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Fuente: valdivianoticias.cl, 4 de abril de 2008

COMUNIDADES VECINAS DE CELCO EXIGEN AL GOBIERNO ESTUDIO DE AGUAS DE NAPAS SUBTERRANEAS

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Temen eventual contaminación de metales pesados en las aguas que beben y solicitaron reunión exclusiva con las máximas autoridades regionales. Cada día, salen más de 2 toneladas de partículas desde las chimeneas de Celco.

Una reunión con el Intendente Iván Flores, la seremi de Salud María Estela Arcos y el director regional de Conama, Germán Krause, solicitaron los dirigentes Alejandro Caniulaf y Carlos Huechaman Trenaman de la Asociación Indígena de Valdivia, en representación de las comunidades aledañas a la planta de Celulosa Arauco, ubicada en la comuna de Mariquina, debido a la inquietud de la población por la calidad del agua que están bebiendo y con el que están regando cultivos para su consumo.

Los habitantes del sector temen que exista contaminación de metales pesados en arroyos, vertientes y napas subterráneas, desde donde extraen agua para consumo humano y de los animales de corral y el regadío de cultivos como verduras y hortalizas.

Huechaman, residente de Raluya, comentó que son 10 comunidades indígenas de Mariquina las que viven el problema del agua, motivo por el cual exigirán un estudio exhaustivo de la calidad del agua ya que sospechan que la emisión de partículas desde las chimeneas podría afectar la salud de los residentes.

“Esto nos estaría afectando a la agricultura, a la fruticultura y si se hacen análisis de suelo, las lluvias ácidas estarían perjudicando las aguas subterráneas”, dijo el dirigente.

“Queremos ver qué tipo de respuesta nos va a dar el gobierno ante esta solicitud”, insistió.

PROBLEMAS CONCRETOS

Según su apreciación, la comunidad vecina experimenta una seria contaminación del aire, que afecta principalmente a la tercera edad, población más vulnerable a este tipo de partículas.

También estarían siendo afectadas las siembras y la fruta “que sale manchada, ya no es la fruta sana que salía antes”.

Las extensivas plantaciones de pinos y eucaliptos que siguen en aumento en la zona, como insumo de la planta de celulosa, estarían secando los arroyos, producto del alto consumo de agua de estas especies y de la falta de asesoría que debiera acompañar el cultivo de las plantas.

“A la comunidad se le dio un subsidio de reforestación, se le entregaron coníferas y eucaliptos, que da Arauco a través de las municipalidades, para que se transformen en sus proveedores. La gente reforestó alrededor de los arroyos sin la suficiente asesoría y hoy en día las vertientes y arroyos se están secando”, explicó.

También se quejó de la acidificación que podría generar en las aguas la presencia de eucaliptos y pinos.

“Yo le pregunto a los ejecutivos de Celulosa Arauco si se vendrían a vivir durante un año alrededor de la planta, comiendo de lo que ahí crece, alimentándose de las aves que ahí comen, todo lo que va cayendo de las chimeneas”, interrogó el dirigente.

Además, dicen, el valor de los terrenos bajó “tremendamente” y nadie quiere invertir en la zona debido a “al vecino que tenemos (Celco)”.

Según el Estudio de Impacto Ambiental de la planta Valdivia, los flujos de emisiones atmosféricas indican que cada día se emiten 2,24 toneladas de material particulado; 3,04 toneladas de dióxido de azufre (SO2); 4,69 toneladas de óxidos de nitrógeno (NOx) y 250 kilos de compuesto de azufre reducido (TRS), lo cual cae al suelo en los campos aledaños.

TRABAJO EN LA CONSTRUCCION

Carlos Huechamán trabajó durante dos años en la construcción de la planta de celulosa y conoce cada detalle del plantel industrial.

“Construimos todo lo que la planta purificadora de agua, donde llega el agua que lleva los ductos al río. Y ahí se veía cómo estaba en marcha blanca la planta. Fui dirigente sindical y se veían muchas irregularidades de parte de Arauco y de las autoridades de gobierno, porque no había una fiscalización real de cuando se estaba construyendo”, aseguró.

El ex trabajador de la empresa agregó que también participó en la construcción del ducto al río que no fue declarado en el Estudio de Impacto Ambiental y que luego fue descubierto y sancionado por las autoridades.

“Uno sabía todo eso, pero no podía hablar porque podía perder el trabajo”, dice ahora.

Publicada el viernes, 04 de abril de 2008