El dilema de los impactos y el prometido crecimiento minero en Penco
El proyecto de tierras raras que Aclara Resources busca instalar en Penco ha reactivado el debate sobre sus impactos ambientales y sociales en la comuna. Mientras la empresa promete una minería de “bajo impacto”, organizaciones locales de Penco advierten riesgos para el ecosistema, la salud y la vida comunitaria.
Por Javier Arroyo Olea | Equipo editorial de Resumen.cl
No hay actividad humana que no traiga impactos; diferente es la escala en la cual se realiza. De ahí que la minería ha sido una actividad económica cuestionada por el historial de conflictos y profundos impactos en los territorios donde se instala.
En este contexto, la empresa minera Aclara Resources se ha buscado constituir como propulsor de un proyecto en los cerros de Penco con bajo-mediano impacto ambiental. Sin embargo, esta mirada ha sido ampliamente cuestionada por organizaciones sociales y la comunidad local.
Y es que pese a declarar no usar tronaduras, o plantear el no uso de aguas de fuentes naturales en su proceso minero, e incluso plantear conceptos como “zonas de disposición” para referirse al material procesado -y no llamarlo relave-, el proyecto minero viene a trastocar un ecosistema sumamente valioso a nivel ambiental como también cultural.
El relato minero v/s la realidad
“Chile, país minero” es una consigna que el empresariado y el propio Estado chileno ha colocado como horizonte durante la mayor parte de la historia del país, más aún a partir del siglo XX.
En este sentido, apelan al ingreso que ha significado para el Estado el funcionamiento de extracciones mineras, como también las tazas de empleabilidad y sus respectivos regímenes al interior de las faenas. Así, se ha promocionado la expansión de la minería no solo de los proyectos en curso, sino que también llamando a instalar nuevos centros extractivos ya no solo en el norte del país, sino que también en la zona centro-sur, donde se encuentra el proyecto de tierras raras de Aclara.
Pese a este relato minero, donde la vocación productiva de Chile pareciera ser una condena histórica de la cual no se puede salir, vale la pena recordar algunos datos que dan cuenta de cómo este relato se contrapone con la realidad.
El dilema de los impactos y el prometido crecimiento minero en Penco
A septiembre de 2025, el 76% de la producción de cobre -lo que se ha conocido como "el sueldo de Chile"- se concentra en manos del empresariado privado, dejando un leve margen de acceso a las arcas fiscales por parte de empresas como Codelco. En esta línea, acorde a datos revisados por Fundación SOL, el aporte de la gran minería privada al Estado de Chile no supera el 3,3% de la recaudación de impuestos en Chile, lo cual representa una porción mínima que contribuye al fisco.
En términos de trabajo, la situación no es mejor. Es reconocido a escala nacional que la actividad minera es uno de los trabajos con mayor riesgo, siendo lamentablemente expuestos trabajadoras y trabajadores que han resultado muertos al interior de las faenas. En este sentido, la inseguridad laboral ha cruzado esta dimensión del extractivismo, concentrado principalmente en regímenes de subcontrato.
Acorde a datos de la Memoria Anual de Codelco del año 2025, un 79% de las y los trabajadores de la cuprífera estatal están bajo un régimen de subcontrato, lo cual promueve el riesgo en las faenas, la inseguridad sobre el trabajo y profundiza asimetrías entre los mismos estamentos de trabajadoras y trabajadores.
El dilema del trabajo en la minería de tierras raras en Penco
Así, este relato minero cuenta con flancos que han sido medianamente naturalizados por la población, pero que al revisarlos en profundidad da cuenta de un modelo que prioriza el bolsillo de privados por sobre una actividad que contribuya en gran magnitud al común de la población, como también a los propios ecosistemas.
El planteamiento de Aclara
Pero la empresa minera Aclara plantea que esta no es su lógica en Penco. Su propio Gerente General, Nelson Donoso, ha indicado a los medios que "esta no es minería convencional. Lo que nosotros hacemos, al trabajar sobre arcillas iónicas, es realizar el proceso de metalurgia, o de obtención del mineral, con un fertilizante. Además de eso, los subproductos -lo que no es mineral y que vuelve a la tierra- vuelven como material fértil y que vamos a reforestar con bosque nativo".
Asimismo, Donoso ha sido crítico respecto a la utilización del concepto "extractivista" a la hora de analizar el proyecto de Aclara. En concreto, ha señalado que "la palabra extractivista se distorsiona de una manera política, negativa y generamos conceptos -los chilenos- que en realidad yo creo que no agregan. Soy un convencido de que el crecimiento económico genera progreso social, de eso estoy absolutamente convencido (…) la mirada aquí es integral".
El dilema de un parque acorralado entre minería y forestales en Penco
En esta línea, el Gerente General de la empresa de capitales canadienses indicó que la presencia de la empresa podría retribuir a la población, debido a que "donde no hay empresas o donde hay muy pocas empresas y el Estado se le complica, es donde en realidad aparece lo peor de la sociedad. El narcotráfico, el terrorismo se toma el control de las comunidades".
En relación con los impactos en el territorio, en conversación con RESUMEN el Gerente de Asuntos Corporativos de Aclara, Fernando Illanes, señaló que “esta minería, en sí, trabaja en lomas. Esto no es un hoyo profundo, sino que más bien se trabaja de manera aterrazada, estilo terrazas incas. Entonces, en promedio son 20 metros y cerca de un 1% menos, podría llegar un poquito más, 40, 60 metros, pero son zonas muy puntuales donde la cumbre del cerro, de manera regular, se está moviendo así, pero en general son baja escala, también en comparación con la minería tradicional. Esto es una minería muy diferente, muy a baja escala, y que, como comentábamos antes, también no genera relaves, no genera explosivos, no genera chancado, molienda, eso disminuye un montón los impactos. Y también hemos ido innovando, por ejemplo, en el tema del agua, trabajar solo con agua reciclada”.
En relación con posibles impactos diferenciados hacia las mujeres, Illanes explicó que se han desarrollado conversaciones con la población, por lo que han tomado compromisos como "el compromiso de género hacia las mujeres. Nuestro compromiso voluntario, que después se devuelve la obligación que el 40% de mano de obra local viene con políticas de perspectiva de género". Asimismo, anuncian "hemos hecho capacitaciones hoy en día netamente para mujeres. Hicimos ya en estos últimos dos años, llevamos más de cinco capacitaciones. Uno de esos fue netamente para 15 mujeres, para operarias de planta industrial".
Otro punto abordado por Illanes -y que preocupa a la población- guarda relación con la radiactividad. En este sentido, el Gerente de Asuntos Corporativos de Aclara explicó que "no generamos radioactividad, eso ya se ha confirmado por la CChEN que es el organismo nacional que confirma esto que no hay radioactividad, también por el servicio de salud que ha indicado que Aclara no genera un riesgo para la salud de las personas, entonces en ese sentido, ser categórico de que nosotros no generamos radioactividad y ya se ha confirmado por los entes estatales competentes en el caso y también por la academia, nosotros hemos hecho investigación con otra academia, entonces este proceso, que es diferente, es de bajo impacto, entonces no genera radioactividad como, por ejemplo, podría pasar en un proceso de roca de tierra rara, en este caso es un proceso de arcilla, así que no genera radioactividad".
Las preocupaciones continúan
Todo este entramado ha generado gran preocupación a la población de Penco-Lirquén, pero también del Gran Concepción y el Biobío que ven este proyecto como un posible punto de inflexión que puede reproducirse en sus territorios al contar con concesiones mineras de este tipo.
En el informe ¿Qué se le cuestiona al proyecto minero de tierras raras en Penco?, del Observatorio Latinoamericano de Conflictos Ambientales - OLCA, se sistematizan parte de estas preocupaciones a través de las observaciones ciudadanas presentada en una primera etapa de la última tramitación ambiental del proyecto de Aclara.
Las áreas de observación son diversas, y abordan puntos tan diversos como la contaminación, fauna, flora, hidrología, manejo de residuos tóxicos, participación ciudadana y aspectos de salud.
Entre los puntos más recurrentes se encuentra la preocupación por los impactos a flora y fauna. En este punto, señala el informe, "la preocupación por la pérdida y el interés por la conservación de especies nativas se hizo evidente mediante las observaciones, donde la Flora y Fauna en conjunto alcanzan un 17% del total de observaciones", las cuales evidencian un rechazo categórico a la instalación del proyecto debido a que constituye "una forma de amenaza directa no solo al medio ambiente, sino también a la forma de vida contemporánea de la comuna y al tejido social enraizado en esta".
En relación con el manejo de residuos tóxicos, la población se ha pronunciado no solo con base en los daños directos sobre especies protegidas, sino que también plantean la posible afectación generada por residuos tóxicos y radiactivos "en forma de gases, material particulado y otros desechos perjudiciales para cualquier forma de vida", señala el informe de OLCA.
También, se hace presente una profunda desconfianza basada en "la falta de claridad de los mecanismos de control propuestos y en los cuestionamientos en la toma de responsabilidad por parte de la empresa en caso de afectaciones a la salud de la comuna y sus habitantes".
En este sentido, la síntesis sobre los puntos de conflicto y preocupación es clave: "la minería, lejos de contribuir a la descontaminación de la región del Biobío, podría agravar la carga ambiental y sanitaria, afectando de manera directa la calidad del aire, el suelo, las fuentes de agua, sustento y la salud de las personas".
- Este reportaje es parte del proyecto financiado con fondo FFMCS 2025