Conflictos ambientales en Argentina

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Fuente: www.clarin.com 30 de agosto de 2006

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Según Greenpeace, América Latina está en la mira de la expansión de la industria papelera

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El índice de consumo de papel en el mundo se duplicó, las papeleras buscan instalarse en el cono sur y crece la preocupación de los ambientalistas por el riesgo ambiental: consumo de agua y energía, demanda de tierras para plantaciones y descargas contaminantes.

Por María Farber. De la redacción de Clarín.com
mfarber@claringlobal.com.ar

Mientras especialistas del gobierno y la Asamblea Ambiental de Gualeguaychú trabajan en la redacción del memorial para presentar en la Corte Internacional de Justicia de La Haya, hoy Greenpeace Argentina realiza la presentación de su informe "La escalada de la celulosa en la región: industria sucia o producción limpia". El diagnóstico de la ONG subraya el desequilibrio entre regiones: ahora Sudamérica se perfila como gran productora de pasta celulosa para proveer a los grandes centros del consumo de papel en el mundo desarrollado. El objetivo de la iniciativa es estabilizar el consumo global de papel y limitar la expansión de la industria de la celulosa, detener la enorme demanda y promover los criterios de Greenpeace para hacer de la industria del papel una actividad sustentable.

"En el mediano plazo esperamos que nuestras recomendaciones sean incorporadas en los proyectos de ley que ya están en el Congreso, también estipulamos plazos para realizar cambios de fácil verificación, claro que esto merece el debate profundo de parte de los distintos actores. Esa es la idea: abrir el debate", dice Paula Brufman, coordinadora de la campaña contra la contaminación de Greenpeace. "Invitamos a la presentación del informe a todos los actores involucrados: políticos, legisladores, inversores, empresarios, cámaras industriales de la Argentina y Uruguay, integrantes de la asamblea. Esperamos transitar un camino de trabajo público con este informe y ver cómo detener el avance de una industria sucia".

La llegada de las papeleras que desataron el conflicto en Gualeguaychú forma parte de una tendencia global, que encuentra en Sudamérica el lugar propicio para la expansión. "El índice de consumo de papel en el mundo ha venido ascendiendo a niveles extraordinarios, y se estima que tal incremento continuará en las próximas décadas. A comienzos del siglo XXI el consumo global de papel se calculaba en 300 millones de toneladas anuales; en el 2005 esa cifra había aumentado a 366; y se estima que para el año 2020 alcanzará los 566 millones", plantea el informe. Tradicionalmente, los grandes consumidores eran también los grandes productores de celulosa. Sin embargo, en los últimos 15 años se han ido definiendo regiones claramente consumidoras de papel y pulpa celulosa, por un lado, y regiones que se perfilan como grandes productoras de pulpa celulosa, por el otro. La división entre centros de consumo y de producción ha motivado que la industria de la celulosa se radique en aquellas zonas que presentan las mejores condiciones climáticas y económicas"

Los índices de crecimiento en el consumo de productos papeleros preocupan a los ambientalistas. "Este aumento convierte la industria de la celulosa en voraz, devastadora de los recursos naturales, tanto por su alto consumo de agua y energía –entre otros recursos– como por la elevada demanda de tierras para plantaciones, su presión sobre áreas de bosques nativos y sus descargas contaminantes. Conforme a los parámetros de crecimiento en Argentina y Uruguay, una producción anual de 300.000 toneladas necesita de unas 48.000 hectáreas de plantaciones de eucalipto y 70.000 hectáreas de pino, y genera descargas líquidas en un promedio de 9 a 15 millones de m3". Si el estimado para 2025 es de 566 millones de toneladas, es de prever que el impacto ambiental se duplique.

Señala el informe que, debido a las condiciones favorables, Sudamérica es la región prioritaria para la expansión de las productoras de celulosa. "Concebidas a una escala mucho mayor que las asentadas en el hemisferio Norte, procuran minimizar costos por medio de grandes explotaciones forestales y de celulosa. Evidentemente, la gran escala reduce costos, pero también añade riesgos; no sólo por los potenciales impactos sobre las grandes extensiones de monocultivos necesarios, sino por concentrar grandes cantidades de efluentes en un mismo sitio". Del 9 por ciento de la producción global en 2005, se prevé que Latinoamérica expanda su producción al 25 por ciento para 2010.

"En particular, en Argentina no se verifica una ampliación importante de la capacidad productiva de celulosa para antes de 2010; las ampliaciones serán motorizadas principalmente por el crecimiento del mercado interno y en menor medida por las exportaciones", dice el informe. "Considerando la llegada de capitales chilenos en los últimos años y el potencial existente, es de esperar que hasta el 2010 la actividad se centre en ampliar la superficie de plantaciones, y sólo a partir de ese año se procure la radicación de plantas de fabricación de celulosa destinada principalmente al mercado internacional". Adelantarse a ese despegue de la industria es uno de los objetivos de la iniciativa de Greenpeace. "Hoy por hoy en la Argentina no tenemos una regulación, por lo tanto cualquiera de las tecnologías de las empresas papeleras es aceptada. La concentración de sustancias tóxicas, que es una variable constante en esta industria, no tendría control. Tendiendo en cuenta el escenario actual y la nocividad de esta industria, es imprescindible adoptar criterios ambientales correctos", dice Brufman.

Para detener el impacto ambiental, el informe de Greenpeace sigue la línea del documento europeo Una visión común para transformar la industria europea del papel y propone un "Plan de Producción Limpia para el sector del papel en Argentina y Uruguay". "Es necesaria una reconversión tecnológica de las industrias ya instaladas en la región y la adopción de criterios de eliminación total de cloro en el proceso de blanqueo de la celulosa. Hay que implementar un circuito cerrado para que los vertidos no se liberen en el efluente. También hay que determinar parámetros de escalas de producción porque las industrias que ya están funcionando tienden a crecer, y por lo tanto producen más contaminación, por lo tanto hay que adoptar un tope de escala de producción. Es importante propiciar el consumo responsable, el uso de papel reciclado, políticas tendientes a la minimización del consumo innecesario. Y debe tenerse en cuenta la ubicación de las plantas: deben estar alejadas de centros urbanos y turísticos".