- Chile:10 de Octubre de 2023
Desalinizadoras: un mar estéril para el futuro
(endemico.org - 10 de octubre de 2023) - La crisis hídrica ha sido la bandera más usada para justificar el aumento exponencial de las plantas desalinizadoras en Chile. Las han hecho ver públicamente como una opción positiva frente a la sequía y la desertificación en nuestro país.
Por
Camila Ahrendt - Endémico web
Imagen: Planta desalinizadora. ©Reporte Minero
Existe una especie de pensamiento en masa que apunta a que la desalinización traerá agua a los poblados y ciudades. Sin embargo, la realidad es que gran parte de toda esa agua abastece procesos industriales, principalmente mineros y agrícolas (Baeza, E. 2022; Vicuña et al., 2022). Sería entonces correcto pensar que es perjudicial dañar un ecosistema, para ayudar a industrias que ya están, a su vez, dañando otros lugares. Lamentablemente esto sucede y está lejos de detenerse. Según la International Desalination Association (IDA), el número de plantas desalinizadoras alrededor del mundo es de 22.757 y van en aumento.
Chile tiene una antigua historia con las desalinizadoras. En el año 1872 se tiene registro de la primera planta de escala industrial construida en Antofagasta, con el propósito de abastecer a la empresa Salitrera Las Salinas. ©Consejo de Monumentos Nacionales de Chile
Un poco de historia
La desalinización ha cambiado de técnicas desde el siglo XVIII hasta hoy en día. En un comienzo la tecnología predominante era en base a la desalinización evaporativa. Esto es, separar la sal del agua suministrando energía térmica al agua de mar, produciendo un vapor, y luego condensarlo. Hoy en día, la osmosis inversa (OI), es decir, la purificación de agua que utiliza una membrana semipermeable para separar las moléculas de agua de otras sustancias, se ha tomado la mayor parte de la desalinización mundial (Curto et al., 2021).
Chile tiene una antigua historia con las desalinizadoras, ya que en el año 1872 se tiene registro de la primera planta de escala industrial construida en Antofagasta, con el propósito de abastecer a la empresa Salitrera Las Salinas. Y ya en la década de 1990, la minería comienza a explorar el uso de agua de mar desalinizada como fuente alternativa para sus procesos industriales, principalmente en el norte de nuestro país. Actualmente, la minería ocupa más de 70% de esta producción, siendo la Región de Antofagasta, la que cuenta con más plantas desalinizadoras en todo Chile, con 13 plantas operando en diferentes sectores.
En qué consiste la desalinización
La desalinización, conocida por las sigas IDAM (Instalación Desaladora de Agua de Mar) o IDAS (Instalación Desaladora de Agua Salobre), es un método que usa energía para separar el agua en dos partes, convirtiendo el agua salada del mar en agua dulce (con baja concentración de sales disueltas), y dejando otra parte con una concentración muy alta de sales disueltas –concentrado de salmuera–. Dicho de otra forma, la desalinización expresada en cifras, se puede entender como disminuir la concentración de sales disueltas mayores a 35.000-38.000 mg/l (agua de mar) a menos de 500 mg/l (agua potable). Esta agua dulce, queda, entonces, apta para el consumo de agua potable y usos domésticos, sin embargo, es el uso industrial, el destino más importante donde se utiliza (Vivanco, E. 2017)
Lamentablemente se conoce poco sobre el proceso de desalar el agua, como también, de las reglamentaciones y requerimientos mínimos que debe cumplir esta industria en nuestro país. Recién en el año 2021 (Guía para la evaluación ambiental de proyectos industriales de desalación en jurisdicción de la Autoridad Marítima) y 2022 (Desalinización: oportunidades y desafíos para abordar la inseguridad hídrica en Chile), se han realizado informes relacionados a este tema. Si bien existen estos documentos emitidos y que están accesibles a todo público, donde se hacen recomendaciones y requerimientos mínimos, no se tiene certeza si esto será suficiente para que el proceso de desalar el agua deje de ser perjudicial para el medioambiente.
“Dentro de los impactos ambientales negativos, cabe referirse al vertido de la salmuera en el medio marino costero. Lo anterior provoca el aumento en la salinidad y temperatura del agua. Otras consecuencias son la contaminación del agua, succión de vida marina en los tubos de captación del agua, entre otros”.
Controversia en la sociedad han generado los proyectos de desalinización, principalmente por sus tremendos efectos medioambientales en todas sus etapas: construcción, operación y cierre. Además, existe evidencia científica de sus efectos en las distintas matrices ambientales marinas (columna de agua, sedimentos y biota). Y esto es preocupante, dado a que hoy en día, existen oficialmente 31 plantas desalinizadoras, de las cuales 22 están operando, 6 están en construcción, 3 tienen ya una aprobación ambiental y 12 están en evaluación preliminar. Por otra parte, se trata de una práctica que perjudica a todos los usuarios del mar (turismo, deporte, recreación, cultura, pesca y recolección artesanal, y un largo número de otras actividades).
Una planta desalinizadora contiene diferentes etapas, desde la captación de agua hasta la descarga de los residuos. Dentro de los impactos ambientales negativos, cabe referirse al vertido de la salmuera en el medio marino costero. Lo anterior provoca el aumento en la salinidad y temperatura del agua. Otras consecuencias son la contaminación del agua, succión de vida marina en los tubos de captación del agua, entre otros.
Impactos ambientales negativos
La evidencia indica que, en un proceso de desalación de agua de mar, en promedio mundial, las desaladoras generan 141,5 millones de m3 de salmuera por día. Esto se elimina como desecho en la superficie del mar o en la columna de agua marina, siendo éste el método más utilizado (Jones et al., 2019). Este aumento de salinidad en ambientes marinos puede provocar daños fisiológicos en los organismos marinos que viven o se desplazan por las áreas de descarga del residuo. Tras estudios acerca de la salmuera que llega al mar producto de las plantas desaladoras (que son > 50.000 Sólidos Disueltos Totales -ppm-), se ha evidenciado que el agua de mar puede aumentar su salinidad en un 9,1%, esto podría tener como consecuencia estrés osmótico en organismos tanto pelágicos como bentónicos, es decir, problemas en los seres vivos producto del aumento de sales, una disminución de la diversidad microbiana, como también una disminución en el fitoplancton (plancton vegetal acuáticos que hacen fotosíntesis y producen su propio alimento) y en el zooplancton (plancton animal), así como impactos negativos en el funcionamiento y estructura de las comunidades y ecosistemas marinos costeros (Ginige, 2013; Vicuña et al., 2022).
Además del aumento de salinidad, se ha evidenciado un aumento de la temperatura de hasta 0,7°C cerca de los emisarios (tubos donde sale la salmuera hacia el mar). Este aumento de casi 1°C es perjudicial para toda la vida marina adyacente a estas zonas, ya que una de las características más importantes de la vida marina, es su fragilidad al aumento de temperatura en el agua (Vicuña et al., 2022)
?La succión puede presentar importantes daños fisiológicos debido a los drásticos cambios de presión y velocidad. ©Talia Cohen
?El aumento de la temperatura que provoca el proceso de desalinización es muy perjudicial para la biodiversidad marina. ©Marek Okon
Por otra parte, en la succión del agua de mar, también existen amenazas a la biodiversidad marina, ya que la fauna que logra sobrevivir a la succión puede presentar importantes daños fisiológicos debido a los drásticos cambios de presión y velocidad que se generan durante este proceso, así como por el uso de químicos –como cloro y otros anticorrosivos y antiincrustantes que son usados al final del proceso de desalinización– (FIPA, 2016-53; Drami et al., 2011). A su vez, existe la amenaza de la pérdida de biodiversidad en sus primeras etapas de vida. Se estima que en un periodo de un año pueden ser absorbidos en promedio alrededor de 3,7 billones de larvas de peces (Cooley et al., 2013), producto de la velocidad y la fuerza con la que se succiona el agua de mar.
Todo lo anterior es preocupante, ya que este año 2023, se publicó el primer catastro nacional de plantas y proyectos de desalinización en Chile. Esta iniciativa se realizó entre la Asociación Chilena de Desalinización (Acades) y el Consejo Minero, en colaboración con el Comité Asesor Ministerial Científico para el Cambio Climático (C4) del Ministerio de Ciencia y Tecnología, Conocimiento e Innovación. Dicho catastro indica que la cantidad total de plantas de agua desalinizada en operación y su capacidad actual de 8.200 L/s, llegaría a los 25.000 L/s si todos los proyectos llegan a realizarse entre este año y el 2028. Es decir, en los próximos 5 años se triplicaría la capacidad de desalinización de agua de mar.
Lo anterior nos lleva a preguntarnos, por ejemplo, si se regularán las condiciones de descarga de la salmuera en el mar. Por otra parte, ¿las empresas considerarán aspectos técnicos y científicos para ubicar sus emisarios en el mar? Considerando los procesos fisicoquímicos de la zona, o si es un frente expuesto (donde la pluma de dispersión es mayor, debido a una mayor corriente o intercambio de masas de agua, lo que haría que la velocidad de dilución de la salmuera fuera mayor), o si el lugar de descarga será una bahía protegida. Previo a la construcción de una planta desalinizadora, ¿el proceso de la confección de la línea base se realizará adecuadamente?, ¿se contemplarán los requerimientos mínimos expuestos en los informes anteriormente mencionados? Porque si bien se exponen medidas de mitigación, no se tiene certeza de su mejora o su efectividad. Por otra parte, ¿dónde, a qué profundidad y a cuánta lejanía de la costa se ubicarán los emisarios submarinos? Las características de la zona de descarga de salmuera tienen que estar muy bien estudiados, sabiendo el patrón de corrientes, la profundidad del piso submarino, la forma del piso submarino (si es en pendiente, si presenta montes y valles, si tiene forma de “U” porque todo esto influye en la retención de la contaminación y de la salmuera).
El fuerte de la vida marina se encuentra en las primeras 10 millas (o 16 kilómetros aproximadamente) desde la costa, por lo que, si el exceso de sal se deposita a pocos metros de la orilla de costa, estaría afectando no sólo a las especies adultas, sino que también a las millones de larvas de múltiples especies que habitan cerca de las costas, lo que a mediano plazo afectará directamente el desarrollo de una pesca sustentable.
El llamado es a incluirse en los procesos de participación ciudadana, para que sean realmente representativos y podamos tener voz y voto en proyectos socioambientales. También a informarse sobre el real uso del agua dulce y el porcentaje de participación que tienen las distintas industrias en el agua desalinizada. Reúnete en instancias de conversación, de reflexión y de toma de decisiones. Comenta, difunde, actívate. El mar no debe, por ningún motivo, seguir sufriendo en silencio.
©Jeremy Bishop
Bibliografía
Baeza, E. 2022. Plantas Desaladoras en Chile. Biblioteca del Congreso Nacional de Chile.
Cooley, H., Ajami, N., & Heberger, M. (2013). Key Issues in Seawater Desalination in California: Marine Impacts – Pacific Institute. Pacific Institute. https://pacinst.org/publication/desal-marine-impacts/
Curto, D., Franzitta, V., & Guercio, A. (2021). A Review of the Water Desalination Technologies. Applied Sciences, 11(2), Art. 2.
https://doi.org/10.3390/app11020670
Drami, D., Yacobi, Y. Z., Stambler, N., & Kress, N. (2011). Seawater quality and microbial communities at a desalination plant marine outfall. A field study at the Israeli Mediterranean coast. Water Research, 45(17), 5449–5462. https://doi.org/10.1016/j. watres.2011.08.005
FIPA-SUBPESCA. 2017. Implementación de la metodología de estimación del impacto por succión de recursos hidrobiológicos para proyectos sometidos al SEIA (Technical Report FIPA 2016 – 53 – A). Fondo de Investigación Pesquera y de Acuicultura.
https://www.subpesca.cl/fipa/613/w3-article-96194.html
Ginige, M. P., Kaksonen, A. H., Morris, C., Shackelton, M., & Patterson, B. M. (2013). Bacterial community and groundwater quality changes in an anaerobic aquifer during groundwater recharge with aerobic recycled water. FEMS Microbiology Ecology, 85(3), 553–567.
https://doi.org/10.1111/1574-6941.12137
Jones, E.; Qadir, M. et al. 2019. The state of Desalination and brine production: A global Outlook. Science of the Total Environment. Vol. 657. 1343 – 1356pp.
https://doi.org/10.1016/j.scitotenv.2018.12.076.
Vivanco, E. 2017. Impacto Ambiental de Desalinización de Agua de Mar. Biblioteca del Congreso Nacional de Chile.
Vicuña, S., Daniele, L., Farías, L., González, H., Marquet, P. A., Palma-Behnke, R., Stehr, A., Urquiza, A., Wagemann, E., Arenas-Herrera, M. J., Bórquez, R., Cornejo-Ponce, L., Delgado, V., Etcheberry, G., Fragkou, M. C., Fuster, R., Gelcich, S., Melo, O., Monsalve, T., … Winckler, P. (2022). Desalinización: Oportunidades y desafíos para abordar la inseguridad hídrica en Chile. Comité Asesor Ministerial Científico sobre Cambio Climático; Ministerio de Ciencia, Tecnología, Conocimiento e Innovación.
Fuente:
https://endemico.org/desalinizadoras-un-mar-esteril-para-el-futuro/412