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Ser libres al borde del abismo (Parte 2)06 de Agosto de 2025
Se hunde el Titanic: El colapso de los Estados y la agonía del Leviatán
La luna de miel entre la humanidad y el capitalismo llega a su fin. El iceberg de la realidad económica choca contra el barco de nuestros sueños, revelando que bajo la superficie de riqueza y opulencia se esconde el desmoronamiento social...
(La siguiente es la segunda de un trabajo de cuatro partes que en las tres primeras describe las dimensiones de una crisis sistémica (económica, social y espiritual) y que en la última plantea alternativas a la crisis. En este trabajo, se aborda como al Colapso Económico le sigue el Colapso de los Estados.)
Mientras el Titanic se hunde, Jack y Rose corren buscando un bote salvavidas. La desesperación y el caos es total. Algunos se tiran por la borda y los botes zozobran antes de llegar al mar. El Gran Titanic se hunde y su inmersión succiona a todos a su alrededor.
En el agua helada, los desesperados se golpean y se aferran unos a otros, luchando por mantenerse a flote mientras intentan zafarse de quienes les usan como salvavidas. Jack y Rose logran encontrar un trozo de madera, pero no hay suficiente espacio para ambos. Jack muere congelado, mientras Rose sobrevive aferrada hasta ser rescatada.
La luna de miel entre la humanidad y el capitalismo llega a su fin. El iceberg de la realidad económica choca contra el barco de nuestros sueños, revelando que bajo la superficie de riqueza y opulencia se esconde el desmoronamiento social.
Por
Daniel S. Santander Urrutia
En el pánico y la incertidumbre, la ley de la selva se impone: el sálvese quién pueda. El Titanic, símbolo de la prosperidad, se hunde bajo el peso de sus ilusiones, dejando a la humanidad a merced del terror y la desesperación. La humanidad se golpea y se aferra a cualquier cosa para sobrevivir, mientras las clases altas encuentran formas de salvarse pues siempre habrá barcos para ellas. Jack, el viajero lleno de sueños, se convierte en un símbolo de la lucha por la supervivencia en un mundo donde el sálvese quién pueda es la norma. Su sacrificio, mientras las clases privilegiadas se salvan, refleja la desigualdad y el desorden que surge cuando todo aquello en lo que creíamos se hunde.
En el trabajo previo a este y primera parte de los 4 artículos que componen la serie de “Ser libres al borde del abismo”, se abordó la tesis del inminente colapso económico. Básicamente ya no hay recursos para costear el crecimiento económico, pues estos están en un proceso de agotamiento. Los fenómenos naturales asociados al cambio climático, como los megadesastres (sequías, subida del nivel del mar, tormentas) y el megaconsumo de los suelos y su respectiva pérdida de nutrientes que impiden la producción de alimentos, están amenazando no solo con sobrepasar la capacidad de las sociedades de costear su estándar de vida, sino también llevar a la bancarrota a los sistemas sociales.
La caída del contrato social
La teoría del Contrato Social, establece que el orden social surge para superar "la ley de la selva" y garantizar la seguridad ciudadana. En este acuerdo, la población confía y transfiere su poder a las instituciones, "el consentimiento de los gobernados" (Locke, 1689) y "la voluntad general" (Rousseau, 1762), creando lo que Hobbes denominó en 1651 como "El Leviatán": el Estado. Este ente se encarga de administrar económica y políticamente las naciones en beneficio de la población, incluyendo la gestión de la producción, distribución y comercio de recursos para asegurar las necesidades básicas de la sociedad.
El Contrato Social se materializa en la garantía de vida, convivencia y coexistencia que los Estados proporcionan a sus ciudadanos a través de compromisos establecidos en la constitución, las leyes y los tratados (Nester, 2010).
Hoy, el poder capitalista sigue vigente (Zizek, 2011), pero se encuentra en un estado de
crisis permanente y multidimensional (Yeros, 2020), dónde se acelera el proceso de conformación de aquellas desigualdades profundas y redistribuciones asimétricas del poder.
La Crisis Económica que se ha iniciado en los últimos años y acelerado tras el Covid (revisar trabajo anterior: ‘El Mundo se acerca a un Colapso Económico’) viene generando un efecto bola de nieve de crisis política.
La erosión del papel tradicional del Estado como protector de los ciudadanos ha generado una creciente desconfianza y descontento social. Los ciudadanos observan cómo los gobiernos priorizan los intereses de las corporaciones transnacionales sobre el bienestar de la población (Mikler, 2018), debilitándose el "Leviatán" (Hobbes, 1651).
Este poder centralizado se desmorona desde adentro ante el creciente dominio de los mercados y las corporaciones en la esfera política (Gonzalez, 2000), llevando al resurgimiento del caos y la lucha
"todos contra todos" (Machiavelli, 1532), o el ‘Sálvese quien pueda’.
La agonía del Leviatán es el desarme del Estado del Bienestar y la transformación de sus estructuras y el reemplazo de estas por las instituciones propias del capitalismo transnacional.
Las motosierras de Milei en Argentina o de Elon Musk, a la cabeza del departamento de Eficiencia Gubernamental en los EEUU (DOGE), son el reflejo de un proceso de Autofagia de los Estados alrededor del mundo que les lleva hacia su muerte celular.
Estos procesos liberales extremos, de entrega y muerte de los Estados, ocultan que
la economía y el poder de ellos está siendo trasladado a las manos de poderosas corporaciones con gobiernos y tribunales paralelos de carácter empresarial. Ejércitos privados que participan de guerras convencionales y no convencionales, en representación del poder de las elites, cuando resulta más útil utilizar estos medios que los Estados para evadir el derecho internacional o la presión mediática (Marten K, 2019; Sukhankin S., 2019).
La desigualdad se dispara en el mundo globalizado, exponiendo a los pobres a la ley de la selva, la violencia y el sálvese quien pueda.
Los Estados fallan en garantizar los derechos de los ciudadanos, favoreciendo en cambio a las grandes empresas y excluyendo a los pequeños productores.
Esta situación podría incluso de acuerdo a la teoría liberal, justificar el derecho a la rebelión contra gobiernos que no protegen los derechos naturales de los ciudadanos.
Al borde del colapso, no se vislumbran soluciones por parte del poder hegemónico ni de los Estados para superar la crisis y lograr la emancipación humana (Tischler, 2017). ¿Cómo sobreviven los tripulantes del Titanic mientras este se hunde?
Alternativas hegemónicas en crisis
Como se señalaba en el trabajo anterior, llegada la tercera década del milenio, es evidente el declive de la hegemonía occidental; a medida que los BRICS, el sector de las economías alternativas, pero también imperiales, toma fuerza (Stuenkel O., 2020; Amin S., 2006).
Esta crisis resulta en descontrol económico sobre los recursos y desenfrenadas carreras por el desarrollo impulsadas por los sucesivos ciclos de violencia y las guerras contemporáneas que cada vez recuerdan más a los tiempos de la Guerra Fría. Véase Ucrania, Gaza o el áfrica Subsahariana (Cordesman A., 2022). La mega migración producto de estos y otros procesos de conflictos es el ejemplo de cómo las personas abandonan no sólo sus Estados sino también el territorio de estos en busca de mejores condiciones para su desarrollo humano.
Podría decirse que existen alternativas capitalistas al capitalismo, como el mundo multipolar (Sahakyan M., 2023) propuesto por el bloque BRICS y principalmente por China como una respuesta de los imperios-naciones alternativas a la hegemonía occidental del mundo (Amin S., 2006; Clegg J., 2010), apoyada en lo que se conoce como Oriente y el Sur Global. No obstante,
su propuesta sigue siendo capitalista y trayendo consigo toda la cultura patriarcal, colonial y extractivista (Kothari A., 2019; Woodley D., 2015).
Las llamadas economías mundiales alternativas no constituyen realmente alternativas para superar la crisis. El BRICS, los países OTAN, las expresiones ultra liberales anti-Estado (Oxford Analytica, 2023), o
los denominados neo-progresismos, expresiones liberales pro-Estado del tipo Lula Da Silva (Katz C., 2016), son igualmente avasalladores de territorios, cuerpos y expresiones no hegemónicas (Svampa M., 2019). Todo indica que no hay ejemplo de Estados
en forma para soportar la crisis económica y la crisis social que esta conlleva.
La nueva transición liberal extrema; segundo ciclo de transformaciones neo-liberales en Latinoamérica que ocurre casi medio siglo después del primer gran ciclo impulsado por los “Chicago Boys” (Letelier O., 1976), se pone en marcha como estrategia geopolítica de combate para desarticular aún más el Estado (Katz C., 2016; Svampa M., 2019) y liberalizar la economía.
Este nuevo ciclo de liberalizaciones económicas impulsado por Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (Woodley D., 2015) no plantea la superación definitiva de la crisis sino que la agudiza, arrastrando el problema de violencia, dominación y dependencia inherente al poder moderno capitalista.
Este proceso que busca renovar los Estados volviéndoles inservibles, viene de la mano de una agenda climática que aparenta ser transformadora para amortiguar los efectos del cambio climático pero que en su interior carece de contenido. Bonos de carbono para las industrias que queman y destruyen bosques (Pearse, R., 2014), fondos verdes para empresas extractivistas (Bruna N., 2022), proyectos de mitigación que no mitigan (Snooks G. D., 2019) y maquillajes de todo tipo hunden cada vez más los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) en el capitalismo (TheAfricaReport, 2023) incrementando las vulnerabilidades.
Pero la crisis política desencadenada por la crisis económica no es la única posibilidad para el colapso social. La teoría de Joseph Tainter también indica que las sociedades complejas tienden a colapsar pues la inversión en complejidad produce rendimientos decrecientes, llegando a un punto donde los beneficios ya no justifican los costos (Tainter, 1988).
Líderes tecnológicos y empresarios de Silicon Valley, al igual que miles de comentaristas informáticos en foros como Reddit, tienen sus propias teorías apocalípticas que abordan futuros distópicos producto del desarrollo tecnológico sin límites, un escenario tipo Matrix o Terminator con la llegada de la Inteligencia Artificial.
Los tecnólogos ven la tecnología como una fuerza salvadora (especialmente aquellos que se quieren ir a vivir a Marte) o bien destructiva (Borras Arumi, 2024). El riesgo de futuras pandemias o enfermedades emergentes también pondría a prueba nuestros sistemas sociales y sanitarios, como advierte la OMS al señalar la vulnerabilidad mundial frente a futuras crisis sanitarias (OMS Redacción Médica, 2024)
Como diría el Chapulín Colorado: ¿Y quién podrá defendernos? ¿Puede la humanidad salir del agujero en el que se encuentra? Frente al colapso de la economía y del Estado: ¿Podemos ser libres al borde del abismo?
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Anthony H. Cordesman, 2022. A World in Crisis: The “Winter Wars” of 2022–2023. csis center for strategic and international studies.
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Amin, S. (2006).
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Ver también:
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