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Fuente:
www.diariolatribuna.cl, 08/04/08
CMPC: Algo huele muy mal
Héctor Otárola
Nuestro “recorrido” de esta semana nos llevará a todo el espectro de nuestra ciudad, porque sobre lo que queremos conversar hoy día nos atañe a todos los angelinos.
Podríamos decir que la noche de Año Nuevo fue el presagio de lo que ocurriría este año en Los Ángeles. Para quienes no lo recuerdan, esa madrugada y en medio de las celebraciones con las que se dan inicio tradicionalmente a cada año, sentimos como un muy mal olor invadía la ciudad. No fueron pocos los que llamaron a medios de comunicación, Carabineros y a autoridades, para intentar encontrar alguna explicación para el hedor. Digo que este hecho fue un presagio, porque lamentablemente ese “evento” volvería a repetirse en un sinnúmero de oportunidades durante este 2008. Con diversas variaciones, los malos olores han inundado nuestra ciudad, haciéndonos sentir que algo malo está pasando con nosotros y nuestra calidad de vida.
Como la mayoría, a nosotros también nos urgía conocer la causa de los hedores, no obstante cada “evento” trae sus particulares, porque no podemos decir que este 2008 nos ha envuelto siempre en el mismo olor: a veces parecido al gas, a veces a las lecherías, a químicos desconocidos o a papeleras. Lo cierto es que, con la duda a cuestas, quisimos comunicarnos con la Autoridad Sanitaria. Dado que la noche del lunes de la semana pasada fue imposible hacerlo a nivel local, decidí tomar contacto con la seremi de Salud, Marta Werner, quien preocupada, me manifestó que no podíamos seguir soportando situaciones como éstas y que era necesario encontrar a la brevedad el origen de estos olores.
Así fue que justamente la semana pasada se descubrió que los últimos olores debemos agradecérselos a la Planta Pacífico de CMPC, ubicada en Mininco, Región de La Araucanía. Y desde aquí, numerosas dudas nos surgen.
Por un lado, ¿qué ocurre con nuestra legislación y la capacidad de sanción para situaciones como ésta? ¿Quiénes tienen las atribuciones para iniciar una investigación que no está circunscrita a una sola región?
Por otro lado y aún más preocupante ¿qué ocurre con la Responsabilidad Social Empresarial de nuestras industrias? Y no me refiero sólo a la eventual causante de los últimos olores, porque la Autoridad Sanitaria ha dicho que lecherías y hasta Iansa han sido los causantes de otros “eventos” anteriores y también ocurridos durante este año. ¿Qué pasa con nuestras empresas en lo referido al compromiso con un desarrollo sustentable con el medioambiente y la comunidad? Porque cuando hablamos del cuidado de las industrias por el medioambiente, no sólo nos referimos a los temas macro, como el calentamiento global, sino a situaciones que para nuestra ciudad lamentablemente están siendo cotidianas.
Sin duda que estos “eventos” no están siendo más que la punta del iceberg de un tema que nos afecta a todos y por el cual quisiéramos autoridades comunales más proactivas, defendiendo el derecho a vivir en un ambiente sano, quisiéramos ver alguna actitud concreta más que una tibia declaración que en el fondo, poco hace en su calidad de representante ciudadano por exigir procesos que no pongan en riesgo nuestro derecho a residir en una ciudad limpia. Creemos que sí podemos hacer que nuestra ciudad no siga oliendo mal.
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