado construir viviendas para la población, entre otros. Ello afecta directamente los intereses de la nación, si Chile nacionaliza mayoritariamente un sector o genera un proceso de industrialización, o bien si quiere proveer un servicio social de calidad a la población podría estar incumpliendo el tratado. En este sentido, la economía chilena quedaría estancada en el modelo neoliberal que se encuentra en crisis, impidiendo la generación de un nuevo modelo económico que dé solución a las problemáticas societales.
Otro elemento que limita la soberanía nacional consiste en que las reglas de este tratado se hacen cumplir a través de tribunales de arbitraje internacional, y les da una jurisdicción por sobre los tribunales nacionales. Así, una empresa transnacional que ha invertido acá puede demandar al Estado chileno en el extranjero, si es que implementa una regulación pública que afecta sus expectativas de ganancias. Ello genera una garantía jurídica para las inversiones transnacionales a través de acuerdos que superan el marco legal y el poder de decisión de los países, lo que en definitiva estabiliza un gobierno transnacional que sobrepasa la soberanía de las naciones.
Los árbitros internacionales, cuyo poder aumentaría con el TPP-11, ya han fallado en
contra de Estados por intentar regular empresas que contaminan el medio ambiente.
También hay demandas contra Estados que han querido hacer un cambio profundo ensus sistemas de pensiones al sacar a los privados del negocio o a aquellos que han nacionalizado sus bienes naturales estratégicos. Este tipo de situaciones las podríamos vivir en Chile en caso de que se firme el TPP-11.
Así, con la firma de este acuerdo, Chile se aleja, por ejemplo, del derecho a tener un medio ambiente libre de contaminación, y también al derecho de tener pensiones que les permitan a las familias chilenas esforzadas y trabajadoras vivir de forma digna.
Creemos que este tratado terminará finalmente empoderando a estos sistemas arbitrales pro-empresas transnacionales en desmedro de los intereses de los pueblos y también de sus intereses nacionales. En este sentido, la estrategia de las cartas bilaterales (side letters) respecto de los sistemas de arbitraje que el gobierno impulsa resultan insuficientes pues los tribunales permanentes mantienen los conflictos de intereses en las disputas comerciales o de otro tipo entre el Estado y las transnacionales.
Asimismo, el pueblo despierto sabe que el TPP 11 privatiza la semilla originaria y campesina, abre la puerta más aun al extractivismo desgarrador de los elementos naturales de la madre tierra, de la cual somos parte. También restringe aún más el acceso a los medicamentos de alta gama que son inaccesibles para una persona común y corriente. A ello se le suma que este tratado vulnera derechos laborales, humanos y pasa por encima del convenio 169 de la OIT sobre los pueblos originarios, ya que no se ha realizado consulta indígena, transgrediendo ceremonias como por ejemplo el Trafkin o intercambio de semillas, considerándolos un intercambio comercial. Además, otorga a las transnacionales la posibilidad de ampliar la exclusividad de sus patentes, entre otras nefastas consecuencias que incluyen el fortalecimiento del mercado transgénico y de los plaguicidas en el país.
Durante la negociación, no existieron medidas precautorias relacionadas a territorios de pueblos originarios, ni de elementos naturales protegidos como lo han hecho otros países que están en el tratado y que sí protegieron parte de su soberanía y patrimonio cultural y territorial.
Fuimos miles quienes nos movilizamos a lo largo del territorio nacional, ya que el tratado es tan amplio que toca sensibilidades de miles de habitantes. Hoy miles estamos unidos y en todo Chile exigimos a los senadores y senadoras que escuchen a su pueblo que está alerta. Así, como organizaciones no olvidamos que en todo el proceso el Estado nunca ha levantado información fidedigna relacionada a los perjuicios del TPP-11, es más toda la tramitación, ha sido a espaldas de la ciudadanía, a pesar de haber presentado varios recursos de protección.
Cabe recalcar que las materias de ley orgánica constitucional que son abordadas en este tratado deben definirse mediante un quórum de votación de 4/7 de miembros en ejercicio y no mediante un quórum de mayoría simple de los miembros presentes como se votó en la cámara de diputados, por tanto, el actual proceso de aprobación es espurio e inconstitucional.
Por todo lo anterior y por el futuro del país, es que las organizaciones aquí firmantes demandamos al presidente Gabriel Boric el retiro del TPP-11 del congreso y solicitamos a los senadores y senadoras que rechacen continuar con el proceso de tramitación del tratado, para resguardar la soberanía nacional y los derechos de los pueblos, ya que a quienes deben representar es a las comunidades y a las millones de personas que votaron creyendo en sus promesas electorales.
¡¡¡Y OTRA VEZ, DECIMOS CON MÁS FUERZA QUE NO AL TPP-11!!!
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